El futbolista alemán, de 34 años, anunció que se retirará del fútbol profesional una vez termine su participación con Alemania en la Eurocopa 2024.
Parece increíble, pero es cierto: en una época en la que las estrellas del fútbol mundial cambian cada dos meses de guayos porque las marcas deportivas que los patrocinan diseñan nuevos modelos, casi como si hicieran pan, hubo uno que jugó la mayor parte de su carrera con las mismas botas.
Si un gomoso del fútbol se pone a ver las fotos del volante alemán Toni Kroos –quien este martes anunció que se retirará del fútbol profesional una vez termine la Eurocopa que se jugará entre el próximo 14 de junio y el 14 de julio en suelo teutón–, desde que jugaba en el Bayern Múnich en 2013, se dará cuenta que siempre utilizó los mismos guayos.
Unos botines blancos, con rayas negras y la talonera azul de marca Adidas fueron los compañeros de mil batallas del jugador alemán. Los guayos de referencia Adipure 11 Pro acompañaron al volante en la final del Mundial Brasil 2014. También en los cinco títulos de Uefa Champions League que ha conseguido en su carrera (4 con Real Madrid y uno con Bayern Múnich).
Esos guayos blancos, que algunas veces tenían cordones de un tono azul similar al de la talonera y otras veces los llevaban del color original, se volvieron un icono en la carrera del futbolista, que llegó al Real Madrid el 17 de julio de 2014 después de haber hecho un mundial excepcional con la Selección alemana.
“Mis botas son la única cábala que tengo. Siempre he sido súper obsesivo con la limpieza. Cuando juego necesito ver unas botas blancas en mis pies. No sé por qué me pasa, pero es así”, aseguró el futbolista alemán en una entrevista con los medios españoles.
Kroos no utilizó el mismo par de guayos todo el tiempo. Sin embargo, su marca patrocinadora le hacía de manera constante botas de la misma referencia y se las enviaba para que las fuera cambiando en la medida en que las anteriores se desgastaran.
Toni usó por primera vez sus típicos guayos blancos en 2011 y quedó encantado por la comodidad del interior y el buen agarre que le daban los taches al césped. Por eso los siguió usando el resto de su carrera.
Desde el primer momento tuvo un ritual con sus botas. Las trataba como si fueran sagradas. Cuando le llegaban a la casa, les cortaba a los cordones la parte de arriba, en la que hay una suerte de círculo plástico que permite que pasen por los huecos donde se enhebran, para que no le molestaran.
Después quemaba las puntas. Se los ponía y los amarraba con fuerza. Entrenaba con ellos y, como no le gustaba que nadie los tocara, pero en un obseso con la limpieza, él mismo se iba hacia un fregadero y los lavaba. Hacía lo mismo luego de que terminaban los partidos.
Kroos, hombre muy alemán no solo por su apariencia física, sino por su comportamiento serio, metódico, impecable tanto dentro como fuera de la cancha, tendrá su último partido con el Real Madrid el próximo 1 de junio, cuando el cuadro merengue se enfrente al Borussia Dortmund de su país natal, en la final de la Champions League.
Ese día los míticos guayos que utilizó en la mayor parte de su carrera profesional, podrían acompañarlo a conseguir su sexto título del máximo torneo europeo, lo que lo convertiría junto a Luka Modric, Dani Carvajal y Nacho Fernández, en los futbolistas que más Champions han ganado en la historia del fútbol.
