Durante 2023 la Liga Antioqueña de Tenis vivió una odisea. El motivo fue que hubo algunos desencuentros entre la antigua administración que terminó periodo en mayo de 2022 y la que entró a dirigir hasta 2026, lo que puso a la entidad en el foco de la opinión pública.
Todo empezó en marzo de 2022. En la asamblea de clubes que se realizó el 14 de ese mes, eligieron un nuevo comité ejecutivo, conformado por Carlos Alberto Calderón (presidente), Catalina Sierra (vicepresidenta) y Jonathan Gómez Giraldo (tesorero), quienes reemplazaron a Juan Alberto Ortiz y Álvaro Muñoz (Sierra también hizo parte de esa administración como tesorera).
Esa administración tenía unos trabajadores de confianza que llevaban más de 18 años en la entidad. Entre ellos estaban Héctor Monroy, director ejecutivo; Esteban Jiménez, coordinador deportivo, y Carlos Restrepo, coordinador técnico. Varias de estas personas no estuvieron de acuerdo con la manera en la que se realizó la elección de la nueva junta.
“Por eso la revisora fiscal de entonces (Gladiz Mora), fue quien tomó la iniciativa de anteponer unos recursos ante Indeportes Antioquia (para que no se aceptara la elección de la nueva mesa). Yo estuve de acuerdo porque sabía, por mi experiencia de 25 años, que el proceso no estaba bien hecho”, comentó Monroy.
Lo que acusaban era que el método de votación que se utilizó no fue el adecuado porque no se votaron uno a uno los miembros del comité, como lo establece el decreto 1228 de la ley 181 de 1996, sino que los representantes de cada club se pararon y sufragaron por tres personas a la vez.
Eso llevó a que, el trámite ante Indeportes –la máxima autoridad pública del deporte en Antioquia– se demorara cerca de seis meses, cuando en condiciones normales se prolonga máximo 15 días. El registro llegó el 8 de septiembre del 2022, luego de que Indeportes decidiera que, como la Liga es una entidad privada, podía hacer la elección de su junta directiva de la manera en que se hizo. Con eso, Calderón asumió el rol de representante legal y pudo tomar algunas decisiones.
“Nosotros fuimos elegidos para empezar nuestro periodo el 31 de mayo. Trabajamos con el antiguo director ejecutivo (Héctor Monroy) hasta julio. Pero consideramos que no se venía manejando la Liga de buena forma porque presentaba pérdidas de 280 millones desde 2015. Era una empresa que siempre terminaba debiendo y como él era quien tenía el poder porque las personas del anterior comité manejaban todo de manera remota, decidimos no contar más con sus servicios”, dijo Calderón.
La salida de Monroy, que aseguró que fue despedido de manera informal, sin recibir una carta y tampoco indemnización, se dio el 9 de septiembre. Después de eso interpuso una acción de tutela por presunta violación de sus derechos laborales, que un juez falló en su favor en octubre del 2022.
La orden era que lo indemnizaran y que le restablecieran el cargo. Pero la nueva junta directiva decidió no hacerlo aduciendo que desde mayo le habían informado que no contarían con él y que además, desde que se lo dijeron, el anterior director ejecutivo se había hecho incapacitar como una manera de prolongar su vínculo con la Liga y había empezado a generar mal ambiente.
Esa situación desencadenó que algunos deportistas y entrenadores, que no estaban de acuerdo con el nuevo proyecto de la Liga –pretende masificar el deporte en el departamento y volverse una empresa económicamente estable– dejaran de entrenar en las canchas del sector estadio y se fueran a trabajar de manera particular en los clubes.
El asunto aún no se resuelve. Monroy dice que la nueva administración ha desacatado la orden del juez 13 veces, por lo que tiene la misma cantidad de multas, mientras que desde las directivas de la Liga aseguran que han intentado conciliar, le han ofrecido acuerdos de pago, pero él se ha negado.
Lo cierto es que, mientras todo se solventa, en la entidad tienen una base competitiva con la que esperan que, en los próximos años, puedan obtener mejores resultados deportivos y de nuevo se hable de la Liga por sus logros deportivos y no por los pleitos en su parte administrativa.
¿Estuvo en riesgo la participación en juegos?
El mejor momento del tenis antioqueño este año fue el triunfo de Diego Giraldo y Sergio Hernández ante Cabal y Farah en los Nacionales. Sin embargo, la participación estuvo en riesgo por el reconocimiento deportivo por parte del Ministerio del Deporte. Según el presidente Carlos Calderón, desde 2021 la Liga no contaba con este, por lo que debieron correr para que se lo entregaran y gestionar los recursos ante Indeportes que les permitió traer a los deportistas. Monroy, por su parte, aseguró que el proceso se empezó a hacer desde 2021 por parte de 14 Ligas, pero se demoró debido a algunas exigencias del Ministerio del Deporte.
