El caso del condenado por corrupción, Mario Castaño, tiene un nuevo capitulo. Y es que esta vez, al parecer, habría desviado recursos que le robó al Estado para financiar campañas electorales.
Por eso ahora la Corte Suprema le puso la lupa al exrepresentante a la Cámara, José Joaquín Marchena, por presuntamente ser una de las fichas políticas de Castaño y haber recibido dinero para financiar su campaña electoral en 2022.
Siguiéndole la pista a los hilos de las marionetas del corrupto exsenador, la Sala Especial de Instrucción abrió una investigación formal contra Marchena para establecer si para mantener su curul como representante de Arauca, habría recibido recursos de procedencia ilícita por venir de actos de corrupción de Mario Castaño.
Lo que se sabe es que el exrepresentante Marchena hace parte del Partido Liberal y fue elegido en el periodo 2018-2022. De esa misma colectividad era Castaño, quien ya confesó haber tejido una red de corrupción que permeó por lo menos a 6 departamentos y con la que logró torcer millonarios contratos a cambio de coimas para que se quedaran en manos de personas elegidas directamente por él.
Por ahora, tanto el exrepresentante como el exsenador corrupto están en manos de la Corte Suprema que tendrá que investigar a Marchena, dictarle una condena a Castaño por más de 10 delitos, y de paso buscar a otros congresistas que hayan resultado salpicados con los dineros sucios de Mario.
Y es que el proceso más reciente que el alto tribunal abrió contra el exsenador tiene que ver con esa plata corrupta. Por eso, la Sala Especial de la Corte decidió sumarle el delito de enriquecimiento ilícito al dossier de Castaño, bajo el argumento de que existe un supuesto incremento injustificado de su patrimonio cuando fue representante a la Cámara entre 2014-2018.
Hasta el momento, Castaño sigue recluido en la cárcel La Picota de Bogotá, a pesar de que su defensor han intentado sacarlo de prisión en repetidas ocasiones con distintas herramientas, solicitud que ha sido rechazada por la Corte Suprema.
La primera vez que solicitaron la libertad del exsenador, su defensa alegaba que existían enfermedades de base como “obesidad mórbida, hipertensión arterial estadio (3) severa, diabetes mellitus tipo II, dislipidemia severa, tromboembolismos pulmonares asociados a embolismos de origen venoso”.
Sin embargo, la Corte negó la petición al determinar que no había un dictamen médico oficial.
Así mismo, en una segunda oportunidad, el alto tribunal ordenó un exámen por parte de Medicina Legal, pero se concluyó que el estado de salud de Mario Castaño no es incompatible con la detención intramural y por eso permanecerá en La Picota hasta que se defina el monto de la condena.
Mientras tanto, la defensa de Castaño lucha para que el exsenador mantenga su investidura hasta que la Corte Suprema tome esa decisión de fondo. Los argumentos de sus abogado es que “hay que mantener la presunción de inocencia”, incluso teniendo en cuenta que ya hay una aceptación de cargos por parte del procesado.
Sobre el caso puntual del congresista liberal Marchena, con el que al parecer se destapó un nuevo capítulo en la red de corrupción, se sabe que el alto tribunal lo vinculó mediante indagatoria por los supuestos delitos de financiación de campañas electorales con fuentes prohibidas, falsedad y fraude procesal