Con la premisa de que para el Gobierno nacional es tan importante mitigar los efectos en la salud pública, como aliviar los efectos sociales de la pandemia, en especial en los niños y adolescentes, el Ministerio de Salud y Protección Social, así como el Ministerio de Educación, están promoviendo la necesidad del retorno a clases en colegios.
A través de la circular 26 de 2021 instan a alcaldes, gobernadores, secretarios de Salud y rectores de colegio en “avanzar y mantener la apertura de instituciones educativas y las clases presenciales”.
“Hay que reconocer el riesgo que está teniendo el cierre de escuelas en la salud de niños y adolescentes”, indicó el director de Epidemiología y Demografía, Julián Fernández Niño, para quien “desde una visión integral, no podemos simplemente pensar en el virus, sino que tenemos que mitigar el efecto que ha tenido el cierre de instituciones educativas”.
Entre las consecuencias negativas que trae el cierre de las instituciones educativas, la Unesco habla de rezago educativo y dificultades en el aprendizaje, pero también impactos en salud mental, mayores riesgos de violencias en el hogar, inseguridad alimentaria y a largo plazo, la profundización de las desigualdades existentes.
Sobre posibles brotes del virus tras la reapertura de las instituciones, Fernández Niño expresó que en esos casos se definen cierres preventivos.