Un adagio popular reza: “dime a quién ganas y te diré la importancia de tu triunfo”. Y en Lucho Herrera, no solo por los rivales a los que derrotó, sino también por la forma como lo consiguió, tal frase encaja a la perfección luego de conquistar, de manera sorprendente y heroica, la Vuelta a España de 1987.
Ya ha pasado buen tiempo de esa gesta, pero su entrega, combatividad, fortaleza, lucha, sufrimiento en la bicicleta y hambre de gloria, están intactos en el recuerdo de los colombianos que, en esa época, fueron testigos de tal hazaña.
“Lucho es nuestro héroe, me encantaría que me recordaran con la misma emoción”, expresó esta semana Nairo Quintana, quien para ese momento aún no había nacido, pero que, a medida que fue creciendo y conociendo la historia del hombre considerado, en ese entonces, el mejor escalador del mundo y quien con sus fuertes, seguros y contundentes pedalazos no solo paralizó al país sino que también lo puso a sonar fuerte en el ámbito internacional.
“No creo que Lucho pueda ganar la Vuelta”, indicaba el 3 de mayo de ese año uno de los grandes contendores del cundinamarqués, el alemán Reimund Dietzen, quien era líder de la carrera. Un día después, rumbo a los míticos Lagos de Covadonga, Herrera sacó su poderío para vencer y desbancar del primer puesto al europeo. Este, con resignación, exclamó: “no pensábamos que él iba a subir tan fuerte”.
Desde esa memorable jornada, el colombiano, apodado el Jardinerito de Fusagasugá, pues de joven trabajaba en ese oficio para ayudarle a sus padres, Rafael y Esther, en las necesidades del hogar, cimentó lo que sería el primer triunfo de Colombia en una carrera grande. Allí derrotó a Dietzen, (2° en la general, a 1.04), al francés Laurent Fignon (3°, a 3.13), al local Pedro Perico Delgado (4°, a 3.52), y al irlandés Sean Kelly (abandonó), leyendas del ciclismo que nada pudieron hacer ante su vigor.
“No nos conocían porque no habíamos sido protagonistas en carreras grandes, no nos tenían en cuenta. Nos marcaban para los premios de montaña, pero no para la general. Todo cambió cuando Lucho ganó en Covadonga”, rememora Rafael Antonio Niño, director técnico de Herrera en el 87.
“La carrera la iniciamos buscando la montaña, pero cuando Herrera se vistió con la camisa amarilla de líder, cambiamos la estrategia, empezamos a soñar en grande y por fortuna le dimos una linda alegría al país”, resalta Niño, quien no olvida que le decía a Lucho que no atacara tan rápido para evitar quedarse sin alientos más adelante.
“Nunca fue testarudo, aceptaba los consejos. Su andar era admirable, era muy explosivo cuando iniciaba la cuesta, por algo fue considerado el mejor escalador del mundo”.
Lucho, por su parte, un hombre que en ocasiones se ve tímido, que es de pocas palabras, indica que está feliz al ser todavía recordado por su hazaña. Sus pedalazos siempre hablaron por él.
Como diría Santiago Botero, Herrera ayudó a cambiar la mentalidad del corredor criollo, lo hizo soñar en grande. Hoy a sus 55 años de edad, el Jardinerito sigue siendo “un héroe”, el mismo que inspiró a Nairo para escribir más páginas de gloria.
(Vea aquí la infografía: Similitudes y diferencias que consagraron a Lucho y a Quintana)
“Si no me hubiera caído, me ganaba esa vuelta con ventaja”: Pacho Rodríguez
Cuando ganó una etapa en el Dauphiné Liberé de 1984, los ojos de los equipos europeos posaban sobre el escalador nacido en Duitama (Boyacá), el 28 de mayo de 1960.
El equipo Zor se hizo a sus servicios gracias a Javier Mínguez. Para responder a esa confianza, Francisco “Pacho” Rodríguez hizo una preparación intensa basada en un gran porcentaje de los recorridos de la Vuelta a Colombia.
El 23 de abril arrancó el giro español. Hacía una buena competencia, pero una caída, llegando a Santiago de Compostela le reportó una pérdida de 22 segundos con al líder, y posterior campeón, Pedro Delgado. “Yo sí digo que, de no haberme caído, yo me ganaba esa Vuelta y con ventaja”, expresa Pacho, quien sustenta esa afirmación en las dos victorias consecutivas, en las etapas 12 y 13 -primer corredor en 40 años en realizar esa gesta en la cita ibérica-.
“Recuerdo que le aposté un radio a Mínguez si ganaba en Andorra y, al otro día en la contrarreloj de Pal, demostré que no era solo por el radio”.
El reloj seguiría siendo su aliado y en la CRI de Alcalá llegó segundo. Aún así, no le alcanzó para descontarle a Delgado y Robert Millar, haciéndose al tercer lugar de la competición (46 segundos atrás del líder). “Orgullo por ser el primer colombiano en un podio de esa competencia y porque mucha gente lo recuerda como si fuera ayer”.
El ahora profesor de ciclismo de pista del Idrd Bogotá siente que la evolución del ciclista es notoria. “Lo de Nairo, Chaves y los que vienen es enorme, han colocado el ciclismo en un escalón alto”, puntualiza Pacho, el hombre que abrió el sendero triunfal.
“La alianza de los españoles impidió mantener la ventaja sobre delgado: Fabio Parra
El boyacense Fabio Enrique Parra escribió páginas doradas en la Vuelta a España: 7 veces terminó en el top-10, siendo su mejor figuración en 1989 cuando fue subcampeón, detrás de Pedro Perico Delgado, que lo aventajó por 35 segundos. En 4 terminó quinto en la general, una vez séptimo y otra, octavo.
Parra recuerda que la Vuelta del 89 resultó cerrada “de principio a fin” y buscó el título hasta la penúltima jornada que tuvo cinco premios de montaña (tres de primera categoría). Allí alcanzó a ser líder transitorio de la carrera, luego de una “lección de pundonor y vergüenza deportiva”, como lo señalaron los propios españoles. La estrategia del equipo Kelme, que dirigía Rafael Carrasco, por poco alcanza para lograr el primer lugar del podio en la general individual.
Cinco veces atacó Parra a Delgado en esa fracción y logró su objetivo de despegarlo, “pero la alianza de varios ciclistas europeos” frustró las intenciones de los colombianos que hicieron el 1-2-3 en la etapa con Alberto Camargo, Parra y Ómar Hernández. Al día siguiente, era el “paseo de la victoria”.
“Todos son recuerdos positivos por los resultados, siempre fuimos protagonistas en la carreras grandes”, dice.
Este pedalista, hoy con 56 años, dice que tras las sanciones a Lance Armstrong, por dopaje, los controles son más rigurosos y los colombianos han tenido la oportunidad de mostrarse y pelear de tú a tú con los europeos. “Eso ayudó a que se nivelaran las condiciones físicas”. Ahora está feliz con la participación de Nairo en España y cree que el título en el Tour “llegará más temprano que tarde”.
“Nos dedicamos a detenernos entre colombianos y perdimos a perico”: Vargas
Tras terminar un Clásico RCN, dos semanas antes de la Vuelta a España de 1989, Óscar de Jesús Vargas no se sentía bien. “Quizás eran las cargas tan fuertes de trabajo”, decía. Alivianó su preparación y fue fundamental porque en el primer pedalazo del 24 de abril sintió su mejor estado físico.
Fue así como empezó a acechar los primeros lugares en las etapas y a hacerse con dos camisetas: la de combinadas y la de líder de la montaña. Y fueron dos etapas las que, para él, mostraron que estaba en el tope de su potencial: la 11a., con llegada en Cerler, y la 16a., con arribo a Lagos de Covadonga. En ambas fue segundo. “Uno sentía que daba los pedalazos con facilidad mientras los otros sufrían”.
Sin embargo, el conocido Óscar DJ cree que la posibilidad de acercarse al sueño rojo se frustró porque “nos dedicamos a cuidarnos entre los colombianos, sobre todo con Fabio (Parra) porque había una lucha entre el Manzana Postobón y el Kelme por la general de equipos, y descuidamos a Pedro “Perico” Delgado”. Aún así, Vargas fue el hombre más regular en la prueba que culminó el 15 de mayo logrando podio (a 3.09 de Delgado), el campeonato de la montaña y el de las combinadas. “Da mucha felicidad porque fuimos los últimos, junto con Fabio, en ocupar un podio en esta vuelta”. Por eso hoy verá con alegría en su televisor el paseo triunfal de Nairo y aplaudirá el esfuerzo de Esteban Chaves. “Uno se queda sin palabras ante los dos: Nairo es un sobrenatural, no hay más definiciones, y Chaves es un guerrero”.
