Mientras los hinchas celebraban los goles del eterno Dayro y los analistas se preguntaban cómo logró Once Caldas sostenerse en un terreno tan exigente, el club decidió revelar uno de los secretos detrás de su rendimiento: el trabajo incansable del equipo médico.
A través de un emotivo video publicado en sus redes sociales, el equipo albo mostró lo que ocurrió tras bambalinas. Imágenes de los jugadores jadeantes, sentados en el piso del camerino, con máscaras de oxígeno en sus rostros y varias pipetas al lado, acompañaron el mensaje: “¡No todos los héroes llevan camiseta! Gracias al equipo médico por sostenernos, donde respirar es un reto. En la altura, su trabajo también nos dio oxígeno”.
En medio del silencio del camerino, los subtítulos del video hablan por sí solos: “En los 3.640 metros de La Paz, donde cada latido cuesta el doble y cada respiro se pelea, hubo un equipo que no paró de correr y otro que no dejó de cuidar”. La última escena cierra con los seis integrantes del cuerpo médico posando con humildad y profesionalismo, acompañados por un mensaje poderoso: “Gracias cuerpo médico por ser parte clave de un rendimiento a la altura. ¡Gracias por darnos aire!”
No hay duda: más allá del rendimiento táctico y la contundencia goleadora, el triunfo en Bolivia fue una victoria compartida. Los protagonistas en la cancha hicieron lo suyo, pero sin el respaldo de quienes manejan el oxígeno, monitorean signos vitales y conocen cada límite físico del jugador, la historia habría sido otra.
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El mensaje que deja Once Caldas es claro: en el fútbol moderno, ganar no solo es cuestión de talento o estrategia, sino también de ciencia, prevención y trabajo en equipo. La altura no fue un obstáculo insuperable porque hubo planificación, entrega y una coordinación impecable entre el cuerpo técnico, médico y los jugadores.
Así, el equipo de Manizales no solo se trajo tres puntos vitales de La Paz, sino que también dejó un testimonio poderoso sobre el valor de lo invisible, de esos héroes sin camiseta que también sudan, aunque nadie los vea. Porque en el fútbol, como en la vida, a veces lo más importante es simplemente... poder respirar.