Fin de año en el Cauca estuvo pasado por ataques de las disidencias

En Navidad también habían aparecido otros afiches de grupos ilegales.

En el casco urbano de uno de los municipios del Cauca también apareció una valla alusiva a las disidencias de las Farc en fin de año. FOTO COLPRENSA
Las vallas de las disidencias de las Farc aparecieron en varios municipios del Cauca al cierre del fin de año. FOTOS COLPRENSA

Los habitantes de varias zonas del departamento del Cauca recibieron el 2022 con ataques armados y varios mensajes propagandísticos de las disidencias de las Farc alusivos al cierre del año y su presencia en la zona.

“En el 2022 seguiremos defendiendo el territorio y sus comunidades”, dice una de las pancartas ilegales que instalaron en una casa miembros de la columna móvil Jaime Martínez.

En otro punto se lee una propaganda a nombre del frente Carlos Patiño, la cual dice: “brindamos lealtad y apoyo a nuestros campesinos”, acompañada de una foto en la que se identifica a Manuel Marulanda Vélez, alias Tirofijo.

Como estas, también se registraron varias pancartas en El Tambo, Cajibío, Morales, Suárez, Balboa, Caldono, entre otros, incluso en una plaza y en medio de una vía destapada. Tras denunciarse la presencia de estos afiches, el Ejército se desplazó hacia algunas zonas y los quitó.

Las vallas de las disidencias de las Farc aparecieron en varios municipios del Cauca al cierre del fin de año. FOTOS COLPRENSA

Sin embargo, la respuesta de los disidentes no se hizo esperar, y cubrieron varias paredes con grafitis en Caloto, Jambaló y Corintó. De hecho, manifestaron –de forma desafiante– que si es por la quitada de vallas y avisos, al Ejército ”no le va alcanzar el tiempo porque están por toda el área del Comando Coordinador de Occidente”, al cual pertenecen la Carlos Patiño, Jaime Martínez y Dagoberto Ramos.

Festejo a punta de disparos

Pero esos no fueron los únicos hechos. Varios municipios del departamento vivieron momentos de zozobra tras ataques armados del grupo ilegal.

En Argelia, uno de los municipios más golpeados por la guerra que mantienen agrupaciones al margen de la ley, la despedida de 2021 se hizo a punta de disparos que miembros de la Carlos Patiño salieron a hacer en pleno parque principal.

La escena fue grabada por varios habitantes, y en ella se nota el contraste entre la población y los disidentes: mientras los primeros tiraban pólvora, los otros activaban sus fusiles con disparos al aire.

Uno de los líderes sociales del pueblo denunció esta particular celebración. “Suben con orgullo el video de un grupo armado disparando al aire de manera atrevida en medio de la población, el mismo grupo que los tiene sometidos y que los puso a aguantar hambre. Uno no sabe si sentir vergüenza por lo que hacen ellos o por la reacción de la gente que avala, tolera y les celebra semejante humillación”, aseveró el líder.

En Corinto, por su parte, se registraron ataques con explosivos a la estación de Policía del pueblo, que dejaron a un civil y un soldado profesional heridos.

Esa cadena de ataques a ese municipio viene de días atrás, pues en la tarde del pasado 31 de diciembre, milicianos de la Dagoberto Ramos hostigaron por varios minutos a los policías y soldados, quienes permanecieron atrincherados en la estación.

Después, mientras la gran mayoría de corinteños festejaban en las calles por la llegada del nuevo año, el sábado 1 de enero se registró otro ataque a la estación. En él, milicianos lanzaron una granada de fragmentación contra una de las garitas, resultando herido un soldado profesional.

“Esa noche sí escuchamos la explosión, pero no sabíamos si era pólvora o un ataque, porque acá en el pueblo la gente celebró el nuevo año hasta bien entrada la noche del sábado, es que la guerrilla no descansa en las fiestas decembrinas”, agregaron los comerciantes.

Todos estos ataques hicieron que el comienzo de 2022 para los habitantes de esa zona del departamento no fuera distinto al de otros años, pues según testimonios de líderes y comerciantes, este también está cargado de temor y amenazas, pues constantemente se sienten vigilados, llegando al punto de tener que movilizarse con los vidrios de los carros abajo.