No ha habido un cineasta en Colombia que haya llegado tan lejos en la cinematografía del país. A sus 38 años, Ciro Guerra ha hecho cinco largometrajes. Uno de ellos, El abrazo de la serpiente, única colombiana nominada a mejor cinta extranjera en los Óscar, y el más reciente, Esperando a los bárbaros, competirá por el León de Oro contra 21 largos en el Festival Internacional de Cine de Venecia, al lado de directores como Atom Egoyan, Roman Polanski, Steven Soderbergh y Olivier Assayas. Gane o no, estar en la lista es, para él, un logro.
El realizador estrena esta semana la miniserie colombiana original de Netflix, Frontera verde, codirigida con la antioqueña Laura Mora y el bogotano Jacques Toulemonde, un drama criminal ambientado en la selva con el que el director promete apropiarse del género policial.
¿Qué va a encontrar el público en Frontera verde?
“Es una noir, cine negro, ambientada en la selva amazónica. Está rodada entre Colombia, Brasil y Perú en una zona de triple frontera, no solo geográfica sino también espiritual y cultural. La frontera ha sido un escenario ideal para el cine negro, allí ocurren todo tipo de tráficos.
Contamos con el apoyo de las comunidades amazónicas y fuimos a grabar en Leticia (Colombia) y Tabatinga (Brasil), lugares donde todo es nuevo y te cargas energéticamente mucho”.
Siguió trabajando con actores de El abrazo de la serpiente...
“Volvimos con Yauenkü Migue, un gran actor de origen tikuna y uno de los protagonistas; también está don Antonio Bolívar, de la etnia uitoto ocaina, entre otros”.
¿Cómo fue la sinergia con Laura Mora y Jacques Toulemonde?
“Con Jacques ya había una experiencia previa en El abrazo de la serpiente y Pájaros de verano. Él se adueñó de la narrativa de manera muy personal y estuvo uniendo la serie. Laura hizo los capítulos de la mitad en adelante y le puso su impronta”.
¿Cómo le fue trabajando para Netflix?
“A diferencia de otras productoras de televisión y contenidos, Netflix confió en nosotros y en la visión que teníamos. Ellos querían que hiciéramos algo único, diferente a como la gente está acostumbrada a ver en televisión y a la altura de las series internacionales”.
Es trabajar con otro distribuidor de otro nivel...
“Obviamente, la compañía es la plataforma de distribución más grande del mundo. El éxito de su modelo es tal que hoy se está hablando de Frontera verde en Europa, medio y lejano Oriente con un mínimo empujón. Funciona muy bien para las series, pero con las películas es otra cosa. Hay que estar pendientes a ver cómo van a hacer con los estrenos en salas de cine que, si no son bien manejados, podrían ser su talón de Aquiles”.
¿Cómo le fue con las estrellas Johnny Depp, Mark Rylance y Robert Pattinson en su nueva película Esperando a los bárbaros?
“Son artistas que están en la cima de su arte y con los grandes directores del mundo. Traen un bagaje, una experiencia y una técnica asombrosa y, al mismo tiempo, son apasionados. Es como juntar un cuadro con Dalí, Picasso y Goya al mismo tiempo, creadores de una dedicación y un talento impresionante”.
¿Cómo ve el escenario en Venecia?
“Solo ser nominado es un gran honor, es el festival de cine más antiguo de Europa y uno de los más importantes del mundo. Por él han pasado los grandes como Fellini, Kurosawa, Mizoguchi; directores que he seguido y estudiado como Polansky, Soderbergh, Egoyan; o los que estuvieron el año pasado, como Alfonso Cuarón o Yorgos Lanthimos. Me cuesta creer aún que estoy compartiendo escenario con ellos”.