Sin importar la exigencia de los entrenamientos en el Club Campestre de Medellín, Alejandro Arcila Zapata mantiene su sonrisa mientras responde cada bola.
Su felicidad es evidente no solo por el nivel deportivo que muestra y por el trofeo de la Malla de Oro que le entregó la Liga Antioqueña de Tenis como mejor prejuvenil de 2021, sino porque la próxima semana participará en dos torneos ITF en El Salvador, en los que espera brillar como lo hizo en el Orange Bowl en Estados Unidos, en el que quedó campeón.
Luego de esos torneos regresará a la Academia de Rafael Nadal, donde aprovechará su estadía en Europa para medirse con rivales que le ayuden a seguir avanzando.
Antes de viajar a suelo centroamericano, el tenista habló de sus planes y expectativas para la temporada.
¿Qué significa la Malla de Oro que le entregó la Liga?
“Representa mucho porque es el reconocimiento a todo el trabajo y a los buenos resultados del año pasado. Además, estar junto a los mejores del departamento es un estímulo para seguir en este proceso que, espero, me lleve a ser tenista profesional”.
De los torneos que ganó, ¿cuál fue el más especial?
“Llegar a la final del Orange Bowl y ganarlo fue muy importante. Me permitió cerrar el año con una gran victoria”.
¿Cuál es el objetivo para este 2022?
“Este año voy a estar en los Torneos ITF (circuito júnior mundial juvenil). La idea es medirme a tenistas más grandes. En mayo cumplo 15 años, pero en estas competencias me enfrento a rivales hasta de 18 años, que tienen más fuerza, más potencia, pero me he preparado muy bien y espero, con mis armas (inteligencia y mentalidad), sacar adelante mis juegos”.
Vuelve a la Academia de Nadal, ¿qué meta tiene ahora?
“Sí, la idea es poder estar unas ocho semanas. Me gustó mucho porque tiene unas instalaciones maravillosas, hay muchos niños y niñas de todos los países, de todos los niveles y el fogueo es bueno. Además, aprovecharé para estar en algunos torneos en territorio europeo”.
¿Cómo fue su preparación para esta temporada?
“Fue atípica, disputé dos torneos y luego pude estar cuatro semanas en Medellín haciendo trabajo físico, adelantando cosas del colegio, entrenando en cancha y compartiendo un poco con la familia antes de emprender el viaje”.
¿En qué consistió esa preparación?
“Todos los días hacía doble jornada en cancha con mi entrenador Sergio Vélez y también destinaba una hora para la preparación física. El resto del tiempo traté de adelantar el colegio porque en competencia es más complejo”.
¿Se puso algún tiempo para convertirse en profesional?
“En los próximos dos o tres años espero disputar los Grand Slam júnior para dar el gran salto, pero por ahora voy paso a paso, siempre enfocado en avanzar”