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Javier Cercas le entrega un nuevo caso a Melchor Marín en Independencia

Tras presentar al investigador Melchor Marín en Terra Alta, Javier Cercas retoma su historia en una nueva novela.

  • Javier Cercas participó en las ediciones del Hay Festival Medellín, Jericó y Cartagena en 2020 después de haber recibido el Premio Planeta en 2019 por su novela Terra Alta. FOTO cortesía colprensa
    Javier Cercas participó en las ediciones del Hay Festival Medellín, Jericó y Cartagena en 2020 después de haber recibido el Premio Planeta en 2019 por su novela Terra Alta. FOTO cortesía colprensa
05 de abril de 2021
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El escritor español Javier Cercas siempre ha dicho que una vez termina una novela se olvida de ella, de su historia, para darle espacio a una nueva idea y otra aventura literaria.

Siempre busca escribir el mejor libro que pueda hacer, no piensa en el lector, porque sólo conoce a uno, a Javier Cercas, pero una vez culminó Terra Alta, con el cual logró el Premio Planeta 2019, no ha podido sacarse la historia de la cabeza, lo seguía el lugar y, en especial, el personaje: Melchor Marín.

Le tomó un tiempo, se resistió a él, pero una vez se dio cuenta que continuaría en su vida, arrancó lo que ha denominado una novela dividida en cuatro entregas, quizás cinco, que inició con Terra Alta y ahora continúa con Independencia, que ya está disponible en librerías del país.

Un retrato demoledor de la élite político-económica barcelonesa, pero sobre todo en un furioso alegato contra la tiranía de los dueños del dinero y los amos del mundo. Una conversación con el autor.

En esta novela, ¿cómo fue estructurando la moral de Melchor Marín?

“En realidad, Melchor Marín lo es todo en Independencia y lo será en el ciclo completo desde Terra Alta y las próximas dos. Serán novelas que son autónomas pero que hacen parte de un ciclo completo que está centrado en este personaje, que surge de golpe, de mi propia furia, de un estado de ánimo creado por la crisis catalana de 2017, que fue brutal, una crisis a la que yo nunca creí que íbamos a llegar.

Tanto como persona y articulista escribo de lo que opino de manera razonable, pero soy un ser humano, y por dentro llevo una furia terrible que fue la que creó a Melchor Marín, con todo su dolor, furia y violencia, que salió de mí. Él es mi parte oscura y la literatura da el espacio a ello, porque si esto aflorara en la vida cotidiana nos destruiríamos.

Pero el tema de esta serie de novelas no es lo ocurrido en Cataluña. El carburante es esa furia, porque los novelistas somos animales carroñeros que nos alimentamos de lo malo, de la crisis, del dolor, porque en un mundo feliz no habría literatura, al menos no novela, poca poesía y sería malísima”.

¿Cuál es el corazón de esta novela?

“La búsqueda de la justicia y la verdad. La justicia y su sombra, que en este caso es la venganza, con una pregunta central en todo este ciclo narrativo: ¿es legítima la venganza cuando la justicia no hace justicia? En la vida real la respuesta sería no, pero las novelas no funcionan así.

La literatura es un placer, como el sexo, por eso es una forma de conocimiento, como el sexo. Por eso, a la gente que me dice que no le gusta leer solo me queda darle el pésame y acompañarlos en su dolor.

La literatura nos obliga a cuestionar nuestras certezas más arraigadas. Nos saca de nuestras casillas, nos obliga a empatizar con comportamientos, con personajes que en la vida cotidiana nos parecerían horribles, abominables. Somos capaces de simpatizar con monstruos como Ricardo Tercero de Shakespeare o Michael Corleone.

Pero en la novela hablamos, a partir de lo sucedido en Cataluña, del manejo de las élites, cualquiera que ella sea, y que están pegadas al poder, lo cual pasa en España pero que en América Latina saben bien de ello. Esta novela contiene un retrato realista de la élite económica catalana.

La democracia, tomada en serio, es el mejor instrumento que hemos creado para poner freno a estas élites. Quemar contenedores de basura no sirve para nada. Lo que sirve es tomarse la democracia en serio y leer a Cervantes”.

¿Por qué usar la ficción para retratar estas realidades?

“Novelas sin ficción he escrito relativamente pocas. Cuando culminé El monarca de las sombras sentí que ahí terminaba algo, sentía que era el más importante porque era el que quería escribir desde que yo quería ser escritor, siendo la contracara de Los soldados de Salamina que fue el libro que más me dio a conocer.

Sentí que no podía continuar por ahí, porque corría el peor de los peligros que puede correr un escritor, que es el de arrepentirse o el de convertirse en un mero imitador de sí mismo. Esa es la muerte de un escritor y yo quiero seguir vivo como escritor.

Necesitaba renovarme y la reinvención vino por la vía de estas novelas. Lo que le ha sucedido a Cataluña ha sido catastrófico, pero para un novelista es magnífico. Las novelas de ficción te permiten aflorar la furia de la cual he hablado. En mis artículos aparezco como un personaje perfectamente razonable, educado, civilizado o intento al menos, mientras que en las novelas no hay eso, aparece la furia, el dolor, aparece la bestia y la parte maldita.

Sueño que la literatura vuelva a ser popular, es decir, relevante, que diga cosas importantes, sin prejuicios, dejar ese tiempo atrás que dictaba que la literatura sólo puede ser secreta, minoritaria, de catatumbas, lo cual es falso, porque el Quijote, que es la mejor novela que yo conozco, es completamente popular”.

¿Cómo y cuándo se dio cuenta de la potencia del personaje Melchor Marín?

“No es una serie policial como parecía al principio. En realidad es una novela en varias entregas centrada en la figura de Melchor Marín. Esto lo supe cuando terminé Terra Alta.

Cuando acabo una novela intento olvidarme de ella para poder escribir la siguiente, pero en este caso no pude, se me ocurrieron tres novelas más, pero puede aparecer un mundo alterno.

Me da pena porque este tipo me gusta mucho, no puedo decir otra cosa, con todo su dolor toda su furia, con toda su violencia, con todas sus contradicciones, me gusta mucho”.

¿Existe una relación con algunos de sus personajes importantes de sus distintas novelas?

“Existe un hilo conductor que une a muchos de mis personajes y las novelas. Uno de esos hilos, quizás, puede ser la reflexión frente al heroísmo, qué es un héroe, que es una reflexión moral, que está en el corazón de lo que escribo, pero no de una manera consciente.

Uno de los elementos que los une a muchos de estos personajes es la virtud, y la virtud es secreta o no es virtud, porque cuando se hace pública desaparece. Por eso, el héroe debe ser secreto”.

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