¿De qué me sirve la fama, la cuenta bancaria / La casa de cien mil hectárea’ y una vida millonaria? / Si no puedo darle un papá feliz al hijo mío / Ni el hombre que mi mujer siempre ha querido, canta J Balvin en su más reciente canción Niño soñador.
En el tema el artista urbano le pide perdón a su niño y joven del pasado, a la vez que habla de su depresión y pide por la salud de su mamá Alba Balvin, en la actualidad en una UCI luchando contra el covid.
De acuerdo a lo que el músico adelantó en sus redes sociales “es un sencillo que desnuda los más oscuros temas de ser cantante, pero que invita a seguir soñando”.
Al igual que lo hizo Balvin, ya Residente, con René, y el mismo Don Omar, con Bandoleros, habían usado la música para hacer visibles temas puntuales de su vida privada.
También lo hizo el bogotano Andrés Cepeda, que en la obra teatral Cepeda en tablas narró como sus canciones surgieron de momentos particulares de su vida, de conquistas y decepciones.
Catarsis
René Pérez Joglar, nombre de pila de Residente, menciona en su sencillo René problemas como su divorcio y la muerte de su mejor amigo a manos de la policía y sentimientos de angustia, miedo y soledad a raíz de la fama.
Cuando caigo en depresión, mis problemas se los cuento a la ventana del avión / El estrés me tiene enfermo, hace 10 años que no duermo / El IRS me sigue investigando / Me estoy divorciando, pero no importa, yo sigo rimando, canta el exintegrante de Calle 13.
El video de René, que fue estrenado en febrero de 2020, tiene una duración de 7 minutos y 30 segundos y cuenta más de 226 millones de reproducciones en el mundo.
La fama y sus consecuencias
Pablo Monsalve, Magíster en Psicología Clínica y docente de la fundación universitaria Areandina, explica que aunque la depresión le puede ocurrir a cualquier persona sin importar su condición, en los artistas los casos no solo trascienden más, sino que pueden ser más severos, por su estatus de figuras públicas y por la presión social que reciben.
“Muchos perciben que al tenerlo todo (fama y dinero) hay felicidad, pero se topan con otra realidad”, expresa Monsalve, al explicar que los artistas se dedican tanto a sus carreras, al punto que muchos de ellos renuncian a sus nombres y asumen otros, que olvidan la persona que son.
El psicólogo clínico destaca la decisión de los artistas de hacer públicos sus problemas, en este caso a través de canciones, “pero también sería ideal que socializaran la manera en la que están buscando soluciones para los mismos”.
La música, en los casos de Balvin y Residente, se ha convertido no solo en un vehículo para hacer visibles sus problemas o mostrarse como personas vulnerables (no solo como “estrellas”), también ha servido, como en el caso del paisa, para pedir perdón. “Quiero pedir perdón, especialmente al yo de ante’, yeah / Porque no sabía el dolor ni la presión de la vida de un cantante”