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“Cuadros vivos”: el museo Maja recupera la costumbre de recrear obras de arte en Jericó

El Museo de Antropología y Arte del suroeste antioqueño inaugura su agenda de 2023. Conozca sus exposiciones actuales y permanentes.

  • “La tejedora”, de Eladio Vélez, en una pieza recreada con Dora Santa Palacio, modista de la vereda Los sauces, de Jericó. FOTOS Cortesía Maja
    “La tejedora”, de Eladio Vélez, en una pieza recreada con Dora Santa Palacio, modista de la vereda Los sauces, de Jericó. FOTOS Cortesía Maja
  • Deborah Arango es recreada en una de las fotografías de “Cuadros vivos”.
    Deborah Arango es recreada en una de las fotografías de “Cuadros vivos”.
  • “España”, obra del pintor Camilo Isaza, recreada con Valery Lopera, estudiante de Jericó.
    “España”, obra del pintor Camilo Isaza, recreada con Valery Lopera, estudiante de Jericó.
  • Personas campesinas y del casco urbano de Jericó participaron en la recreación de los cuadros.
    Personas campesinas y del casco urbano de Jericó participaron en la recreación de los cuadros.
03 de febrero de 2023
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A mediados del siglo XX Jericó veía pasar obras de arte por sus calles. Una pieza pictórica podía ser representada teatralmente en un desfile tradicional que arrancaba en el Parque Principal y llegaba al Teatro Santa María, donde se hacía la escenificación y se presentaba ante el público una pieza dramatúrgica en torno a la pintura protagonista.

Ese arte sobre arte no ha caído en el olvido. Actualmente la muestra “Cuadros vivos”, del Museo de Antropología y Arte de Jericó, Maja, repite esa propuesta pero en otro material y otro tipo de acercamiento con las comunidades de este municipio patrimonial.

Un cuadro de los antioqueños Eladio Vélez, Debora Arango o Jorge Cárdenas es reproducido fotográficamente con modelos humanos, en un “recreación” de la que participan personas del casco urbano de Jericó y, en su mayoría, campesinos de las zonas rurales, quienes ayudan a profundizar todos los detalles escenográficos, gestuales y de vestuario.

Deborah Arango es recreada en una de las fotografías de “Cuadros vivos”.
Deborah Arango es recreada en una de las fotografías de “Cuadros vivos”.

“La tía lola”, un óleo sin fecha del pintor Vélez, natal de Itagüí y quien vivió entre 1897 y 1967, representa a una modista en su máquina de coser con su lentes de aumento de moldura redonda, camisa blanca y una tela con pliegues sobre la mesa.

En el pasillo del Maja que exhibe esta propuesta el espectador se topa con una fotografía de la pintura, al lado de la cual hay una foto de igual formato en la que se recrea de forma bien lograda la imagen. Así también vuelve a dársele “vida” a obras como “Las tejedoras” (1918), una acuarela de Vélez, o un cuadro en la misma técnica de Débora Arango en la que dos mujeres bañan a un bebé en una ponchera, o un cuadro de Cárdenas con campesinos y campesinas en sus faenas.

Lo que llama la atención del conjunto, sin embargo, no es cómo logran realizar registros tan similares (no siempre igual de logradas), sino los contrastes que se advierten en un pequeño gesto, un pliegue, una inclinación: en ellos está el detalle de los modelos o actores y del lente fotográfico que decidió dejarle algo a la espontaneidad del momento y no sólo al afán de crear una réplica. Es en ese pormenor, o descuido incluso, en el se percibe la viveza de la obra, ahí donde la tejedora de la foto hace un gesto que difiere a la de la pintura.

“España”, obra del pintor Camilo Isaza, recreada con Valery Lopera, estudiante de Jericó.
“España”, obra del pintor Camilo Isaza, recreada con Valery Lopera, estudiante de Jericó.

El proyecto, inaugurado en enero en los días del Hay Festival Jericó, ha tenido dos coordinadores: Nelson Augusto Restrepo, presidente del Centro de Historia de Jericó y encargado del 90 % de las fotografías, y Victor Betancur. Este último dice que buscaron que “los cuadros vivos” fueran hechos con personas del campo, “la más alejada de los pueblos y ciudades”.

Se trata, además, de una forma de “retomar una costumbre en Jericó”, sostiene Roberto Ojalvo, director voluntario del Maja, en un recinto que hace 15 años trabaja por albergar y conservar alrededor de 2.000 piezas precolombinas, certificadas por investigadores de la Universidad de Antioquia y de las cuales un 20 % fueron recogidas en la zona del suroeste antioqueño.

Personas campesinas y del casco urbano de Jericó participaron en la recreación de los cuadros.
Personas campesinas y del casco urbano de Jericó participaron en la recreación de los cuadros.

Exposiciones permanentes

El Maja cuenta con distintas colecciones, enfocadas en la memoria del municipio, en el arte y en la antropología de la región. Entre los dos montajes permanentes se encuentra una primera sala dedicada a la Jericó precolombina y otra a la del siglo XIX hasta nuestros días. El montaje de la Jericó precolombina se basa en una investigación arqueológica realizada por docentes de la Universidad de Antioquia.

“En ese montaje destacamos, en un primer momento, la forma de vida de los antepasados más remotos nuestros, los Embera, que llegaron a estas tierras bajando por el río Atrato”, cuenta Roberto Ojalvo. Un segundo momento “estelar” se refiere a la llegada de los españoles: “por entonces esta era una tierra de influencia Quimbaya, y no solo lo que hoy es Jericó, el suroeste. Siempre que se habla de la influencia Quimbaya uno se traslada al eje cafetero, pero esta influencia llegó hasta el centro norte de Antioquia”, precisa el investigador.

La segunda sala se centra en lo que es la Jericó del siglo XIX hasta hoy. “Muestra quiénes somos, de dónde venimos, a dónde queremos llegar, habla de nuestra idiosincrasia y de qué vivimos. Por ejemplo: del trabajo del cuero, de la piedra, la agricultura, y últimamente, entramos en el campo del turismo”.

En dicha sala se evidencian los “intereses” de los jericoanos: la conservación del patrimonio arquitectónico, la calidad en la educación, la relación pacífica con el medioambiente, etcétera. “Aspiramos a que Jericó siga siendo lo que quiso el sueño de nuestro fundador, Santiago Santamaría y Bermúdez de Castro: una sociedad integrada, laboriosa y un pueblo culto y cívico”.

Otras dos sedes

Además de la sede principal, el Maja cuenta con otras dos: la Casa José Tomás Uribe Abad y la sede Ateneo Álvaro Arango Gaviria. En la primera se albergan muebles, adornos y lámparas de origen europeo y la segunda conserva una colección única en el país de alrededor de 180 instrumentos musicales.

El Maja abre entre semana de 8:00 a.m a 12 m y de 2:00 p.m. a 6:00 p.m. Los sábados y festivos funciona de 9:00 a.m. a 5:00 p.m. en jornada continua.

Para visitar en febrero y marzo

Con un concierto de jazz, como es usual en cada una de sus aperturas expositivas, el Maja inaugura este sábado 3 de febrero a las 7:00 p.m. en su Auditorio la agenda de exposiciones temporales de 2023, con una muestra de cinco artistas de distintas generaciones que trabajan técnicas diversas y que podrá visitarse hasta el domingo 26 de marzo.

“Dibujar”, de Ricardo Betancur; “Espejismos”, de Diego Cadavid; “Ires & venires”, de Diego Arango; “Expresión gráfica”, de Elkin Úsuga, y “El jardín”, de Humberto Echavarría, presentan trabajos realizados en lápiz y pintura.

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