—¿Cómo les va? Hoy está haciendo un día bien rico, con solecito —comienza saludando Claudia Lucía— ¿Ha hecho mucho sol estos días?
—Sí, ya llevamos dos semanitas así —responde Carolina, la mamá de Guadalupe, de 7 años, y María José, de 4, quien se acomoda en ese instante en una manta que tendió afuera de su casa, sobre el césped recién cortado, para recibir a la visita.
—Qué bueno, aprovechemos entonces el sol para disfrutar de este espacio de encuentro, de lecturas y de historias. ¿Conocen este cuento? —les pregunta al tomar un libro amarillo de entre los otros tanto que la acompañan.
—No, no —dicen al unísono las niñas.
—Se llama La tortilla corredora —les cuenta entonces mientras lo abre para comenzar a leer.
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Todas ellas están reunidas con el profesor Juan David Arroyave Ramírez en la vereda El Sabanazo, ubicada a hora y media de Santa Rosa de Osos, a la que no llega ningún tipo de transporte masivo, que no tiene ni un solo tramo de carretera construido, que a donde se le mire solo se le ven montañas de mil verdes, vacas de todas las formas posibles y una que otra casa, de algún color vibrante, empotrada.
Y están ahí porque Carolina hace parte de Palabras Viajeras, un programa rural itinerante de promoción a la lectura que desde hace cinco años está desarrollando el departamento de Bibliotecas de Comfenalco Antioquia, con el objetivo de “promover y animar la lectura en los sectores rurales del departamento, acercando los servicios bibliotecarios a territorios y entornos donde es difícil el acceso y la exposición voluntaria y autónoma a los libros, a través de acciones donde la lectura pueda unirse a experiencias vitales en el entorno familiar y comunitario”, explicó Claudia Lucía Calle Díaz, promotora de lectura de Comfenalco Antioquia.
Por eso si bien la activación de Claudia empezó con la lectura de La tortilla corredora, un libro de Laura Herrera que cuenta la historia de una tortilla decidida a no dejar que nadie se la coma, escapando y esquivando a los niños hambrientos y a otros depredadores, continuó con espacios de diálogo en los que, en medio de cada página, las niñas o la mamá iban imaginando, entre risas, posibles giros de ese mismo cuento; y con una actividad en la que cada una creó su propia tortilla con snacks comestibles.
—Carolina, ¿cómo se llama tu tortilla y de qué escapa? —le preguntó Claudia Lucía.
—Mi tortilla es una tortilla voladora y se escapa de los conflictos, de los miedos, de muchas cosas malas.
Ahora, ¿en qué consiste específicamente el programa de Palabras Viajeras? Para responder esa pregunta, solo basta con leer esto: “Hace tres años el profesor Juan David invitó a mi familia a hacer parte de un programa de promoción a la lectura que le iba a servir mucho a Guadalupe y a María José para ampliar su vocabulario, su redacción, su comprensión, porque el programa consiste en que cada dos meses, Comfenalco nos proporciona a las familias inscritas un morral con seis libros diferentes”, contó Carolina Álvarez Gutiérrez.
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Es decir, cada dos meses un promotor de lectura, en este caso Claudia Lucía, y un profesor, Juan David, visitan el hogar de cada familia inscrita -en El Sabanazo hay 25- y le llevan un morral con seis libros de diferentes géneros literarios, como cuentos infantiles, poesía, novelas, contenidos informativos, entre otros, y recogen el que con anterioridad tenían, con el fin de que el material se rote entre los participantes y no se repita.
Además de los libros, en el morral va una suerte de red social análoga llamada La bitácora, en donde cada lector se compromete a dejar sus comentarios sobre la historia que conoció durante el tiempo en que tuvo “x” morral.
“La bitácora es un cuaderno donde cada familia tiene la oportunidad de dejar una suerte de reseña del libro, de contar si les gustó o no, a veces los niños hacen dibujos, o donde a veces también suceden cosas como que alguien dice: ‘Ay, me estaba leyendo Como agua para chocolate, pero no me lo alcancé a terminar, por favor, ¿quién lo termina de leer me cuenta qué pasa?’, entonces es un espacio en el que se dan ese tipo de conversaciones, de recomendaciones literarias, y de oportunidades para la escritura”, comentó la promotora de lectura.
En la actualidad el programa cuenta con 600 materiales de lectura entre las 100 familias del programa, aunque desde su inicio, en junio de 2019, ha impactado con procesos lectores a más de 150 familias en la ruralidad de las regiones Norte y Urabá en los municipios de Santa Rosa de Osos (vereda el Sabanazo), Yarumal (vereda Mina Vieja), Belmira (vereda el Zancudito, aunque ya no continúa el programa en este municipio por razones de orden público), Apartadó (corregimiento San José de Apartadó) y Chigorodó (sector el Prado).
“Debemos asegurarnos de que el bienestar que promovemos sea accesible para todos, y para lograrlo tenemos que adaptarnos a las realidades específicas de cada una de las regiones y los municipios, por esos programas como Palabras Viajeras se han consolidado como una gran apuesta para aportar al bienestar social e intelectual de las familias que impactamos, y nos sentimos orgullosos de ello y más comprometidos para seguir fortaleciendo iniciativas como estas”, dijo Nillereth Montiel, la gerente Regional Norte de Comfenalco, el pasado jueves, en el evento que hicieron en la vereda El Sabanazo para celebrar los cinco años de Palabras Viajeras.
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—Desde que Guadalupe y María José tienen acceso a los libros, son otras niñas, viajan a territorios a los que de otra forma no podrían conocer, usan su imaginación para crear historias todo el tiempo, me piden constantemente que les lea, su comprensión lectora está mucho más avanzada que la de otros niños de sus clases, la forma en que se expresan es muy distinta, nosotros vivimos muy felices desde que hacemos parte de Palabras Viajeras —no dudó en añadir Carolina antes de que terminara en su casa la entrega de una nueva mochila.
