Siempre llega puntual y es una de las primeras que aparecen en la cancha para los entrenamientos. A Carolina Hoyos Marín le gusta lucir impecable, su uniforme y presentación dan fe del respeto que siente por el fútbol playa.
El día que la acompañamos a una práctica, era la única mujer en medio de un grupo de talentosos jugadores que la valoran y la admiran.
Con su uniforme ajustado, algo de maquillaje, manicure y pedicure de llamativo diseño, y un bronceado perfecto, Carolina saltó a la arena para hacer lo que más ama, jugar fútbol.
Confesó que aunque conoce el fútbol playa desde 2016, el 2023 ha sido el año en que se ha dedicado con más disciplina y constancia, pues una de sus metas es motivar a que más mujeres se dediquen a este deporte que es avalado por la Federación Colombiana de Fútbol.
“No es fácil”, dijo mientras recordó todos los sacrificios que debe hacer, puesto que el balompié de playa no es profesional en el país y por ello tiene que dedicarse a otra actividad que le brinde remuneración económica para poder sobrevivir.
Esta Profesional en Deporte es entrenadora de fútbol tradicional en categorías inferiores (iniciación y formación) y del club Diosas del Fútbol, conformado por mujeres que compiten en los torneos de la liga de Antioquia, vacacionales y eventos de exhibición.
Otra de sus facetas es el baile, arte que ama y en el que también es entrenadora de rumba aeróbica.
Por su experiencia y calidad, Carolina, quien juega como defensa, generalmente es llamada para que refuerce un equipo de Bogotá en un torneo nacional, donde han sentido su férrea marca, potencia y fortaleza, condiciones que ha alimentado desde hace 13 años, tiempo que lleva jugando.
Ahora, en fútbol playa, además de disfrutar el ambiente, logró mejorar la capacidad física y técnica, aspectos que considera fundamentales para mantenerse competitiva y en busca de alcanzar sus objetivos.
Misión de vida
Caro, como algunos la llaman, invitó a varias compañeras a que se vinculen al fútbol playa y ya logró que seis entrenen en la arena. Por el momento no son tan constantes como ella, pero está segura de que pronto lo harán, pues al igual que pasó con ella, se enamoraron de esta modalidad y cada día sacan más tiempo para compartir en la cancha de la Unidad Deportiva de Belén, donde entrenan.
La futbolista ha rediseñado su agenda para estar siempre en los entrenamientos. Solo cuando está compitiendo fútbol tradicional deja de asistir, pero cuando puede acude a su principal cita.
Los compañeros de Antioquia Beach Soccer la admiran, respetan y sufren con su marca, pues al no tener un grupo consolidado de mujeres a Carolina le toca entrenar con ellos. Eso le ha permitido aumentar la fuerza y potencia.
Practicar con ellos no le disgusta, pero admite que anhela hacerlo con mujeres, pues sabe que en la región hay futbolistas muy talentosas que podrían destacarse a nivel nacional.
Con su perseverancia quiere seguir inspirando e invitando a las mujeres a jugar fútbol playa. Está convencida de que puede motivar a otras chicas o niñas para que prueben las bondades de la arena que junto al sol y la técnica se convierten en el cóctel perfecto para crecer en el deporte.