La Misión de Sabios, heredera de la que en 1994 presidió el escritor Gabriel García Márquez como una respuesta a un país que buscaba recomponerse del dolor del narcotráfico, presentó ayer nuevas propuestas, esta vez enfocadas en el futuro del país en medio de la revolución tecnológica y las adversidades del cambio climático.
El informe final, producto de un trabajo que desde febrero venían realizando 47 expertos convocados por el Gobierno, fue presentado ayer ante el presidente, Iván Duque y la vicepresidenta, Marta Lucía Ramírez. Esta última, una de las impulsoras del proyecto, destacó que “todo este trabajo está enfocado en las nuevas generaciones, en los jóvenes que están estudiando hoy y los que llegarán después”.
Puntualmente, los expertos presentaron cuatro propuestas: la creación de instituciones que fortalezcan la ciencia, la tecnología y la innovación; la financiación de estas iniciativas; el fortalecimiento de la educación; y el seguimiento de objetivos claros a través de misiones y centros de investigación.
Las iniciativas más concretas tienen que ver con el punto de financiación. Los expertos le sugieren al Estado un plan para que el sector de la Innovación y el Desarrollo (I+D) ocupe un mayor porcentaje en el Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Su idea, es que para 2028, la inversión en este campo pase del 0,24 % del PIB que representa actualmente a un 1,2 % (0,8 % proveniente de inversión pública y 0,4 de privada). Esta primera meta se profundizaría en una segunda fase, sin fecha, en la que el I+D abarque el 1,8 % del PIB del país, con una mayor participación del sector privado, proyectada en un 0,95 %.
Además, la Misión señala que es necesaria una reforma constitucional que aumente el monto de regalías que es destinada para actividades de ciencia, tecnología e innovación. Actualmente este es de 10 %; los expertos proponen que sea de un 25 %.
Para Rafael Molina, investigador senior de Colciencias y profesor de la Universidad Nacional, “las propuestas, en especial la referente al PIB, son razonables en cuanto haya un compromiso del sector empresarial”. Sobre la de regalías, sin embargo, el académico considera que pese a ser pertinente, tendría poca viabilidad política. “El requisito, para que se cumpla, es un cambio en la calidad de la clase política actual”, dijo.
Que no sea letra muerta
Junto a la presentación del informe, el presidente formalizó la ley que convierte a Colciencias en el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Esta nueva cartera, otra de las sugerencias de la Misión de Sabios, será según se lee en la Ley “el ente rector de la política en ciencia, tecnología e innovación que genere capacidades, promueva el conocimiento científico y tecnológico y contribuya al crecimiento del país”.
Según el Presupuesto General de la Nación aprobado en el Congreso, el Ministerio comenzará a funcionar el próximo 24 de enero con un monto de 393.000 millones de pesos.
Sobre esta idea, el investigador de la Universidad de Antioquia, Fannor Mondragón, detalló que desde el Minciencia se debería “establecer una comisión para hacerle seguimiento año a año a los avances sobre los acuerdos de la Misión”, que incluya la presentación de informes periódicos, para que estas apuestas no queden en el aire, como sucedió con la Misión de 1994.
Para los expertos, parte de lo que impidió que la primera Misión fuera un éxito fue la transición generada por el cambio de Gobierno de Gaviria a Ernesto Samper.
No obstante, Eduardo Posada, fundador de Maloka, confía en que el impulso con la actual Misión tiene más futuro, pues se entrega con un gobierno que apenas lleva 16 meses y al que, evidentemente, aún le queda camino por recorrer.
Gabriela Delgado, doctora en Ciencias Farmacéuticas y docente titular del Departamento de Farmacia de la Universidad Nacional, señala que confía en los sabios y espera que el “Gobierno dé a los lineamientos y propuestas de esta Misión, un verdadero carácter vinculante con las políticas, que si no se articulan con el correspondiente presupuesto, serán letra muerta”.
El reto es claro y no dista mucho del que hace 25 años trazó García Márquez, y que terminó diluyéndose en la alternancia política: “Creemos que las condiciones están dadas como nunca para el cambio social, y que la educación será su órgano maestro. Una educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo modo de pensar y nos incite a descubrir quiénes somos en una sociedad que se quiera más a sí misma”
25 %
de las regalías para la ciencia y la tecnología es la propuesta de los sabios.
1,8 %
de inversión en ciencia y tecnología como porcentaje del PIB, proponen los expertos.