Por juan felipe zuleta valencia
Hubo a quienes el gol de tiro libre de Daniel Bocanegra el pasado domingo, ante Cali, que mantuvo con vida a Nacional en los cuadrangulares, les recordó la anotación que marcó Juan David Valencia, por la misma vía, seis años atrás para vencer en la agonía del partido a Águilas y evitar la eliminación del elenco verde en los cuadrangulares y que hubiera desencadenado, según varios protagonistas de la época, el fin de la gestión del entrenador Juan Carlos Osorio.
De estar virtualmente eliminado, el tanto de Valencia sacó airoso al conjunto verde de Ditaires, recibió a Pasto en la última fecha, necesitando un triunfo propio y una derrota del Tolima. Contra todo pronóstico ambos resultados se dieron y el elenco paisa comenzó así, en medio de las dificultades, su dominio local.
El antecedente no es más que una afortunada coincidencia, pero son cosas a las que la hinchada se aferra en momentos de contrariedad.
Eso sí, lo que no es fortuito es el prestigio que se ha ganado Nacional como equipo de jerarquía en situaciones de apremio.
El juego de esta tarde ante Tolima podría significarle al plantel antioqueño su eliminación o la oportunidad de llegar a la última fecha, ante Junior, con muchas posibilidades de meterse a su final número 14 por torneos cortos (desde 2002).
“Como familia, como grupo, estamos ilusionados. Tenemos sed de revancha (contra Tolima) por todo lo que ha pasado (le ganó los últimos 4 partidos). Y bueno, tenemos esa ilusión de seguir en Liga”, sostuvo Bryan Rovira, un hombre que aún está camino a la consolidación.
Aunque el ímpetu de los jugadores que apenas recorren sus primeros grandes retos en el fútbol es importante, en esta clase de misiones, en las que se parte con ciertas desventajas, es indispensable la presencia de hombres como Daniel Bocanegra, esos futbolistas cuya curtida trayectoria les permite en un momento preciso aislarse del trámite de juego, revelarse y gestionar soluciones por cuenta propia.
A Bocanegra se sumará, posiblemente, Alexis Henríquez, otro de los que siempre estuvo en esas situaciones límite, liderando en el campo la reacción necesaria para superar esos escollos.
Cada juego como el último
A pesar de su inexperiencia, el técnico encargado Alejandro Restrepo ha sabido capotear de buena forma el entorno del equipo. En la rueda de prensa previa al partido en Ibagué dejó claro cuáles son sus perspectivas como técnico interino del elenco paisa.
Le consultaron al entrenador de 36 años que si superaba estos dos encuentros que tiene por delante, ante Tolima y Junior, se veía dirigiendo en la final del fútbol colombiano al club más ganador del país.
“Mi final es el partido contra Tolima; es la final que quieren jugar los muchachos y estamos enfocados en este partido. No pienso en nada más que vivir lo que la vida nos tiene preparado y deparado”, replicó el paisa.
Fe verde, inseguridad local
En el fútbol las realidades cambian rápidamente. Hace dos semanas el Tolima exponía una seguridad sustentada en su buen juego, en los resultados y en la convicción de tener cerca los objetivos de la final de Liga y la clasificación a octavos de final en la Copa Sudamericana. Pero tras su eliminación en el certamen internacional y las cuatro fechas que lleva sin ganar entre ambos torneos, y otras cuatro sin conocer la victoria en condición de local, las dudas han tomado presos a los jugadores de Alberto Gamero.
En contraste, los dos triunfos recientes le han dado a Nacional cierto aire y ahora los jugadores ven como posibilidad real el ingreso a la final. Lo cierto es que después de lo vivido en el semestre, tener opciones en la penúltima fecha es alentador n