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Ojo: declaratoria de la Unesco no frenará polémico puerto de Tribugá

Presidencia y MinAmbiente le pidieron a la autoridad internacional declarar la zona como Reserva. Expertos aseguran que el nombramiento no cambiaría normatividad.

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12 de febrero de 2022
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Infográfico
Protección ambiental de Unesco no frena polémico puerto en Tribugá

Desde Francia y ante la Unesco, el presidente Iván Duque y el Ministerio de Ambiente le pidieron a esa autoridad internacional declarar como Reserva de Biósfera a la zona de Tribugá, Cupica y Baudó, un territorio que se ha disputado los últimos 50 años entre quienes aseguran que construir un puerto marítimo es clave para el desarrollo de esa región y quienes advierten que esa misma obra podría convertirse en el acabose de uno de los ecosistemas estratégicos más importantes del país. Allí coexisten más de 35.000 especies de plantas, alrededor de 390 aves, 970 reptiles y 125 mamíferos.

Pese a que la noticia fue bien recibida por biólogos, académicos y líderes ambientales de la región que vieron en la declaratoria la posibilidad de negarse al puerto para siempre, lo cierto es que dicha Reserva Biósfera no implicaría cambios en términos legales y de soberanía nacional, por lo que la obra podría construirse si confluyen los ánimos políticos y las licencias ambientales.

De hecho –tal como explica la bióloga y Ph.D en ecología Sandra Vilardy, profesora de la Universidad de los Andes y directora de Parques Nacionales Cómo Vamos– esa declaratoria ambiental no tiene instrumentos normativos que la reglamenten en Colombia y, por ende, no modifica de fondo las condiciones que han regido a Tribugá.

Solo por mencionar un ejemplo, a la Ciénaga Grande de Santa Marta no le bastaron las declaraciones que tiene como Reserva de Biósfera y como humedal Ramsar para evitar que en su territorio se construyera el reconocido Puerto de Palermo, en 2008, con igual cantidad de opositores ambientales.

En cuanto a Tribugá, no es un secreto que el mismo presidente Duque ha sido uno de los abanderados del proyecto portuario pese a las advertencias de los ambientalistas. En 2018, se refirió al tema diciendo que “no descansaría” hasta ver el corredor de Ánimas–Nuquí “conectarnos con el anhelado Puerto de Tribugá”. Este diario buscó al mandatario para consultarle si este pedido a la Unesco modificaba su apoyo al proyecto o implicaba decisiones de fondo para la construcción del puerto, pero no recibió respuesta hasta el cierre de esta edición.

¿Qué significaría?

Por ahora, los avances que lograron el presidente Duque y su ministro de Ambiente, Carlos Eduardo Correa, dan un paso importante para que la Unesco analice todos los datos que le compartieron, haga sus propios análisis y decida si el área se declara, o no, como una Reserva de Biósfera. Pero ese trámite puede tardar más de un año, pues la autoridad revisa cientos de postulaciones cada semestre.

Sin embargo, la experta María José Ospina, directora de Agenda del Mar, no solo califica la noticia como un gran avance para proteger esa zona y presionar al poder con la importancia de sus ecosistemas, sino que ve viable la declaratoria teniendo en cuenta que el territorio ya ha sido reconocido por otros nombramientos internacionales.

Entre ellos, la zona Tribugá, Cupica y Baudó fue declarada como uno de los 35 hotspots a nivel global, conocidos por ser regiones que albergan, al menos, 1.500 especies de plantas endémicas y que han perdido más del 70 % de su hábitat natural.

Según los términos de la misma Unesco, las áreas que son declaradas como Reserva Biósfera “son destinadas a conciliar la conservación de la biodiversidad y la actividad humana mediante el uso sostenible de los recursos naturales” y buscan “fomentar prácticas innovadoras de desarrollo sostenible y luchar contra la pérdida de biodiversidad, acompañando a las comunidades y a los Estados Miembros”.

En Colombia, existen cinco áreas cobijadas bajo esa figura: el Cinturón Andino, el Tuparro, la Sierra Nevada de Santa Marta, la Ciénega Grande de Santa Marta y Seaflower, una reserva en el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.

Pero, por ahora, los habitantes que se han opuesto al proyecto del puerto no ven la declaratoria como una salida. En diálogo con este diario, dos líderes ambientales de Tribugá aseguraron que las frágiles condiciones del ecosistemas no resistirían a la construcción de un puerto y que “más que una ayuda para la región, esa declaratoria sería como decoración para el área, pues no modifica las condiciones en términos legales”.

Y en eso concluyeron Vilardy y el exministro de Ambiente Manuel Rodríguez, quienes insistieron en que la declaratoria es positiva en términos de que le da valor a la región, aumenta la atención internacional sobre el territorio e incrementan el turismo; pero que no sirve como medida de protección ambiental para proyectos agresivos con ese ecosistema.

“Para proteger Tribugá, el Gobierno y el Ministerio de Ambiente tendrían que crear toda una normativa que regule lo que se puede hacer y lo que no en esas Reservas de Biósfera. Mientras tanto, la declaratoria no será más que un nombramiento representativo para la región”, concluyó Vilardy

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