El ataque de Irán a Israel, con lanzamiento de misiles y tiroteos terrestres, abrió un nuevo frente de guerra en la ya maltrecha comunidad de países del Medio Oriente.
En la mañana de este martes (noche de Israel), los iraníes lanzaron cerca de 200 misiles a territorio israelí, y ejecutaron algunas acciones de sicariato en sitios urbanos, como una estación del tren en Tel Aviv, donde murieron cuatro personas.
La mayoría de los misiles fueron repelidos por los sistemas de defensas aéreas de Israel, con apoyo de Estados Unidos, mas es claro que la pelea ya quedó casada y el Ejército anunció que tiene planes para responderle a Irán.
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¿Pero cómo se reactivó todo este problema en la región? Luego de un periodo de aparente tranquilidad, el 7 de octubre de 2023 hubo un violento asalto a Israel, protagonizado por militantes del grupo palestino Hamás.
Algunos surcaron la frontera en paracaídas impulsados por ventiladores, y otros irrumpieron en un festival de música y áreas residenciales. El resultado fue de 1.205 muertos, en su gran mayoría civiles, y tomaron 252 rehenes, de los cuales todavía quedan unos 130 en poder de Hamás.
La venganza de Israel no solo fue contra ese grupo terrorista, sino contra todo el pueblo palestino que habita en Gaza. Con bombardeos constantes e incursiones terrestres, los hebreos han matado a cerca de 41.700 personas.
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Con el pretexto de que albergaban integrantes de Hamás, bombardearon hospitales, escuelas, edificios residenciales y campamentos de refugiados, destruyendo el 90% de la infraestructura en la Franja de Gaza y generando un éxodo de pobladores sin precedentes.
Esta fue una de las razones por las que el gobierno de Colombia decidió romper relaciones diplomáticas y comerciales con Israel.
Como en una cascada de fichas de dominó, esa situación en Gaza, que todavía sigue activa, provocó la apertura del segundo frente de guerra.
En solidaridad con los palestinos, el movimiento Hezbolá, de Líbano, comenzó a hostigar la frontera norte de Israel, tanto con misiles como con ráfagas de fusil. Esto obligó al desplazamiento forzado de las familias israelitas que vivían en el área.
Apenas los israelitas cumplieron sus objetivos en Gaza, iniciaron la contraofensiva en Líbano el mes pasado. Además de los bombardeos aéreos convencionales, el 17 de septiembre el mundo quedó aterrado por una nueva modalidad de agresión: explotaron los beepers que usaban los integrantes de Hezbolá de manera simultánea, matando a 12 personas y causando heridas a unas 3.000, según el gobierno libanés.