Un escritor que remueve el tema de los negros, de los atributos físicos, intelectuales y espirituales de esa etnia que trajeron a la fuerza los ibéricos, es el cartagenero Antonio Prada Fortul.
El autor de novelas sobre asuntos referentes a las raíces de nuestra afrocolombianidad, Benkos, Orika, Las arenas de Elegguá y Kanú, estuvo esta semana en Medellín y Envigado mostrando su más reciente novela: Kanú, el hijo de la selva profunda.
Cómo explica esa dualidad suya de ser escritor y comprometido con la reivindicación de una etnia
“Pienso que ambas cosas están entrelazadas. Hay tanto qué escribir, hechos ocultos qué develar, que pienso que es un compromiso moral, personal y, en cierta forma, espiritual, ayudar y aportar saberes y hechos que los cronistas de la época colonial ocultaron de manera deliberada. El hecho de tener una oriundez chocoana, ancestros haitianos, de vivir en Cartagena, ciudad donde aflora la africanía, haberme bautizado como palenquero y tener la consagración como sacerdote de Ifá, Babalao, me conduce a sumergirme en estos estudios sobre nuestra africanía”.
La novela histórica Benkos, las alas de un cimarrón tiene algo de tributo. Kanú, mucho de aventura y un tono de ritual. ¿Es la literatura un medio para la expresión, no de un hombre sino de un pueblo?
“En cierta forma el escritor es una especie de Griot, que no transmite las crónicas de los pueblos a través del canto o la narración oral, sino por medio de la escritura. El escritor carece de la mnemotecnia sagrada de los Griot, porque no ha sido iniciado en ese conocimiento. Los Griot eran sometidos a iniciaciones que los habilitaban para narrar la historia de los poblados que visitaban a través de un seguimiento en narraciones que en ocasiones duraban todo un día. El escritor escudriña en la memoria de los ancianos, en archivos, en sacerdotes yoruba, ganguleros congos de palo mayimbe, luases y mambos para interpretar la historia desde la óptica de quienes carecieron de medios y de voz para transmitirla en espacios hostiles”.
Kanú es un héroe africano que, después de haber llegado a América esclavizado, fue capaz de regresar libre al África. ¿Ese hecho es valorado entre la población afrocolombiana?
“Valora en gran medida estas cosas porque reivindican los valores de los africanos que trajeron aquí en el marco de la diáspora, eran personas con formación de guerreros en su mayoría, también llegaron muchos iniciados en milenarios conocimientos, médicos o sanadores con una formación de catorce o mas años en saberes sobre la curación que aplicaban en haciendas, minas y plantaciones”.
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