En días recientes, Rigoberto Urán pedaleaba con traje formal y dictando a la vez una conferencia.
Lo hacía desde casa y en su habitual práctica virtual.
El antioqueño, referente del ciclismo mundial, expresaba que ejercitarse en simuladores era una actividad que había llegado para quedarse, incluso, después de que termine el confinamiento debido a la actual crisis sanitaria.
Los entrenamientos y competencias digitales de ciclismo han sido tendencia en los últimos dos meses desde que comenzó el aislamiento preventivo.
No solo a las grandes estrellas del ciclismo han incursionado en ellas para mantener el estado físico, también a los deportistas aficionados, que han visto en estas plataformas un escape ideal para salir del sedentarismo, retarse e interactuar con otras personas, como ha sido la constante en los Miércoles del Clásico EL COLOMBIANO.
El evento congregó, en un mes de rodadas, cerca de 1.000 participantes, a través de la aplicación Rouvy, desde países como Estados Unidos, Canadá, México, Costa Rica, Chile, Australia, Uruguay, Holanda, Israel, Honduras, Venezuela y España.
Reafirmando las palabras de Urán, Lucas Ochoa, administrador de empresas y quien tiene una tienda de bicicletas, comenta que, por estos tiempos, el mercado de elementos tecnológicos relacionados con esa actividad se ha incrementado.
Ochoa cuenta que hace tres meses, antes de la pandemia, la venta de los simuladores, era escasa y debía ser bastante argumentada. “Había mucha gente reacia a la compra, al señalar que no era lo mismo pedalear en casa que en la calle. Yo llevaba siete años en la labor de ir a las viviendas de los compradores para explicarles los beneficios de estas alternativas de entrenamiento y así aprendieran a coger el ritmo. Ahora, con esta situación, los corredores no tuvieron otra opción, y se pusieron a la tarea de conocer sus bondades. Ante la necesidad y el gusto, doy acompañamiento, si mucho, por teléfono”.
Gomoso de la bicicleta y a la vez participante en los Miércoles de Clásico, Ochoa dice que si bien estas herramientas no reemplazan la carretera, sí son un complemento de la rutina del ejercicio.
“Es que usted puede tener dos bicicletas, una para ruta y otra para ciclomontañismo, pero si llueve, ¿para dónde va a salir?, es bastante complicado. Los amantes del ciclismo entendieron que esta era una buena forma de hacer deporte, estando cerca de la familia, en un ambiente sin contaminación, aprovechando el tiempo, manteniendo la condición física y compartiendo con amigos”.
Este hombre de 45 años dice que simuladores smart trainer, conocidos como los inteligentes, que son conectados a celulares, tablet o computadores, pueden adquirirse desde $1.200.000; mientras que los rodillos convencionales, que los ciclistas controlan manualmente para disminuir o aumentar la dureza, cuestan entre 150 y 600 mil pesos.
“Sin duda la venta se elevó. Antes de la cuarentena, según mis cálculos y en lo que puedo manejar, había una cifra de 400 smart trainer en Medellín, ahora hay más de 1.500. Se aceptan con agrado por la forma de montar en bicicleta”, agrega Ochoa, quien hoy, en el quinto Miércoles de Clásico, espera seguir disfrutando y mejorando sus tiempos .