La de este miércoles fue una jornada adversa y difícil para el Gobierno de Gustavo Petro. El mandatario no solo tuvo que hacer frente a las multitudinarias marchas de la oposición contra su gestión, sino que sufrió un nuevo revés en el Congreso de la República: por tercera vez, el Senado aplazó la discusión de la reforma pensional por falta de quórum.
Así como la controvertida reforma a la salud, la pensional hace parte del ramillete de iniciativas del corazón del petrismo; sin embargo, su trámite ha sido accidentado por cuenta de una estrategia que en su momento le dio réditos a la oposición: disolver el quórum y dilatar la discusión. La misma maniobra, válida en democracia, les sirvió la semana pasada para paralizar el debate.
Si bien este miércoles se tenía previsto que la plenaria del Senado discutiera la iniciativa en segundo debate, apenas alcanzaron a votarse algunos impedimentos –apenas 35, pero siguen sin resolverse más de 20–. Por ello, la sesión tuvo que ser levantada por falta de quórum.
No es un hecho cualquiera: según los tiempos del Congreso, la iniciativa debe estar aprobada antes del 20 de junio, cuando concluye esta legislatura. No obstante, aún falta resolver los impedimentos y discutir las ponencias.
El senador Jota Pe Hernández, de la Alianza Verde, defendió la maniobra de disolver el quórum: “He decidido hacer parte de esos congresistas que nos acogemos a la estrategia legítima de romper el quórum”, manifestó.
Desde el oficialismo, varios congresistas criticaron la decisión de quienes se apartaron del debate y reclamaron porque den el debate, en lugar de ausentarse.
Por cuenta de las trabas para sacar adelante el proyecto, este miércoles subió de tono el rifirrafe entre el presidente Gustavo Petro y el presidente del Senado, Iván Name. Mientras que el parlamentario pidió respeto e independencia por la Corporación que lidera, el jefe de Estado le respondió y lo instó a tener “responsabilidad con la tercera edad de Colombia”.
La génesis del rifirrafe fueron las declaraciones del primer mandatario, quien el martes lanzó un dardo contra el trámite de la reforma pensional y señaló directamente a Iván Name. “El Congreso, a través de su presidente del Senado, se jacta de no aprobar el proyecto (...) así es como el Congreso demuestra independencia”, señaló Petro.
Posteriormente, el mandatario le echó la culpa del daño que eso pueda estar ocasionando a la población mayor del país. “Está haciéndole daño a la vejez en Colombia. A millones de viejitos y viejitas que están en las calles pidiendo limosna, pidiendo un plato de sopa”, dijo.
En respuesta, este miércoles durante la plenaria del Senado el presidente Name, al ratificar que “reina la calma en el Senado”, pidió independencia y respeto por el Parlamento, al tiempo que calificó de “inconveniente” una intervención al fuero autónomo del Congreso. Inclusive, dejó entrever que no permitirá que, en el trámite de las reformas, haya mermelada o burocracia.
“Pedimos independencia, respeto y ojalá que no haya intervención de otra rama ofreciendo, quitando o poniendo, como ha sido un sistema del modelo presidencial colombiano. Estaré vigilante también de eso, y no lo hago en el tono de la amenaza, sino en el tono de la fraterna condición de ser su compañero”, le dijo Name a los senadores.
Sin embargo, Petro arreció y contestó a las declaraciones del presidente Name, manifestando que si no se debate la reforma “millones de ancianos no tendrán la opción de un bono pensional y los fondos privados de pensiones irán a la quiebra”. Por ello, le pidió al presidente del Senado “responsabilidad con la tercera edad de Colombia”.