Cuando el violinista ruso Maxim Vengerov vino a Medellín, hace 3 años, tocó en su recital un violín Stradivarius. Santiago Serna, violista de la Universidad de Antioquia, fue a ese concierto y no olvida el sonido del instrumento: “Llenó toda la sala, todo el Teatro Metropolitano, fue impresionante”.
Antonio Stradivari, quien murió el 18 de diciembre de 1737, fue uno de los lutieres más reconocidos en la época del barroco. Nació en Cremona, Italia, en una fecha desconocida de 1644, fue aprendiz de otro gran profesional italiano, Nicolò Amati. Cuentan desde la Sociedad Stradivari, dedicada a la preservación de la música clásica en Estados Unidos, que el primer violín conocido, etiquetado por Antonio Stradivari se hizo en 1666, “y con el sello Stradivarius (la forma latina de su apellido) se proclamó discípulo de Amati”.
Él hizo instrumentos a este estilo durante la primera parte de su carrera y hasta 1688. Después llegó lo que se llamó la época dorada de los violines, en la que no solo él, sino también otros lutieres, tallaron los mejores instrumentos. “Lo que se destaca de Stradivari es que llegó a la perfección del modelo. Lo hecho por él es de lo más costoso”, precisa Serna.
Después en su taller tuvo seis aprendices entre los que estaban sus dos hijos, Francesco y Omobono, quienes construyeron violines, violas y violonchelos con su sello. Del artesano se destacan sus habilidades, también el diseño y el dibujo, “mucho mejores que las de cualquier otro fabricante de violines de ese momento”, anotan desde la Sociedad.
Técnicamente hablando, explica José Serna, lutier paisa, la sonoridad y estilo de dichos instrumentos fue muy particular en ese momento y destaca que una de los detalles que ponía el maestro era el barniz utilizado. “Una gran transparencia y pureza que aportaron a la sonoridad. En este mundo de la lutería el barniz es una alquimia”.
Aclaran desde la Sociedad que tanto Amati como Stradivari utilizaron un barniz cálido de color dorado y que el alumno desarrolló uno color rojizo-anaranjado, más profundo, que se convirtió en su estándar.