El sector salud es muy amplio e importante en la economía nacional y no puede negarse que la pandemia incrementó los problemas que por tiempo han tenido las instituciones públicas y privadas. Del Producto Interno Bruto-PIB, el país invierte, tanto en gasto público como en gasto privado, en el sector salud, cerca del 6,8 %.
Andrés Aguirre Martínez, director general del Hospital Pablo Tobón Uribe, asegura que la pandemia demostró la real conexión entre la salud y la economía, porque sin aquella esta se viene abajo y se ven las afectaciones: “La difícil situación que afronta el sector ahora proviene de que los hospitales y las clínicas ya tenían un impacto antes de la pandemia, derivado de las megaliquidaciones de las EPS Cafesalud y Saludcoop, que dejaron unas deudas muy cuantiosas (de 1,5 billones de pesos) y hasta el momento no se ha pagado un peso de ellas”.
Según analiza el directivo, las clínicas y hospitales arrastraban un pasado con una amplia cartera y, además, hay un desequilibrio normativo porque deben hacer atención obligatoria de urgencias como servicio público, pero las deudas son privadas.
También comenta que en el cuatrimestre marzo-junio de 2020 las instituciones hospitalarias privadas estuvieron operando a menos de la mitad de su capacidad porque se les pidió que dejaran camas disponibles para atender pacientes con coronavirus, y porque debido a las cuarentenas y a las alertas estaba prohibido hacer actividades electivas.
El gremio expone
El 2020 fue un año de protagonismo para los hospitales y las clínicas del país porque les llegó el reto de la pandemia que tomaron muy en serio desde el inicio. Estas instituciones hicieron grandes movimientos financieros para capacitar al talento humano y conocer al enemigo que enfrentaban. En estos términos se expresa Juan Carlos Giraldo Valencia, director general de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC).
Agrega que se hicieron grandes esfuerzos para incrementar la dotación de ventiladores y camas UCI, las adecuaciones locativas, los cierres de servicios, el retraso de programaciones y el aplazamiento de intervenciones, lo que significó que se liberaran algunas áreas de las instituciones y se dejaran listas para la llegada de la primera ola de la covid-19.
Transcurrido más de un año de la creciente demanda en el sector, producto de la nueva realidad, el horizonte económico de las clínicas y hospitales es cada vez más sombrío. El directivo comenta que la cartera hospitalaria en los afiliados a la asociación (350 instituciones, 70 % de ellas privadas) asciende a 10,6 billones de pesos y de ese monto el 58 % es morosa. Sostiene que la cifra disminuyó frente a la de junio de 2020 (11,1 billones de pesos), pero se debe a que rebajaron las intervenciones, muchos servicios no se pudieron brindar o bajó la demanda. Esto trajo la disminución de ingresos y la facturación de las entidades cayó 34 % en promedio.
Considerando la gran cantidad de clínicas y hospitales del país, nos limitaremos a exponer la realidad actual del negocio de la salud en una pequeña muestra de instituciones privadas de la ciudad de Medellín, con la premisa de que persiste la crisis en todo el sector.
Clínica CES
Su director, Andrés Trujillo, informa que la pandemia afectó el negocio de manera considerable, en especial durante el cuatrimestre marzo-junio de 2020, en el que se redujo su operación en 40 % con el cierre del edificio de consulta externa y la suspensión de cirugías electivas y procedimientos no urgentes. En hospitalización se dejaron de atender más de 80 pacientes diarios; en cirugía se pasó de hacer 40 diarias, en promedio, a solo 6 o 7 urgentes. Esto significó dejar de recibir ingresos por más de $10 mil millones. Al cierre de 2020 hubo pérdida operacional de $1.240 millones equivalente al -0,96 %. Además, se hicieron inversiones por más de $3 mil millones en equipos e insumos.
Durante el segundo semestre de 2020, el Gobierno pagó por la disponibilidad de camas UCI no ocupadas; por este concepto la clínica recibió $244 millones.
Clínica Cardio VID
Carlos Alberto Lozano, director general de la institución, señala que una parte de la capacidad instalada de camas UCI ha debido ser utilizada en la atención de pacientes covid (hasta 40 % de la disponibilidad), desplazando en oportunidades a usuarios con requerimientos prioritarios, urgentes o crónicos de patologías cardiovasculares, pulmonares o neurológicas. En términos económicos, 2020 fue un año complejo que arrojó pérdidas por $5.000 millones, que no fue peor por las donaciones recibidas y la colaboración de la Fundación Organización VID. Se cumplió el 90 % de la facturación estimada ($119.138 millones) en tanto se ejecutó un valor superior al 100 % de los gastos presupuestados y se invirtieron $1.067 millones en elementos de protección personal, con incremento de
450 % en relación con 2019.
En 2020, con respecto a 2019, hubo disminuciones, así: consulta externa 16 %, cirugías cardiovasculares 15 %, cirugías de tórax 7 % y cirugía general 31 %.
El mayor aporte de Cardio VID en esta pandemia está en la continuidad de los programas de trasplantes de corazón y pulmón, la ampliación de la capacidad en la unidad de cuidados intensivos en 81 % y del servicio de urgencias en 47 %, la especialización de los procesos de la terapia ECMO, y el mejoramiento de servicios especializados como el área de Neumología que está preparada para la atención de secuelas de la covid.
Clínica Las Vegas
Su gerente Juan Carlos Posada explica que todas las unidades de negocio han presentado caídas en los ingresos o márgenes de rentabilidad. Desde julio de 2020 han crecido los ingresos de UCI, UCE y Hospitalización al haber más camas disponibles para pacientes covid, pero el margen se ha deteriorado por aumento en los costos.
Cirugía se vio especialmente afectada durante las alertas rojas y disminuyeron los servicios de cirugía, cardiología, consulta externa y urgencias. Crecieron, pero no durante todo el período, UCI y UCE por razones obvias.
Antes de la pandemia el servicio a pacientes internacionales representaba hasta el 5 % de los ingresos; ahora no genera prácticamente ninguno.
Al cierre del ejercicio de 2020 se presentó una pérdida de $13.585 millones frente a $1.038 millones de utilidad neta después de impuestos alcanzada en 2019. Los pacientes se redujeron en 35 % al pasar de 207.042 en 2019 a 129.553 en 2020. Los ingresos por servicios de salud en 2020 ascendieron a $112 mil millones y en 2019 habían sido de $136 mil millones. Para 2021 se proyecta una cifra de 130 mil millones, con base en el resultado de enero a abril.
Hospital San Vicente Fundación
Mauricio Tamayo Palacio, presidente del Hospital San Vicente Fundación, considera que en 2020 a la institución le fue muy bien en el cumplimiento de la misión institucional y en la atención de pacientes. Aunque en la parte financiera la pérdida fue de $17.339 millones en el hospital de Medellín, (-27,3 % en relación con 2019) y de $15.037 millones (-8,1 % en relación con 2019) en el de Rionegro.
La consulta externa se vio reducida en 20 % y las cirugías en 11 % en Medellín, mientras que en Rionegro se conservaron niveles similares a los de 2019. Por el pago de anticipo por disponibilidad de camas UCI y UCE, ambos hospitales fueron beneficiados en 2020 con $4.242 millones, correspondientes a los meses de junio a diciembre.
En febrero de 2020 se inició el plan de acción para hacer frente a la emergencia: se reestructuraron diferentes áreas y sus procesos para atender a los pacientes en las mejores condiciones.
Gracias a las donaciones de la Fundación Grupo Argos y la Fundación SURA, ambos hospitales ampliaron su capacidad a 183 camas UCI adultos. En Rionegro aumentó de 16 a 58 UCI, mientras que en Medellín aumentó de 93 a 127 UCI. La inversión total de ampliación fue de $8.738 millones.
Hospital Pablo Tobón Uribe
Abril de 2020 fue el peor mes de la historia en cuanto a los resultados financieros y el segundo trimestre del año fue complejo, con bajas ocupaciones, bajos ingresos y grandes pérdidas, las cuales lograron compensarse a lo largo del año.
“En abril la pérdida fue de $8 mil millones y el empresariado antioqueño ayudó, porque el Gobierno no tenía ventiladores”, asegura su director general, Andrés Aguirre.
Se abrieron 53 camas de cuidado crítico adulto, expandiendo su servicio a 93. Para abril de 2021, la cama día ocupada del Hospital ha tenido un incremento de 15 % con respecto al año pasado.
En 2020, con respecto al 2019, cirugía es uno de los servicios más afectados, pues cayó 20 %. Lo mismo ha sucedido con consulta externa: a pesar de tener habilitado el servicio de telemedicina, sufrió una disminución de 20 %; el laboratorio 3 % y los servicios de ayudas diagnósticas y de radiología 18%.
En su análisis, el director general agrega que otros factores que se suman a la crisis son: primero, que algunos aseguradores siguen con las prácticas de dilatar el reconocimiento de las cuentas a los hospitales; y segundo, que la Administradora de los Recursos de Salud ADRES, la caja del Estado, desde octubre de 2019 no paga las cuentas de pacientes accidentados de tránsito