Uno de los modelos de industrias creativas destacados ayer en la Cumbre Economía Naranja que se realiza en la ciudad hasta hoy, fue Circulart, el mercado de la industria musical latinoamericana que se hace en Medellín. Cada año este evento reúne a los eslabones de la cadena de este sector: sellos, artistas, periodistas, académicos, productores, empresarios y organizaciones que trabajan en su desarrollo.
En 2018 el evento tuvo negocios por 120.000 dólares durante las jornadas del mercado y las agrupaciones lograron el 22,5 % de sus negocios anuales durante este espacio, indicó la ministra de Cultura, Carmen Inés Vázquez Camacho, en la presentación de la estrategia naranja.
La economía naranja es uno de los pilares de este Gobierno desde agosto de 2018. Un año después se reúnen en un mismo escenario las herramientas, los actores, los líderes y la industria del país. Al finalizar su cuatrienio Duque espera que crezca más del 6 %, casi el doble de la participación actual en el PIB.
El viceministro para la Creatividad y Economía Naranja, Felipe Buitrago, comenta que “estamos mostrándole al mundo que en Colombia se están dando los pasos más importantes para poner a la cultura, la creatividad y el arte en la mitad del desarrollo”, en el centro de la política pública.
Más de 70 invitados de 17 países hacen parte de esta primera reunión, en la que se conversará de los distintos sectores involucrados en la Economía Naranja, entre ellos algunos temas fundamentales como el diseño, el audiovisual (cine, televisión y animación), la cultura y el arte, los distritos creativos y la propiedad intelectual.
La creatividad y las ideas atraviesan estos cinco subsectores. Carmen Inés Vásquez afirma que este proyecto no podría funcionar sin esos dos elementos. Como sucede en la música, se necesita quien haga composiciones, quien venda, quien comunique y quien cante. Esta es la explicación de cinco expertos.