La estadística reciente señala que el ganador del partido Barcelona-Real Madrid acostumbra a proclamarse campeón de la liga española a final de temporada. Pero, el clásico 233 que ambos disputan hoy, va mucho más allá de la conveniencia por conseguir los tres puntos.
El duelo entre azulgranas y madridistas es también, de nuevo, el de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, los dos astros del fútbol mundial que se reparten los últimos ocho trofeos al Balón de Oro.
Se trata de un lance planetario que juntará cerca de 100.000 aficionados en el estadio Camp Nou y millones de telespectadores ante la pantalla.
Sus variantes pueden ser, como siempre, infinitas, con giros y protagonistas de lo más inesperado. Aunque de inicio, los focos se fijen siempre en el argentino Messi y el portugués Cristiano, quienes se medirán por 26a. vez en su carrera defendiendo la camiseta de sus respectivos clubes.
Poco le importa al equipo dirigido por Zinedine Zidane, vigente campeón de la Liga de Campeones, la forma en que acumula triunfos y títulos. Cristiano es el máximo cañonero con 10 dianas, cinco de ellas en las últimas dos fechas.
“Estar por delante no significa nada. Siempre nos jugamos mucho. No hacemos cálculos”, aseguró Zidane. “Ellos son los campeones, y los campeones siempre son buenos en los partidos grandes”.
El Barsa, sumido en el debate estilístico, mira al acérrimo rival desde la posición de escolta, seis puntos abajo y con notable inquietud, tras hilvanar dos empates ligueros ante Málaga y Real Sociedad.
El último, contra los realistas, en el cual los azulgranas apenas dispararon dos veces al arco, expuso la peor versión de los de Luis Enrique y mereció un serio toque de atención del central Gerard Piqué. “Nos faltó actitud, y así va a ser muy difícil ganar la liga”.
Pese a anotar su noveno tanto liguero, Messi anduvo lejos de su nivel habitual, aunque de él cabe esperar cualquier cosa. El último tanto de “La Pulga” al merengue data de 2014, una prolongada sequía que amenaza con romperse para seguir por delante de Cristiano, en su particular cara a cara: manda con 21 dianas en los clásicos, cinco más que el madridista.
“Buscaremos tener el balón y espacios para generar ocasiones. Espero a un Madrid muy parecido al del año pasado, que deja la posesión al rival y busca el ataque directo”, dijo Luis Enrique. “Nadie se atrevería a decir que el resultado, sea cual sea, será determinante”.
La mesa, por ahora inmaculada y de reluciente y preciada vajilla, está lista para servir el apetitoso menú de hoy, el de siempre, el clásico de Messi y Cristiano.
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