En la Casa de Nariño podrán ver las noticias en un televisor de 85 pulgadas que costó 27 millones de pesos. El gobierno adquirió 31 artículos cuya función es “amoblar” las residencias que están bajo la administración de Gustavo Petro. La empresa encargada de vender estos artículos se llama Polyflex y tiene un recorrido amplio en contratar con el Estado.
Licuadoras, sartenes, cobijas con plumones de ganso y televisores son los elementos para el hogar que figuran en la compra que se hizo desde el Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre). El contrato fue de 173 millones de pesos y el dinero fue a dar a la contabilidad de Polyflex.
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La empresa que amobló las residencias oficiales, según el Registro Único Empresarial y Social (Rues), tiene cinco sedes activas en todo el país y cinco más que han sido canceladas. Se dedica a los negocios de las motos y a comercializar electrodomésticos, gasodomésticos, artículos de ferretería, pinturas, utensilios de uso domésticos y cocina. Su representante legal es Jaime Beltrán Uribe.
El Rues y el Secop arrojaron que la empresa de Beltrán Uribe ha contratado en diversas oportunidades con entidades públicas. Sus clientes han sido la Policía Nacional (en Nariño, Manizales y Quindío), el Ejército, la Agencia de Desarrollo Rural, el Inpec, Prosperidad Social, el Ideam y algunas alcaldías.
Este año Polyflex matriculó su sede en Bogotá –la misma que le vendió al gobierno Petro dos cobijas con plumones de ganso por $8.159.800– y le reportó a la Cámara de Comercio activos por 50 millones de pesos.
Es proveedor desde 2012 con diferentes instituciones como la alcaldía de Dosquebradas, Armenia, Manizales, Cali y decenas de municipios de Córdoba, Caldas, Quindío, Risaralda, Valle del Cauca, Antioquia y Huila.
Principalmente realizó contrataciones para la compraventa de colchones, colchonetas, kits de aseo, ropa para personas privadas de la libertad y de las fuerzas militares. La institución con la que más firmó fue el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario Inpec por $2.100 millones en 137 ocasiones.
Su contrato de mayor cuantía fue con la alcaldía de Santa Rosa de Cabal por $463 millones para la compra de cuarenta y tres vehículos de clase moto-carros para la sustitución de los vehículos de tracción animal. Aunque Polyflex no tiene anotaciones, la Gobernación de Risaralda le pidió en 2018 justificar sus propuestas de precios porque consideró que “eran artificialmente bajos”.