Las boxeadoras colombianas Jenny Marcela Arias y Angie Valdez ganaron medalla de plata en el pasado Mundial disputado en la India, un resultadoo histórico para este deporte.
EL COLOMBIANO habló con las dos deportistas sobre sus medallas y lo que sigue en carrera deportiva.
Jenny, una madre luchadora que quiere dejar un legado
Jenny Marcela Arias Castañeda aprendió que la gratitud es importante. Por eso mientras era condecorada por la medalla de plata que consiguió en el Mundial de boxeo en India, pidió aplausos para su entrenador, el cubano Rafael Iznaga, de quien, dice, es el artífice de los logros que Colombia viene acumulando en este deporte.
“Este hombre ha hecho un trabajo espectacular para el boxeo colombiano, y con nosotras una labor maravillosa, le agradecemos por guiarnos y llevarnos a lo más alto”, dijo la deportista nacida en Roldanillo, Valle del Cauca, y quien compite por la Liga de Risaralda.
¿Qué significa este logro en India?
“Mucho, porque he luchado demasiado por esta medalla, bastante diría yo. A veces queremos tirar la toalla, pero les digo que nunca hay que perder la esperanza ni dejar de luchar, esta presea significa eso, que nunca nos podemos rendir ni renunciar a los sueños”.
¿Qué pasó por su mente cuando supo la rival que iba a tener por el oro?
“La verdad es que tanto para la final, como cuando disputé la pelea por el bronce, fue difícil porque Enkhjagal Munguntsetseg, de Mongolia, es una deportista que ya nos había ganado en otra oportunidad (cuando se midió a Íngrid en un mundial); sabía que era una rival muy fuerte. Lo mismo pasaba con la semifinalista Huang Hsiao-wen, de China Taipei, así que pensé en lo mismo; sentí algo de temor no de subirme al ring, sino de perder, aunque estaba segura de lo que tenía y muy optimista de luchar por el oro”.
¿Cuáles son los sueños que tiene a corto y largo plazo?
“Es el mismo, estar en las Olimpiadas de París 2024”.
¿Qué cree que hace falta para que el boxeo femenino se siga masificando?
“La preparación que tuvimos para Tokio 2021 no fue la adecuada, durante casi año y medio no tuvimos competencia y fuera de eso no nos enfrentamos con países que venían compitiendo. Para este mundial también fue igual, solo tuvimos dos meses de concentración, que fue lo que la Federación nos pudo brindar, entonces fuimos y nos enfrentamos con rivales que prácticamente se mantienen compitiendo. La mayoría venía de un campeonato importante de Bulgaria, y nosotras veníamos de un fogueo en Cali. El entrenador se la ingenió para prepararnos. Entonces, si logramos todo esto con tan poca preparación, no me quiero imaginar qué podremos conseguir si nos dan la preparación adecuada para cada torneo”.
¿Cree que en el país hay potencial para este deporte en la rama femenina?
“Estoy segura de que hay un gran potencial; lo que se viene ahora con el talento que tenemos va a ser maravilloso”.
¿Cuál es el legado que quiere dejarles a su hijo, a su sobrina y al país?
“Quiero que a Juan y a Valen les quede siempre presente que tuvieron una tía y una madre luchadora, que nunca se dejó derrotar y nunca, pese a los escollos que se presentaron, dejó sus sueños atrás”.