Estos jóvenes podrían darle una mano importante al equipo y al técnico Argentino en la nueva temporada.
Mientras los reflectores se centran en los fichajes de renombre y en la responsabilidad de volver a poner a Atlético Nacional en lo más alto del fútbol colombiano, hay una tarea silenciosa pero fundamental que recae sobre los hombros de Javier Gandolfi: darle vuelo a los juveniles.
El técnico argentino sabe que en un club como Nacional, donde la exigencia es constante y la hinchada no da margen de error, encontrar equilibrio entre la experiencia y la renovación no es sencillo. Sin embargo, la cantera verdolaga sigue produciendo talento, y varios de esos jóvenes comienzan a pedir pista con fuerza para el segundo semestre del año.
En el arco, Luis Marquínez sigue esperando mayores oportunidades. Sabe que tiene por delante a dos porteros de jerarquía: David Ospina, ídolo y referente, y Kevin Mier, ‘Chipi Chipi’, de amplio recorrido. Pero el joven arquero no baja los brazos y confía en que su momento llegará.
En defensa, Simón García y Juan José Arias encarnan el recambio que Nacional necesita. Arias cerró el semestre pasado como titular, ganándose la confianza del cuerpo técnico. Simón, por su parte, tiene condiciones indiscutibles: sobriedad, buen juego aéreo y salida limpia desde el fondo. Si recibe oportunidades, puede consolidarse como un baluarte. A ellos se suma Royer Caicedo, quien en sus primeras presentaciones dejó buenas sensaciones, mostrando personalidad y claridad táctica. Como lateral, Cristian Uribe también ha mostrado talento y proyección ofensiva, algo vital en el sistema de Gandolfi.
Más adelante en el campo, en la primera línea de volantes, aparece Elkin Riveros. Con personalidad y buena lectura de juego, ha demostrado que tiene con qué. Aun así, deberá seguir madurando su rol, entendiendo los tiempos del partido y aprendiendo a liderar desde la zona más estratégica del campo.
En la zona de creación o como extremo, Juan José Rosa se robó los aplausos en el último partido del cuadrangular frente a Once Caldas. Con desparpajo y talento, dejó una imagen prometedora que ilusiona al hincha verdolaga. También Juan Manuel Rengifo, un número 10 con mucha clase.
Gandolfi tendrá el reto de llevarlos con cuidado, sin apurarlos, pero también sin frenar su impulso. El margen de error será mínimo y la presión será mayor: cada punto en juego será examinado con lupa por una hinchada que exige resultados inmediatos. Pero si hay algo que estos juveniles tienen, es hambre. Hambre de triunfo, de gloria y de hacer historia con la camiseta del equipo más grande de Colombia.
Combinar su ímpetu con la experiencia de referentes como Ospina, Tesillo, Jorman y Cardona, y con los refuerzos que están por llegar, podría ser el secreto para reconstruir un equipo competitivo, con identidad y sangre nueva. En medio de la reconstrucción, la cantera podría ser la gran aliada de Gandolfi.
