Jorge Cottes es un músico ecléctico. Así lo educó María Teresa Benítez, su mamá. De esa variedad de influencia musicales dan cuenta los éxitos que ha compuesto para el Combo de las Estrellas y el Tropicombo, referentes de la música tropical colombiana. Con el pretexto noticioso del concierto por los treinta años del Tropicombo, que se realizará en el Teatro Metropolitano el viernes 28 de marzo a las ocho de la noche, EL COLOMBIANO conversó con Cottes.
El diálogo rápidamente se convirtió en una clase sobre la historia musical antioqueña.
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Después de una carrera tan larga, ¿todavía le dan nervios los días antes de un concierto?
“Todavía dan. Esos nervios contribuyen, ponen su granito de arena para que el evento salga adelante. Ese nerviosismo aporta finalmente”.
Hablemos de sus orígenes: padre vallenato, madre paisa.
“Así es. Dicen que el apellido Cottes es francés, también hay otras vertientes que dicen que el apellido es español. En ambas acepciones traduciría Costa. Ese Cottes se asentó mucho en los departamentos de La Guajira, Magdalena y César. El Cottes por allá es como el Restrepo o el Arango en Medellín”.
Y de ese lado de su familia le viene el amor por la música tropical...
“No, yo pienso que el abuelo materno fue fundamental. Mi abuelo Julio era abogado, pero al igual que abogado era músico, sabía leer música, tocaba la lira, tocaba el acordeón. Entonces, pienso que esa fue mi primera influencia musical”.
También su madre tuvo importancia en su carrera...
“Fue mi mecenas, me alcahueteó todo este arte musical. Hacíamos tratos. Me decía: ‘Si terminas el año bien y me lo pasas completo, entonces te regalo un piano, te regalo una batería’. Y así nos fuimos yendo durante la etapa del colegio. Tengo mucho que agradecer a mi madre como mi mentora musical”.
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Cuando recuerda los primeros acercamientos a los instrumentos, a la música, ¿qué se le viene a la mente?
“Eso era mágico. Había un embrujo, un hechizo cuando miraba esas guitarras. Recuerde que las fiestas de quince años en esa época, estoy hablando de los años 60 y principios de los 70, se hacían con orquesta, no como ahora, que se hacen con equipos de sonido y DJ. Yo tenía una fascinación al ver la guitarra eléctrica, las congas, el timbal”.
El primer grupo del que hizo parte fue Los Palmer...
“En realidad, el primero fue el Omega, que era un grupo de amiguitos del barrio Floresta. Entonces con los amiguitos del barrio empezamos a formar conjuntos, cada quien aportaba su instrumento. Y ya después, un poquito más adelante, estuve con Los Palmer”.
Usted creció en un momento en que Medellín fue el epicentro discográfico de Colombia...
“Medellín fue la cuna de las empresas de discos en Colombia, acogió algunas que ya existían como Discos Fuentes. Aquí se fundaron Codiscos, Discos Victoria, Sonolux. Esas empresas marcaron un hito en la historia de las discográficas colombianas. Y eso fue muy importante porque el desarrollo de la música tropical se dio en Medellín, una ciudad rodeada de montañas.
Muchos músicos de la costa venían a a grabar aquí y alternaban con músicos de la región. Esto produjo un mestizaje musical muy interesante”.
De esa época uno recuerda a Los corraleros de Majagual...
“Claro. Antes llegaron Clímaco Sarmiento y Pedro Laza a Discos Fuentes. Las de entonces eran disqueras que recibieron todo ese folklore del litoral Atlántico, mucho menos del Pacífico”.
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¿Cuál fue la reacción de la juventud de Medellín ante esa música?
“Podemos decir que en Antioquia se gestaron grupos que eran una extraña combinación de cosas. Aparecieron los Falcons, los Teenagers, los Golden Boys, todo ellos grupos de la ola a-gogó. Eran orquestas que tocaban lo mismo un twist que una cumbia. Fue un híbrido ahí extraño. También le metieron la onda del rock and roll a la música tropical. Luego, esos grupos evolucionaron a las sonoridades de Los Hispanos”
Su carrera tuvo un salto cuando pasó al Combo de las Estrellas...
“Esa fue una institución a la cual yo le aprendí mucho, me formé como soldado en la música para después poder ser un buen director. Entonces, sí, fue mi graduación. Cuando entré al Combo de las Estrellas tenía 22 añitos”.
¿Cuáles fueron sus composiciones en el Combo de las Estrellas?
“Con el alma enamorada en primer lugar. Esa canción me dio un disco de oro por las 75.000 copias vendidas. El tema que más me representó fue En silencio te amaré”.
¿Cuáles fueron las razones para salir del Combo de las Estrellas y fundar el Tropicombo?
“Te lo voy a decir porque no hay nada personal ni pasó nada malo. Realmente yo producía el Combo de las Estrellas musicalmente desde la primera corchea hasta que cerraba el disco en la masterización. En un momento me puse a pensar que si yo hacía las empanadas, ¿para qué queremos que otro las venda? Me dije: hagámoslas nosotros y las vendemos nosotros. Eso fue exactamente lo que hicimos.
Nosotros éramos capaces de producir los éxitos y de fabricarlos y de crearlos de nada, pues no teníamos por qué darle ese beneficio a otro y fue ese fue el móvil principal”.
