Jorge Enríquez confiesa que a pesar de lograr para Colombia el cupo numérico para competir en los Juegos Olímpicos de Tokio-2021, era consciente de que en ese momento, más allá del orgullo que lo invadía, no estaba preparado mentalmente para ratificarlo y responder ante semejante responsabilidad.
“No se puede ser egoísta, es un evento para el cual hay que estar al 100 por ciento, además se se deben respetar los procesos, las reglas, y entender que en ese momento había compañeros con mejor nivel”, comenta.
Al final su corazonada, en medio de la gran velocidad con la que empezó a desarrollar su talento y técnica para el tiro con arco, le dio la razón, y su compatriota, el paisa Daniel Pineda, terminó representando al país en las justas realizadas en la capital japonesa.
Ahora, pensando en las Olimpiadas de París-2024, Jorge manifiesta que es el momento para conseguir su clasificación nominal, pues se siente fuerte, motivado y cargado de convicción para cumplir un grato papel en el máximo certamen del deporte.
Respetó los tiempos
Lo que sorprende de Jorge es su buena planificación y el respeto de los tiempos para cumplir lo que se traza.
Recuerda que al inicio, luego de retomar su carrera hacia el alto rendimiento en el arco, pues más joven hizo una pausa al practicar disciplinas como esgrima, béisbol, fútbol y voleibol, comenzó a entrenarse solo con el objetivo de llegar a la Selección Colombia de la especialidad de las flechas.
“Sabía que luego, al entrar al equipo nacional, debía, como mínimo, mantenerme unos cuatro años más y así pensar en llegar a unos Olímpicos sólido”, comenta el deportista de 23 años, y quien gracias a su padre Omar, entrenador de la Liga de Valle, empezó a enamorarse del arco a los 6 de edad.
“Por eso cuando logré el cupo olímpico en el Campeonato Panamericano de Monterrey-2021, todo fue muy rápido. Si bien me di cuenta que tenía la capacidad física para estar entre los mejores, sabía que mentalmente no estaba preparado para afrontar esas presiones”, rememora el deportista caleño, radicado en Medellín desde 2021.
Era consciente de que no es lo mismo competir en Colombia que en el exterior.
“Era mi primera vez en la Selección Colombia, y estaba afrontando las primeras presiones en medio de tantos desafíos. Entonces quisimos llevar las cosas más despacio pero de manera segura, pensando en París-2024. De hecho en esa ciudad, donde se hizo el último repechaje para Tokio-2021, me tracé como lema estar en los siguientes Juegos. Todo eso fue bueno porque me protegió mentalmente. Ahora siento más madurez y confianza para afrontar con seguridad cada reto que llega”.
Dice que en su camino, para llegar fuerte a la élite del deporte, buscaron no solo un buen proceso atlético sino también sicológico, técnico y médico, y a partir de ahí empezaron a darse los resultados proyectados, entre ellos ser medallista bolivariano y suramericano”.
Ahora el arquero en la modalidad de recurvo, y quien fue uno de los protagonistas en la Copa Mundo que se terminó el fin de semana en Medellín, es en la actualidad el mejor del ranquin nacional y el único en la historia del país con mejor escalafón en el ámbito mundial. Es 18°, una posición que lo fortalece para enfocar por metas más altas en su carrera, entre ellas los Olímpicos que se avecinan.
Ante otros grandes retos
Después de la Copa Mundo de arco en Medellín, Jorge Enríquez se alistará para representar a Colombia en los Juegos Centroamericanos de San Salvador, del 23 de junio al 8 de julio. Luego actuará en el Mundial de arco en Berlín, entre julio y agosto, el cual otorga cupos a los Olímpicos-2024; en la última parada de la Copa Mundo en París, en agosto; tendrá Juegos Panamericanos en Chile, en octubre; y Juegos Nacionales en el Eje Cafetero, en noviembre.