En la última escena Dash gana la carrera y va en hombros de su padre Mr. Increíble con trofeo incluido, al lado de su mamá, Elasticgirl, su hermana Violeta y el pequeño Jack Jack. Cuando ya están saliendo, de pronto ven carros que se lanzan al aire y un taladro gigante aparece dando vueltas, mientras un hombre topo declara la guerra. Ellos se miran, se ponen sus máscaras y están listos para ser otra vez una familia de superhéroes. Y ahí aparecen los créditos.
De ese final han pasado 14 años –aunque no hay manera de contar cuántas veces ha repetido cada uno Los Increíbles en casa–. Era 2004 cuando se estrenó la película que recaudó 633 millones de dólares en taquilla, un éxito de Pixar, en ese momento en el que aún no era de Disney.
Ahora Mr. Increíble y Elasticgirl, o Bob y Helen, en sus nombres de no superhéroes, vuelven con sus hijos a la pantalla grande. No han pasado tantos años para ellos, porque el bebé todavía anda descubriendo sus poderes. Esta vez es ella la que estará al frente de una campaña para que los superhéroes vuelvan a la acción sin quebrantar las reglas. Que su oficio, mejor dicho, sea legal.
Bob, entretanto, se quedará de amo de casa, y no será tan fácil: Violeta está entrando en la adolescencia (14 años), Dash sigue siendo un niño de diez hiperactivo y Jack Jack no controla sus poderes.
Son una familia con las triquiñuelas de la vida cotidiana que ello significa y eso, precisa el crítico de cine Samuel Castro, es importante: hay otras de Pixar sobre los amigos, los sueños, pero sobre una familia, es la de estos que se visten de rojo. Para él, más que el protagonismo parezca ser de ella, es un asunto que revisa las nuevas dinámicas familiares, es decir, la mujer puede llevar las riendas y el papá la dinámica hogareña.
La acción
Los Increíbles fue una película exitosa en su año, si bien no está en la lista de las cien más taquilleras del mundo (es la 124). Solo que sí encantó a más de uno, sobre todo porque es para disfrutar en familia.
César Humberto Ramírez, docente de cine fantástico en la UPB, explica que es muy valiosa para todo lo que es freeky, porque es un resumen de los filmes de superhéroes y de ciencia ficción. Hay cosas de los X-men, de los Cuatro Fantásticos –en tanto cuatro protagonistas–, Mr. Increíble es un poco supermán y también un poco Capitán América. De todo, indica el profesor, hasta de James Bond: el villano es a su estilo, con un ejército y una isla. Además, sigue él, la trama está muy bien manejada y es un referente tanto para niños como para adultos.
La segunda parte estaba en deuda, comenta Ramírez. El final era de continuará alguna vez, con esa amenaza del hombre topo y la duda de qué pasó después.
Por supuesto, las secuelas son peligrosas, y la promesa del director, Brad Bird, era que si la hacía era mejor que la primera. Por ahora, expresa Samuel, que los críticos que ya la vieron en adelanto (“es más que solo entretenimiento, es un regalo emocionante. Es realmente increíble”, dijo Peter Travers en Rollingstone), han señalado que está muy bien, y eso es positivo, continúa él, porque a las secuelas de Pixar les ha ido mal en general. Salvo Toy Story, enumera algunas: Buscando a Dory, Monster University, Cars 3. Por ejemplo.
Por ahora, ya que es jueves de estreno, Los Increíbles vuelven a ponerse el traje rojo. Es hora de descubrir qué vestido le hará Edna Moda al pequeño Jack Jack, el que, según le dice Bob por teléfono a Elasticgirl, va muy bien, y eso que casi le quita la cabeza con un rayo verde.