El Gobierno no ha confirmado, pero varios miembros del secretariado de las Farc ya están en Bogotá, y otros vienen en camino para la firma del nuevo acuerdo, que se podría realizar el jueves en la capital o en Santa Marta.
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En el acto estarán el presidente Juan Manuel Santos y alias Timochenko. El nuevo acuerdo fue anunciado el pasado 12 de noviembre, luego de que el Gobierno presentara en La Habana las sugerencias de los voceros del No. Santos dijo el fin de semana que el documento del acuerdo llegaría al Congreso mañana.
“No queda más tiempo”
Clara Rodríguez, coordinadora de la Maestría en Estudios Políticos de la Nacional, dice que el Gobierno no esperará por la cercanía de la campaña, el temor del orden público y pronunciamientos de personas cercanas al Gobierno que afectarían el proceso. “Lo que pasará depende de la opción que se tome frente a la refrendación y si es en el Congreso, como pareciera. La posición del Centro Democrático será relevante frente a la concreción o no del pacto nacional”.
Según Patricia Muñoz Yi, docente de Ciencia Política de la Javeriana, la velocidad con la que el Gobierno ha asumido la necesidad de la firma del nuevo acuerdo tiene que ver con un interés de cerrar la puerta, para que no sea objeto de nuevos cambios planteados por los defensores del No.
“La firma de Santos y Timochenko será el momento último para el Gobierno de reconocimiento a un acuerdo definitivo, después de haber estudiado e incorporado las sugerencias de los voceros del No y como un paso previo al mecanismo de refrendación, que ahora será vía Congreso”.
Posible firma sin consenso
Anoche, después de cinco horas de reunión, los delegados del CD no llegaron a puntos de acuerdo con el Gobierno. En pronunciamiento público, el expresidente y senador Álvaro Uribe, señaló que el nuevo acuerdo con Farc es apenas un retoque del anterior e insistió en un gran consenso nacional.
Reiteró la necesidad de incluir asuntos de fondo como no elegibilidad mientras se cumplan penas y eliminar el narcotráfico como conexo al delito político, entre otros.
Juanita Goebertus, del equipo negociador del Gobierno, trinó: “Primer acuerdo se firmó en Cartagena antes del plebiscito. Esta vez tendría más legitimidad primero refrendar y después firmar”
Para Alejandro Cortés, del Centro de Análisis Político de Eafit, tal vez Santos se equivocó al no socializar primero con los del No el nuevo acuerdo, pero “adaptando a Churchill, es hora de que los líderes políticos de Colombia dejen de preocuparse por las próximas elecciones y piensen en las próximas generaciones”.
Jorge Iván Cuervo, investigador del Externado, afirmó que la bancada del CD es minoritaria y no podría detener la refrendación en el Congreso, pero le daría el espacio político ideal para plantear su campaña de cara al 2018 y proponer revertir el acuerdo.
“Con fast track o por la vía ordinaria, algunas reformas no pasarían. El presidente del Partido Conservador dijo ayer que el mejor camino para la refrendación es un plebiscito”.
Según Muñoz, si no hay consenso con los del No, habrá una vía clara en términos de implementación y la legitimidad que el Gobierno quería ganar deberá ser construida y lograr que las mayorías sociales y políticas adhieran.
Juan Rodríguez, director del Observatorio de la Democracia, dijo que los del No ganaron el derecho de hacer propuestas y el Gobierno incorporó muchas. “No habrá consenso y tampoco es necesario. La forma de refrendación será motivo de discusión que, será zanjada por la Corte Constitucional” . n