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Álvaro Leyva dejó la Cancillería en crisis: ¿Murillo la hará respirar?

El nuevo canciller (e) tiene el reto de articular un ministerio lleno de polémicas. Así está el panorama.

  • De izquierda a derecha: Álvaro Leyva, el presidente Gustavo Petro y el embajador Luis Gilberto Murillo. FOTO: COLPRENSA/ARCHIVO PARTICULAR
    De izquierda a derecha: Álvaro Leyva, el presidente Gustavo Petro y el embajador Luis Gilberto Murillo. FOTO: COLPRENSA/ARCHIVO PARTICULAR
12 de febrero de 2024
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Además del gran escándalo por la licitación de pasaportes que lo sacó de su cargo, el suspendido Álvaro Leyva dejó una Cancillería desengranada, a medio funcionar y en desorden. Era algo que el presidente Gustavo Petro sabía y que cuestionó en un par de ocasiones cuando se rumoró su inminente salida.

En cada ocasión en la que el nombre del canciller estuvo en la cuerda floja, también sonó como su posible reemplazo el embajador de Colombia en Estados Unidos, Luis Gilberto Murillo, un hombre de centro que tiene la entera confianza del Presidente y el reto de poner a marchar una entidad golpeada por los escándalos y las malas decisiones administrativas.

Justamente, en los pasillos del Ministerio se habló siempre del jefe ausente, del canciller que no está, que no se entera de lo que está ocurriendo y que se centra más en la paz que en la política exterior.

“Las actuaciones de Leyva frente a la cartera, con las sanciones que recibió y con la demanda de $117.000 millones que ahora enfrenta el Estado, son hechos sin precedentes en la Cancillería. Es pertinente la decisión de Petro”, explica el politólogo Luis Felipe Buitrago, analista internacional de la Universidad de Antioquia.

En ello coincidió David Castrillón-Kerrigan, profesor e investigador del Externado, quien sostuvo que Leyva dejó una Cancillería sin liderazgo y “una visión estratégica que se vio muy limitada por la ausencia de su jefe y, en su lugar, se llenaron vacíos por personas cercanas que actuaron como cancilleres en la sombra”.

Según él, el papel de algunos viceministros y asesores fue clave para lograr cosas importantes durante este año y medio de administración, “pero esos funcionarios marcharon a pesar de, y no gracias al trabajo de Leyva”, aseguró Castrillón-Kerrigan.

Aunque Leyva cumplió en el ámbito “doméstico” porque fue uno de los ministros más leales a Petro y se aseguró de hablar de paz como quería el presidente, “aunque eso pudo jugar en contra porque dejó muchas otras tareas importantes de lado”, dice por su parte Manuel Alejandro Rayran, investigador de la Universidad Externado y magíster en Diplomacia y Resolución de Conflictos de la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica.

No obstante, además de su papel como incondicional de Petro, Leyva también logró restablecer las relaciones con Venezuela y mediar en ello junto al Presidente.

Pero dos de sus fallas más fuertes tuvieron que ver con la licitación de pasaportes que terminó sacando en el camino a importantes funcionarios como Martha Lucía Zamora, entonces directora de la Agencia Jurídica del Estado, y el nombramiento de personas sin experiencia ni carrera diplomática que minaron la promesa de Petro de no entregar puestos por favores políticos.

Fruto de esas decisiones hubo nombramientos tan polémicos como el del embajador en México, Moisés Ninco Daza, que no tiene título profesional, y el reciente nombramiento de Armando Benedetti como embajador en la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO.

De hecho, Leyva firmó decenas de documentos mientras estaba suspendido que estaban relacionados con nuevos nombramientos en embajadas y consulados y con licitaciones claves del Ministerio. ¿Tendrán validez esos documentos o serán suspendidos e invalidados por firmarse en medio de una suspensión? “Eso es algo que aún está por verse y que seguramente tendrán que revisar la Corte y las entidades de control. Lo que sí hay que decir es que la actuación del canciller fue imprudente –por decir lo menos– al firmar esa cantidad de documentos oficiales aún siendo un hombre muy preparado que conoce del derecho público”, aseveró Rayran.

Murillo: búsqueda de un respiro

Bajo ese contexto, Murillo llega con un panorama complejo que, a la luz de los internacionalistas, podría ser un respiro para unos funcionarios cansados y un círculo político que podría ver en él una bandera blanca.

De acuerdo con Denisse Grandas, directora del área de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, el encargo de Murillo es estratégico en la medida en que ha demostrado una gestión destacada en Washington.

“Es el diplomático que promueve directamente las relaciones con el principal socio comercial de Colombia y el primer proveedor bilateral de Ayuda Oficial al Desarrollo de Colombia. Su perfil conciliador y proactivo, conviene en un momento de tanta polarización en el país y de tanto interés en diversificar las relaciones exteriores”, explica.

Por ello, el nuevo canciller tendría el potencial para elevar las relaciones con otros países claves y alivianar las cargas al interior de la Cancillería con los funcionarios que estaban al borde del colapso.

“Puedo verlo como un llamado de oxígeno político a ciertos sectores de centro. No hay que olvidar que Murillo fue candidato vicepresidencial de Sergio Fajardo y puede haber una suerte de diálogos con ellos”, dijo a su turno Rayran.

Justo esa diversificación de las relaciones exteriores requiere un discurso mesurado y conciliador, agrega la profesora Grandas, quien dice que “la implementación de la nueva estrategia de cooperación del país con su enfoque territorial, resultan fundamentales en la actual coyuntura”.

El lío ahora, no obstante, es la ausencia en la Embajada de Estados Unidos. “El Presidente debe cuidar de no cambiar una ausencia por otra”, insistió Castrillón-Kerrigan, y más en un papel tan fundamental con el principal aliado económico y militar del país.

Por ahora, Murillo ya ha participado en varias actividades como canciller (e) y estos tres meses serán la prueba de fuego para demostrar en dónde es más estratégica su presencia. Mientras eso ocurre, también libra sus propias batallas para ver cómo sortea las peticiones de Petro en un cargo más visible dentro del país.

“Murillo jugará un papel importante también en la consolidación de fuerzas políticas para avanzar en su agenda legislativa. Es una buena movida política que le va a favorecer mucho al presidente Petro”, concluyó el profesor Luis Felipe Buitrago.

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