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Cultura | PUBLICADO EL 06 mayo 2019

Una selfie con la Mona Lisa

  • Cientos de personas intentan tomarse diariamente una selfie en la que La Gioconda se vea. FOTO: @BoteroCreativo
    Cientos de personas intentan tomarse diariamente una selfie en la que La Gioconda se vea. FOTO: @BoteroCreativo
  • Una selfie con la Mona Lisa
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  • Una selfie con la Mona Lisa
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  • Cientos de personas intentan tomarse diariamente una selfie en la que La Gioconda se vea. FOTO: @BoteroCreativo
    Cientos de personas intentan tomarse diariamente una selfie en la que La Gioconda se vea. FOTO: @BoteroCreativo
  • Una selfie con la Mona Lisa
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  • Una selfie con la Mona Lisa
  • Una selfie con la Mona Lisa
Mónica Quintero

Tiene el pelo liso, como si la hubiesen acabado de peinar. Las manos una encima de la otra y esa sonrisa a la que le han dedicado tantas explicaciones y que a veces parece solo que está incómoda de estar sentada en la misma posición, que no sabe si reír o mejor no, que mejor y no se mueve para quedar bien en el retrato. Parece tan grande, de toda la pared, como si usted pudiera mirarlo de frente, a su altura, a su tamaño, ella que lo mira aunque se esconda, aunque se mueva a la derecha, a la izquierda, abajo, aunque se suba a una silla. Eso cuando la busca en internet, sin más detalles, y ella aparece en las imágenes de Google. Hasta que va al Louvre, se abre paso entre los muchos turistas que la miran a través de la pantalla del celular, que se abren paso ellos también para acercarse tanto como puedan a ese vidrio que la cubre, a esas cuerdas que dicen que no vaya más allá. Entonces se para frente a ella, para descubrir (y qué iluso no haberlo pensado antes, haciendo caso a las medidas: 77 x 53 centímetros), que es un retrato que no ocupa ni un cuarto de pared, que de lejos es casi un cuadrado en la mitad. Pestañea, varias veces, y entiende: la Mona Lisa es pequeñita. No como la había imaginado y medido en su cabeza.

Lo demás es verdad: mirarla, dejarse mirar. Sonreírle, a ver si de pronto mueve los labios otro poquito, y sonríe más. Lo demás es seguir, pensar en su historia, esa de que se perdió algún día, que era tan pequeña que nadie se dio cuenta, que salió en los periódicos de aquí y de allá, que la encontraron y que, desde entonces, es la obra más famosa, o más popular sobre todo, de ese genio que la pintó algún día. Qué estará pensando la Mona Lisa, se preguntará después.

Ellos, lectores de EL COLOMBIANO, también llegaron hasta París, también le dijeron hola. Estas fueron sus historias y sus selfies.

Martha Cecilia Zapata Rojas

La Mona Lisa, una obra para una selfie

David Ángel Vasco

La Mona Lisa, una obra para una selfie

Claire Viviana Patiño

La Mona Lisa, una obra para una selfie

Andrés F. Grajales Vera

La Mona Lisa, una obra para una selfie

Juan Fernando Martínez

La Mona Lisa, una obra para una selfie

@MapiRoa

La Mona Lisa, una obra para una selfie

Paula Andrea Tejada Pérez

La Mona Lisa, una obra para una selfie

Sebastián Valencia Vahos

@dr.sebitas

“Es una sensación indescriptible, bien sea por los cientos de mitos e historias que se esconden tras una obra, o por la misma belleza que irradia. Y no solo La Gioconda, que la pude observar con total calma, ya que me tocó el Louvre muy solo, sino con otras obras como La virgen de las rocas o San Juan Bautista.... También se siente mucha emoción al encontrar obras regadas por toda Europa, como en Florencia, en la galería Uffizi, o en los museos vaticanos... Creo que la sensación es igual en todos: de total emoción y admiración”.

Silvia Orozco

@silvia.orozco.1422

“La pude detallar un rato porque no había mucha gente. No me causó la emoción y vibra que pensé que sentiría al ser tan mencionada como una joya del arte. Puedo decir que en comparación con lo que sentí al ver los cuadros de Eugène Delacroix, no me emocioné tanto con La Gioconda... Asumo que es un tema de perspectiva, de pronto quien sepa más profundidad de técnica podría sentir otra cosa”.

Glor Uribe Rivera

@glouriberivera

“En temas de perspectiva ¡La Gioconda es de otro mundo! El gran Da Vinci... La perfección de esa mirada que se va con vos desde cualquier punto de la sala donde te encuentres. Efectivamente es demasiado pequeña... Las expectativas son muy altas y cuando ves un pequeño cuadro encerrado en una cápsula rodeado de barandillas, desinfla, pero tal perfección cambia todo. También pienso que el Louvre tiene obras mucho más impactantes e imponentes, incluso su planta física y sus techos te dejan asombrado. Es una experiencia única y volvería cuantas veces pudiera”.

Andrea Santa

@andrea.citark.1

“Mi primera impresión fue ¡es demasiado pequeña! Pero después, la perfección de su mirada es impresionante... Desde cualquier ubicación sientes que te mira directo a los ojos”.

Alejandro Usma

@alejandro.usmadiaz

“Me sorprendió la simpleza del lugar en el que se ubica. Por esa importancia y peso histórico la imaginaba como en una especie de lugar privilegiado, y no. Fue impactante verla más pequeña”.

María Hernández Miranda

@Call.me.MariaHM

“Es bacano porque estás frente a una obra histórica, pero personalmente me gustaron más otras de artistas menos reconocidos, incluso me parece mejor La Virgen, el Niño Jesús y Santa Ana”.

Si quiere más información:

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