La revista Blast surgió en un momento clave de la historia del comic en Medellín: en 2019 dejó de ser un producto de nicho para conquistar las estanterías de las librerías y los sellos de las editoriales. Fue fundada por Mario Cárdenas y Liz Osorio. Desde entonces se ha convertido en un referente de la crítica y el diálogo sobre la narración gráfica, además de un laboratorio para pensar las formas de dibujar y construir relatos en Colombia y América Latina. EL COLOMBIANO conversó con Cárdenas respecto a estos tres años de labores y sobre el futuro inminente de la publicación virtual.
¿Por qué decidieron fundar una publicación dedicada por completo al estudio de la narrativa gráfica? ¿Qué antecedentes los inspiraron para hacerlo?
“Blast nació como un laboratorio para aprender y escribir sobre historietas en Colombia, ese es uno de los propósitos iniciales: ser lugar de formación a la vez que se van imaginando proyectos que nos permitan sostenibilidad. En Colombia, lo espacios para escribir sobre historieta en medios tradicionales son limitados, no hay mucha cobertura y la atención sobre que edita y se publica es mínima. Partimos de referencias nacionales como lo que hizo Revista Larva en su momento, la sección Entreviñetas en El Espectador, El Globoscopio y 68 Revoluciones, y de afuera siempre hemos estado atentos a lo que hacían Revista Kamandi, The Comic Journal, Entrecomics, Tebeosfera y otros medios dedicados a la historieta”.
¿Cuál es el método de trabajo para generar los contenidos?
“La medida de nuestro trabajo lo dan nuestras posibilidades, siempre hemos contado un grupo base de colaboradores y el apoyo de colaboradores externos. Con lo que tenemos realizamos un plan flexible de trabajo, por fuera de tendencias o noticias inmediatas, aunque siempre con el foco en noticias que puedan servir a dibujantes, lectores y editores. La historieta nacional es uno de nuestros puntos de trabajo: comentar rescates, entrevistar a dibujantes nacionales, así como crear guías de lectura con algunas de las historietas que se publican al año. Además, estamos atentos a lo que se hace por fuera, a pesar de la escasa circulación y los altos costos de esos materiales. En los últimos años hemos ampliado la mirada a la región, sobre todo a lo que se hace en Argentina, Ecuador, un poco Chile, y en los próximos meses México y Brasil. Trabajaremos por ser uno de los tantos puentes de la historieta latina”.