La senadora del Centro Democrático, Paola Holguín, habla de su aspiración presidencial, de la crisis de seguridad y de los proyectos que impulsa en Antioquia.
Paola Holguín es una de las senadoras más combativas del Centro Democrático y está en la baraja de cinco entre los cuales el partido del expresidente Álvaro Uribe elegirá a su candidato a la Presidencia en 2026. En esta entrevista con EL COLOMBIANO se refiere a su aspiración, a la complicidad del jefe de Estado con el dictador Nicolás Maduro, a la política de la paz total y cuenta cómo ve a Medellín y Antioquia.
¿Es precandidata o candidata presidencial? ¿Cómo se va a definir eso? Porque ya estamos en marzo a un año de las elecciones para el Congreso y un poco más para las presidenciales. ¿Qué va a pasar en el Centro Democrático?
“Nosotros hoy somos cinco precandidatos que estamos desarrollando una serie de foros a lo largo del país; tuvimos un foro sobre el tema energético en Barranquilla, sobre seguridad en Bogotá, rentas criminales en Valledupar, educación en Armenia, vamos a tener uno en Bucaramanga. La idea es primero la plataforma que el candidato. La plataforma debe ser el punto de partida, el candidato el punto de llegada. Es un proceso de escucha y propuestas puntuales, los precandidatos no salimos a hablar del mundo sino puntualmente hacemos diagnósticos y propuestas sobre los temas. Esperamos que después del segundo semestre, finalizando, podamos tener un candidato único en el Centro Democrático para que forme parte o pueda entrar a una gran coalición mucho más amplia pensando en la primera vuelta presidencial”.
¿Al final del segundo semestre de este año?
“Sí. Algunos quieren que sea en junio o julio pero casi todos creemos que el proceso debería irse hasta septiembre u octubre porque también hay una realidad: hoy ninguna encuesta o mecanismo mide intención de voto, mide más reconocimiento. Solo cerca a la fecha electoral uno puede ir percibiendo cuál es la intención de voto”.
¿Y sería una consulta interna o una encuesta abierta?
“Eso es parte del debate porque si se hace consulta con la Registraduría eso tiene una dificultad y es que no podríamos participar en otra consulta más amplia que fue lo que le sucedió al Partido Liberal hace ocho años. Primero, uno queda muy mal con todos porque no es fecha electoral y dos, te obliga a correr ‘solito’ a primera vuelta, entonces eso es parte del debate jurídico y técnico”.
Puede leer: Petro ahora ve “nazis” por todos lados, ¿qué le está pasando?
Uno escucha a la gente diciendo que el Gobierno de Gustavo Petro es muy malo, pero en realidad la oposición tampoco está cohesionada, no tiene un discurso claro, no le está llegando a la gente, ¿usted que les responde a esas personas?
“No, yo creo que este es un momento muy complejo de país y hay personas que esperaban una oposición parecida a la que nosotros padecimos y ahí sí lamento decepcionarlos pero no. Si estaban esperando que incendiáramos el país, no. No porque nosotros nos movemos en un marco de oposición democrática y a lo que no nos gusta decimos no con argumentos y presentamos contrapropuestas y uno entiende que a veces el ciudadano en medio de la angustia que está sufriendo hoy porque hay hoy como una ‘policrisis’, como una crisis múltiple en Colombia, espera más radicalismo. Pero creo que este es un momento que obliga a un liderazgo de mayor sensatez, donde hay que dar respuestas, hay que buscar la verdad, pero hay que darle esperanza a la gente también. Es parte de lo que nosotros tratamos de hacer, no agravar la crisis, pero eso sí, nos hemos parado a tratar de bloquear y parar todo lo que hace daño. No es tan fácil y no es tan fácil que el ciudadano entienda los procesos o cómo funciona el Congreso o que pueda entender por qué Petro hoy tiene cooptada la Cámara y de pronto hay un poco más de esperanza en Senado, pero no es fácil porque no somos tantos los que estamos haciendo la oposición, pero yo creo que es lo responsable con el país”.
A propósito de este grupo de precandidatos del Centro Democrático, Paloma Valencia, María Fernanda Cabal, Miguel Uribe, Andrés Guerra y usted, a veces siento como que no tienen vocación de ganar porque les escucho que se van a unir en otra consulta, como ‘listo, nosotros vamos a sacar nuestro nuestro candidato y luego vemos a ver en qué en qué combo nos sumamos’, ¿es así?
“No, este es un partido que tiene vocación de poder y es un partido que a diferencia de los demás desde el día uno ha sido oposición al Gobierno Petro. Hemos actuado de manera coherente y cohesionada. Lo que pasa es que hay una cosa cierta y es que los ciudadanos le están diciendo todo el tiempo a uno: unidad, unidad, unidad. Porque hay una angustia que es entendible y es que ellos, el petrismo, ya nos aplicaron una fórmula que les funcionó: un millón de votos que negociaron en las cárceles. No lo dice la oposición, lo dice el hermano de Petro. Ellos violaron los topes de campaña y tuvieron financiación ilegal, buscaron la votación en las cárceles y en pactos con estructuras criminales. Ellos combinan todas formas de lucha, literalmente, sin escrúpulos. Entonces, enfrentar eso no va a ser fácil y eso obliga a la unidad. Y cuando hablamos de unidad no quiere decir que no creamos que el que puede ser presidente sea el nuestro. Eso puede pasar, ojalá pase”.
Ahora, sobre temas de país, usted desde la Comisión Segunda del Senado, ¿qué es lo más grave para usted de este Gobierno? ¿Cuál va a ser la peor herencia si se puede llamar así?
“Yo creo que la peor herencia va a ser el tema de seguridad, porque lo demás en derecho como se hace, se deshace. Pero hoy nosotros tenemos una crisis en el tema de seguridad donde ellos han logrado la tormenta perfecta. Primero, hay debilitamiento de la fuerza pública, menos hombres, sin moral para actuar, sin capacidad en la inteligencia porque desmontaron la inteligencia, los aviones, no hay recursos, no hay armamentos. La falta de aliados como Estados Unidos e Israel. Yo creo que eso es muy grave, pero además se ha permitido que crezca la presencia de las estructuras criminales en el territorio”.
¿Cómo es eso? Porque le he escuchado a usted también hablar de cómo se estarían financiando, incluso con recursos del Estado, las estructuras criminales.
“Sí, nosotros hoy tenemos varios problemas. Las estructuras criminales vienen copando cada vez más el territorio, hay departamentos que hoy están bajo control, digamos que casi absoluto de las estructuras criminales: la zona de Catatumbo, en Arauca en la situación es dolorosa, en Cauca y Nariño; también uno puede ver lo que está pasando en zonas de Antioquia, en el sur de bolívar, en muchos departamentos hay una situación bastante compleja. Las estructuras tienen cada vez más recursos porque las fuentes de financiación son narcotráfico: casi 300 mil hectáreas de coca, en 2023 fueron 235 mil con más de 2.600 toneladas métricas de cocaína por año en producción; minería ilegal en un país donde más del 70% del oro que se comercializa es ilegal y el Gobierno ataca la minería legal, pero la ilegal ha crecido, basta mirar lo que ha pasado en Antioquia, por ejemplo, en las zonas del Bajo Cauca. Otra fuente es la trata ilegal de personas migrantes y los recursos estatales. Hay denuncias muy graves sobre lo que pasa en Arauca, pero también sobre unos mecanismos de cooptación de las juntas de acción comunal”.
¿Cómo funciona eso? ¿Qué denuncias ha recibido?
“He recibido denuncias en Antioquia, en el Meta principalmente, pero en varios departamentos se ha presentado, que las estructuras criminales llegan a los municipios, llegan a las veredas y empadronan a las juntas de acción comunal y a las comunidades.
¿Y con qué propósito sería ese empadronamiento?
“Creo que hay dos propósitos: el control no solo territorial sino poblacional, seguramente hay un tema electoral, y también el control de recursos que desde el Gobierno Nacional se están girando a las juntas de acción comunal”.
Ese tema me parece muy delicado. Es decir, ¿los recursos que el Gobierno destina para la participación popular puede estar siendo utilizado por las estructuras criminales?
“Sí y sobre eso puse una denuncia contra el presidente Gustavo Petro, porque ya hay varias denuncias de cómo recursos del Estado se están desviando para financiar estructuras criminales.
¿Y qué pruebas hay de eso?
“Hay varias denuncias sobre lo que está pasando en Arauca y en distintas regiones del país. El Gobierno gira el recurso y termina desviado a las estructuras criminales y ellos son los que ejecutan. Esa denuncia la puse yo”.
Usted decía que están arrinconando a la fuerza pública, ¿es cierto que el Gobierno Petro está acabando con una línea de oficiales muy grande o eso es lo que suele suceder en todos los gobiernos?
“Aquí se está presentando una cosa muy grave y es que gran parte de los generales, coroneles y los que tenían mayor experiencia operativa los ha sacado el Gobierno. Eso no es normal. Lo normal es que siempre ha sido una estructura piramidal y que hay menos generales y coroneles que base. Eso es obvio en la estructura piramidal. Pero hoy lo que ha pasado es que se ha descabezado mucho a este personal y cuando a esas personas las retiran, lo que se va es conocimiento, capacidad de mando, capacidad operativa. Y eso genera también una dificultad y es unos ascensos acelerados en la carrera militar que en países como Venezuela, esperemos que no pase aquí, empieza a generar una lealtad hacia la figura del presidente y no hacia la institucionalidad”.
¿Eso cómo lo palpa usted aquí en Colombia? ¿Puede que pase o no?
“Yo creo que ese es un límite que debería ser una línea roja y es cuando uno empieza a ver eso que empiezan a moverse a favor de de cooptar a la fuerza pública terminan politizándola y eso es muy riesgoso para la democracia. Espero que aquí los soldados y policías que han logrado enfrentar estructuras criminales y mantenerse en la línea de ser una fuerza no deliberante y civilista, se mantengan en esa fuerza”.
El hecho, por ejemplo, de la designación del general Pedro Sánchez como ministro de Defensa, ¿cree que va en esa línea?
“Creo que eso envía una mala señal. Hace dos o tres décadas en Colombia se dejó de nombrar generales activos en el Ministerio de Defensa. En este caso estaba en el puesto 30, es decir, que si él no renuncia para ser ministro de Defensa hubieran descabezado como a 29. A mí ese tema me genera duda como me la generó en su momento (William René) Salamanca porque no es una buena señal que un expolicía que era jefe de debate y de campaña de Petro en Estados Unidos, lo reintegren para volverlo director de la Policía; porque él ya había mostrado un claro sesgo político y estaba haciendo política antes de ser reintegrado. Esas no son buenas señales”.
Hay dos temas que maneja la Comisión Segunda a la que usted pertenece: la seguridad y las relaciones internacionales. Justo está este tema del acuerdo binacional entre Petro y Nicolás Maduro en el Catatumbo. ¿Qué está pasando allá?
“Desde hace rato tenemos información de que la conformación de la franja binacional es un proyecto que trae hace mucho tiempo el régimen de Venezuela. Es una frontera de 2.219 kilómetros sumamente porosa. Nosotros tenemos menos de 10 puntos legales pero ilegales hay más de 200. Una frontera que gracias a la anuencia de Maduro y de Petro viene siendo controlada por el ELN. Hay una cosa que yo no sé si la gente la percibió: el año pasado fue el sexto congreso del ELN y se autoproclamaron como una guerrilla binacional. Maduro desde hace más de un año viene hablando de la franja binacional. ¿Cuál es el riesgo que yo he denunciado? Que nos conviertan eso en una Franja de Gaza, que nos conviertan ese límite entre Colombia y Venezuela en una zona controlada por estructuras criminales”.
¿Usted creería que es una concesión de Maduro y Petro al ELN esa franja binacional?
“Sí, yo creo que es así. ¿Por qué? Porque además les han ido permitiendo un control cada vez mayor de la zona. El tren de Aragua y el ELN manejan todo el tema de migración ilegal y trata por esa frontera”.
¿Cómo vio el manejo de la crisis del Catatumbo en este contexto? Es decir, ¿hubo complacencia de los gobiernos?
“Total. No los atacaron y lo que pasó ahí es muy grave pero además las señales posteriores. Primero cuando estamos en plena crisis del Catatumbo, que iban a emitir el decreto de conmoción interior, ¿Qué pasó con Petro? Se fue para Haití. Y Petro se va allá a ofrecer armas y formación para combate a estructuras criminales. A Haití que es un Estado fallido en plena crisis del Catatumbo. Ojo con eso. Haití que es un foco de narcotráfico. Piensa mal y acertarás”.
¿Lo que usted está queriendo decir frente a la pelea de esos grupos en el Catatumbo es que el Gobierno estaba debilitando a las disidencias de las FARC y favoreciendo al ELN?
“Sí y lo digo sin pena, es que dato mata relato, ahí están las pruebas. Y cómo va y dice Petro ‘es que yo voy a ir a hablar con Maduro’ a hablar lo del Catatumbo cuando todos vimos pasar los guerrilleros del ELN por Táchira, por Zulia hasta Norte de Santander....”
Puede leer: “La paz total de Petro se está convirtiendo en guerra total”: cabecillas del ELN en Catatumbo
Bueno, no los vimos, para ser francos.
“No, pero todos los informes, pero todos los informes muestran que así fue. Y es más, léanse un librito muy bueno que sacó Eduardo Pizarro Leóngómez, que no es uribista, claramente, que se llama “Las fronteras y la guerra”. Es que este no es un tema nuevo, pero se acrecentó con la llegada de Petro”.
Todo esto que menciona, en el marco de la paz total, ¿qué significa para usted?
“Creo que la paz total de Petro es una estrategia para mantener de su lado a las distintas estructuras criminales. Primero, porque abrió muchas mesas de negociación que lamentablemente el país no conoce ni controla qué está negociando y quién, porque entonces hay mesas, otra vez con las Farc. Hay mesas con el ELN, con La Oficina, con el Clan del Golfo, con todo el mundo; muchas de esas mesas sin marco jurídico, porque hoy no hay una ley de sometimiento vigente para esos procesos, pero uno lo que encuentra es que estratégicamente el Gobierno los mantiene ahí, les congela órdenes de captura, les da prebendas, por ejemplo, concentra a todos los bandidos de La Oficina en Itagüí cómodamente. Y les da unos ceses bilaterales que en realidad es un cese sólo de la fuerza pública porque ellos siguen delinquiendo. Entonces yo creo que la paz total es una estrategia de guerra para permitir el fortalecimiento del control territorial de las estructuras criminales y para mantener de aliadas a unas fuerzas oscuras que en algún momento también le permitieron ganar”.
Sobre Antioquia, ¿qué dificultad importante ve en el departamento? ¿A qué tienen que trabajarle las autoridades?
“Tenemos un problema que hoy no sólo padece Antioquia sino otros departamentos y es un presidente sectario que no representa la unidad de la nación y que pareciera querer gobernar sólo con los que piensan como él. Con los demás termina torpedeando, radicalizando...”
Puede escuchar: Antioquia a pesar de Petro
Bueno, pero los presidentes en general gobiernan con quienes piensan como ellos...
“Yo creo que no, ¿sabe? Por ejemplo en el Gobierno Uribe uno de los gobernadores que terminó siendo un gran aliado fue Antonio Navarro Wolf en Pasto y cuando uno le pregunta él dice que le fue muy bien. Yo que hice parte del Gobierno Uribe incluso muchos nos critican que no le fue tan bien a Antioquia porque tratábamos de ser muy imparciales. Es que la figura presidencial en serio que tiene que ser para los 50 millones de colombianos entonces hoy se ve un sesgo muy grave en lo del Gobierno Petro. Uno ve varias cosas que son problemáticas, por ejemplo las vigencias futuras que son unos acuerdos de Estado, no de Gobierno, y él (Petro) cree que puede disponer distinto a las leyes, por ejemplo el Túnel del Toyo, el Metro de la 80, con un montón de obras en Antioquia y uno ahí ve un sesgo y ve también una mala interpretación y es esos son temas de nación. Pero además eso tiene consecuencias como el detrimento patrimonial, problemas en la competitividad, en el avance de los países, de las regiones. Uno ve un afán centralista en el Gobierno y Antioquia hoy tiene que tratar, sin la ayuda de Petro, de superar unos retos que tenemos en materia de seguridad; en Antioquia estamos viviendo un problema grave de extorsión, de minería ilegal, de narcotráfico. Tenemos obviamente los problemas sociales y ahí el gobernador Rendón y el alcalde Gutiérrez tienen un foco muy importante en el tema de cero hambre. También tengo que decir que afortunadamente el empresariado antioqueño ha sido valiente, resiliente y ahí vamos. Aquí se ha logrado mantener incluso el tema de empleo a pesar de la dificultad económica del país”.
Entérese: ¿Qué viene ahora que la Corte Suprema ordenó suspender el juicio a Uribe?
Por ejemplo, en medio de todas estas dificultades, ustedes como bancada antioqueña entiendo que tienen algún tipo de trabajo específico con los empresarios, con el gobernador y el alcalde para ver cómo se saca el departamento adelante...
“Sí. Hay una cosa muy bonita que viene pasando en Antioquia y es que se ha generado una relación institucional entre la bancada antioqueña, los gremios y los gobernantes y esa relación institucional permite que pongamos proyectos por encima de los partidos. Por ejemplo, bajo el liderazgo de Proantioquia y de muchos sectores de la salud nosotros logramos radicar un proyecto para que se calcule técnicamente la UPC (Unidad de Pago por Capitación). No es regalar plata a las EPS, como dice Petro, que no ha podido entender que la UPC es algo que se tiene que calcular técnicamente. Ese ejemplo de lo que logramos en Antioquia por encima de los partidos con ese proyecto o lo que hemos logrado con el tema de obras por impuestos, muestra que aquí tenemos hemos mejorado muchísimo la comunicación entre el sector público, el sector privado, la academia, el sector social y estamos tratando de hacer cosas a pesar del Gobierno por encima de los partidos y las ideologías”.
