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¿Le gustan las biografías?, contar vidas ajenas tiene su ciencia

Escribir sobre la vida de los demás requiere de mucha investigación. Del proceso creativo en el perfil y la biografía se hablará en el Festival Gabo.

  • Las biografías son textos que escudriñan en la vida de famosos. Quienes los hacen deben ser cuidadosos: qué contar y qué no, qué es relevante y qué simplemente chisme. FOTO sstock
    Las biografías son textos que escudriñan en la vida de famosos. Quienes los hacen deben ser cuidadosos: qué contar y qué no, qué es relevante y qué simplemente chisme. FOTO sstock
08 de diciembre de 2020
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Cuando la periodista, cronista y traductora ecuatoriana Sabrina Duque escribió el perfil del futbolista portugués Cristiano Ronaldo, en la revista Etiqueta Negra en 2012, pasaba por un momento de su vida en el que quería contar historias sobre las motivaciones de las personas. “En ese caso era Ronaldo, un chico tan talentoso, un genio del deporte y su formación”.

Después de leer el perfil muchas personas se acercaron a ella a decirle que habían cambiado la forma de ver al deportista, “empezaron a entender que no era ese ser arrogante que todo el mundo cree que es. No le cambié la vida a nadie, pero le di a las personas la posibilidad de experimentar empatía con alguien desconocido de quien ya se han formado una idea con un montón de prejuicios”.

En parte, leer sobre los otros tiene mucho de curiosidad, “nos atrae la vida ajena y por eso a la gente le encanta tanto el chisme”, detalla Duque, los perfiles periodísticos y las biografías “son una forma más sofisticada de entrometerse y es algo que se hace con mucho cuidado”.

De eso hablarán ella y el escritor e historiador norteamericano Benjamin Moser, en una de las charlas de Festival Gabo que se realizará hoy de manera virtual a las 3:00 de la tarde, hora colombiana, en la página web www.premioggm.org.

Duque, autora de perfiles como Vasco Pimentel, el oidor, sobre el famoso sonidista cinematográfico portugués, ha sido finalista del Premio Gabo, trae ese relato y otros (Pessoa, Roberto Carlos y los meseros lisboetas) en su más reciente libro Necesito saber hoy de tu vida.

Moser se ha destacado por su trabajo como biógrafo de autoras como la brasileña Clarice Lispector y la estadounidense Susan Sontag, protagonista de su más reciente publicación Sontag, Her Life and Work, obra ganadora del Premio Pulitzer de biografía 2020.

El cuidado del otro

Es, para Duque, un punto muy importante en la construcción de un perfil o una biografía, “con Benjamin Moser lo hablaremos, es preguntarse ¿qué crees que a la otra persona le mortificaría que se supiera? En realidad hay temas muy privados como el registro sexual del personaje al que le estás haciendo la biografía. Son cosas muy íntimas que en la mayor parte de los casos no tienen nada que ver”.

Moser agrega que realmente el sexo y el dinero son dos asuntos sensibles. “pero hay otros también como la familia, la relación con los padres, con los hijos, las parejas y la carrera”. Y al escribir una biografía, en su caso, se hace una pregunta de manera personal, “si fuera yo, ¿me gustaría que contaran eso de mí?”. Puntualiza Moser que también hay que andar con mucho respeto, “comprender que a todos nos pasan cosas difíciles y complejas, hay que darles espacio, pero medido”. Y finaliza este punto con que es diferente escribir sobre personas muertas que sobre personas vivas, “quien murió ya se ha ido, entonces uno tiene que pensar en si lo que se va a escribir ayuda a comprender la vida y la obra”.

Jon Lee Anderson, quien habló del perfil periodístico en el Festival Gabo (su charla se encuentra en la página de YouTube del festival), recordó cómo el mismo García Márquez decía que “todos tenemos una vida pública, privada y secreta y que hay un compromiso ético en quien escribe. Uno tiene que usar su juicio y preguntarse, ¿es importante para el público o es morbo?”.

Organizar el material

Escribir sobre el otro requiere un buen periodo de investigación, seguimiento y recolección de información. La profesora de la Universidad Eafit y candidata a doctora en humanidades de la misma institución, Alejandra Arcila Yepes, explica que hay “un tiempo para revisar y seleccionar, otro para ordenar o para definir una estructura narrativa y uno más para escribir. Estos tiempos se cruzan, pues, durante la escritura, por ejemplo, puede ser necesario volver a la etapa de investigación o, quizá, la selección del material puede motivar algunos avances en la escritura del texto”.

María Eugenia Osorio, profesora de literatura hispanoamericana de la Universidad de Antioquia, cuenta que hay biografías con mucha investigación. “Para que sea considerado un texto con valor se requieren fuentes históricas. En algunas se entregan bibliografías y eso le da veracidad”.

Duque cuenta como ella sigue un orden a la hora de plasmar esos hechos en un texto y que nacen de esa investigación. “Mi proceso tiene mucho que ver con el hablar, a medida que lo hago mis ideas se van afinando y confío mucho en la intuición”, dice.

La escritora ecuatoriana hace una analogía con un tren, “la línea férrea es la columna vertebral y cada vagón tiene una serie de contenidos que van afianzando la idea de lo que estás contando y así voy haciendo. Y en el camino me doy cuenta de que un vagón está mal ubicado atrás, tiene que ir más adelante porque refuerza lo que estoy queriendo decir y ahí vamos armando y estructurando. La parte más compleja para mí es terminar. Me atormenta”.

Moser cuenta que en ocasiones hay tanta información que no se puede ni analizar ni digerir. “La organización que yo tengo es muy rígida e invierto mucho en ello”. Ademas considera que es muy importante tener claro que no todo cabe. “Yo tengo material para escribir veinte libros más sobre Susan Sontag”, cuenta, “y te duele, son cosas fabulosas, pero no todo cabe”.

El punto final

A Moser, un amigo brasileño le dijo alguna vez que la vida termina cuando la persona muere pero la biografía no se acaba nunca, que siempre se aprenden más cosas (y aparecen otras).

Cuenta el caso de una pelea famosa entre la escritora Susan Sontag y la poetisa Adrienne Rich, “justo acaba de salir una biografía de Rich en la que dice que después de esa famosa discusión las dos se han ido a la cama, a mí me hubiera encantado incluirlo, pero la persona que escribió sobre Rich lo descubrió, y bueno ya es tarde para mí, yo pongo un punto final”.

Y es que hurgar en la vida de alguien tendrá aristas como la vida misma, “y al final es agotador –dice Duque–, es podar un árbol enorme y dejarlo pequeño, pero tienes que trabajar para que al final sea pulido y deje un recuerdo. Lo importante para mí de las piezas que escribo es que queden en la cabeza de alguien y que cambien quizá una percepción”. Al final es la vida de ese otro la que queda expuesta al mundo.

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