Casi seis meses después de la tragedia en la que perdió a sus amigos, y por la que recibió una cirugía de amputación de pierna
derecha y tras estar en terapia intensiva, el exportero Jackson Follmann regresa hoy a territorio paisa y lo hará acompañado de su familia.
Él, que aún tiene abiertas las cicatrices físicas y las del alma por lo sucedido aquel fatídico 28 de noviembre del año pasado, viene con un objetivo primordial: agradecer a quienes lo salvaron y que sus seres queridos los conozcan.
Antes de abordar el avión que llegará hoy a Rionegro, el portero dialogó con EL COLOMBIANO sobre lo que ha soportado durante estos meses y lo que le produce regresar a un lugar del que tiene el recuerdo más triste de su vida, pero con el que también estará eternamente agradecido.
“Para mí y mi familia es una gran oportunidad de agradecer a todo el pueblo colombiano y, principalmente, a los médicos que me ayudaron tanto. Significa mucho poder retribuir ese cariño. He estado muy ansioso antes de este viaje, porque quiero darles un abrazo a todas las personas que cuidaron de mí”.
¿Cómo han sido estos meses para usted?
“De levantarme todos los días y darle gracias a Dios porque estoy vivo, de abrazar a mi familia a diario, de no discutir por cosas sin sentido porque la muerte te puede sorprender en cualquier momento. También estoy aprendiendo a caminar con mi prótesis y me siento tranquilo, no tengo odio hacia a nadie por lo sucedido, me siento en paz conmigo y con los demás”.
¿Qué recuerda de aquella noche del accidente?
“Que se apagaron las luces y el avión empezó a bajar bruscamente, ahí fue cuando entendimos que algo andaba mal. Del momento del impacto no recuerdo nada. Solo que cuando desperté hacía mucho frío, llovía y pedí socorro, que me ayudaran porque no quería morir. Varios de mis compañeros, algunos de los que murieron, también gritaban. Después llegaron las personas que me sacaron de allí y me llevaron al hospital”.
¿Qué le produce que Chapecoense regrese a disputar otra final?
“Este grupo de muchachos tiene la misma alegría con la que nosotros jugábamos, una gran ilusión de representar muy bien a la ciudad y conseguir el título de la Recopa para dedicárselos a los amigos que nos dejaron. Yo viajo primero en un avión con mis otros compañeros que sobrevivieron también (Neto y Alan Ruschel), nos acompañan Rafael Henzel (periodista sobreviviente) y nuestras familias. Eso para los jugadores que van a actuar en este partido será especial, sentirán todo nuestro respaldo”.
¿Si Chapecoense no logra el título cómo se sentiría?
“Primero aplaudiría a un rival como Nacional, un club que nos ha mostrado toda su solidaridad y me sentiría igual de orgulloso con los jugadores de Chapecoense, porque han hecho mucho por reconstruir este equipo y ya son unos ganadores. Hacen parte de esta gran familia”.
Los directivos de Chapecoense le pidieron a la Alcaldía de Medellín que no les realizara más homenajes, ¿qué opina?
“Está claro que estamos eternamente agradecidos con esta ciudad, con Colombia, pero creo que todos queremos concentrarnos en lo que será el partido y no remover más el dolor por lo sucedido. Agradecemos el cariño de la gente y más allá de los homenajes, siempre estarán en nuestros corazones”.
¿Quiere seguir vinculado al fútbol?
“Claro. Este deporte me lo ha dado todo y mucha gente podría pensar que me ha quitado muchas cosas, pero yo no. Por el contrario, me ha dado una razón más para luchar por mi familia, por el cariño de las personas importantes para mí. Una razón para darles valor a las pequeñas cosas, valorar el tiempo con esas personas valiosas, saber que el dinero no nos regala la felicidad y que solo Dios sabe en qué momento dejaremos este mundo. Así que de una manera u otra siempre quiero estar vinculado a este deporte”.
¿Todavía hay mucha tristeza?
“Siempre la habrá, pero hay que aprender a vivir con ella. Saber que la vida esta llena de amargos momentos, pero también de instantes de felicidad. Lo que nos sucedió nos hizo visibles en todo el mundo. En cualquier parte conocen a Chapecó, saben que en esa ciudad hay gente unida, solidaria, que un equipo como el que tuvimos y logró tantas cosas lindas en la Copa Suramericana, se inmortalizó. Mis amigos no murieron, seguirán vivos en el recuerdo por generaciones”.