El expediente –que se abrió en marzo de 2021 y por el que Benedetti podría pagar una pena de entre 9 y 15 años de cárcel–, está relacionado con un incremento patrimonial no justificado y, al parecer, ilícito por más de $3.000 millones. Todo esto, mientras el exembajador en Venezuela fue congresista entre 2002 y 2022.
A diferencia de los otros procesos, este es el que mayor avance presenta en la Corte Suprema a tal punto que en octubre de 2021 –pasado menos de un año de la apertura del proceso–, la Fiscalía ocupó varios de sus bienes, entre ellos, un lujoso apartamento en Bogotá. Inclusive, en su momento, Benedetti alegó que estaba lista una orden de captura en su contra por cuenta de las pesquisas, que siempre enmarcó en una supuesta persecución política por su simpatía con Petro.
En medio de los hallazgos de la Corte hubo uno que llamó la atención: la compra de una exclusiva vivienda, efectuada en 2020 –es decir, en plena pandemia– en el municipio de Puerto Colombia (Atlántico) por más de $3.600 millones. ¿De dónde sacó semejante capital el senador, cuyos ingresos –según explicó–, únicamente provenían de su salario como congresista?
Aquí aparece el nombre de Euclides Torres, un megacontratista que ha logrado edificar un emporio empresarial en la Costa a punta de la prestación del servicio de alumbrado público. El negocio le ha servido para extender sus tentáculos a la política y algunos de sus familiares y allegados han conquistado escenarios de poder de la mano, justamente, de Benedetti.
En contexto: ¿De qué manera acompañó el Clan Torres a Benedetti durante la campaña de Petro?
Fue el entonces senador quien, en una indagatoria ante la Corte en agosto de 2021, admitió que Torres le prestó la plata para comprar la casa a través de sus empresas. Aseguró que lo conocía desde hace más de una década y que era más que un “amigo” con quien sostenía una “relación fraternal” y de confianza. Esa cercanía sería en la que insistiría una vez más el excongresista para responder por el incremento patrimonial.
No obstante, esa declaración puso los reflectores sobre Torres, un empresario que, aunque ha mantenido un bajo perfil, mueve los hilos entre la política y los negocios en Puerto Colombia y Atlántico, a tal punto que ha sido señalado de ser uno de los supuestos financiadores no declarados de la campaña presidencial de Petro y hasta de “aportar plata y logística” para eventos del entonces candidato en la Costa, según una investigación de La Silla Vacía.
Su nombre tomó aún más relevancia tras las revelaciones de comprometedores audios en los que Benedetti habló del presunto ingreso irregular de al menos $15.000 millones a la campaña de Petro, un asunto que –sumado al enriquecimiento ilícito y otros dos procesos por interés indebido en la celebración de contratos y delitos contra la participación democrática–, seguirá investigando la Corte.
Es tal la influencia del binomio Torres-Benedetti que el empresario fue uno de los selectos invitados a la reunión privada de Petro tras su triunfo en segunda vuelta en junio de 2022 y hasta asistió a su posesión el 7 de agosto. Su poderío no queda allí: Euclides Torres es hermano de Dolcey Torres, actual representante a la Cámara, que, aunque pertenece al Partido Liberal, es cercano al petrismo y hasta hizo parte de los congresistas que se declararon en rebeldía a César Gaviria para que los dejaran votar a favor de la reforma a la salud.
El congresista siempre ha negado que hayan financiado la campaña de Petro, pero la cercanía es innegable. Una de las sobrinas de Euclides Torres, la diputada Karina Llanos Torres, está casada con el actual senador del Pacto Histórico Pedro Flórez. El hijo de Euclides, el exrepresentante Efraín Torres, fue fórmula de Benedetti en Bogotá.
Y la exrepresentante Martha Villalba –esposa de Camilo Torres, hermano de Euclides y exalcalde de Puerto Colombia (donde Benedetti compró la casa)–, fue fórmula a la Cámara del exsenador en 2018.
Muestra de la cercanía entre el clan Torres y el petrismo fue un evento de la campaña de Dolcey Torres en mayo de 2022. Si bien no era una reunión del Pacto Histórico sino del Partido Liberal, al encuentro llegó la plana mayor del hoy presidente, comenzando por su esposa Verónica Alcocer; su hijo, el diputado Nicolás Petro; el entonces jefe de debate y posterior ministro del Interior, Alfonso Prada, y el hoy representante Agmeth Escaf.
Además de Dolcey Torres, aparecen también su hermano, Camilo Torres, y el senador Pedro Flórez. Llama la atención la presencia del representante Andrés Calle, nada menos que el recién elegido presidente de la Cámara, decisivo para el trámite de las reformas del Gobierno.
Lo que viene
Aunque los procesos contra Benedetti no han llegado a la Corte, fuentes al tanto le admitieron a este diario que, según el curso de las investigaciones, no se descarta que se compulsen copias contra Euclides Torres u otros miembros del clan para detallar si tienen algo que ver con el presunto enriquecimiento ilícito del exsenador.
De allí la preocupación de Armando Benedetti porque el caso otra vez esté en manos de la Corte, que ha demostrado ser más ágil y eficaz a la hora de manejar los procesos. Incluso, cuando el caso estuvo en la Fiscalía, Benedetti alcanzó a cantar victoria luego de que el fiscal delegado ante la Corte, Gabriel Ramón Jaimes, cerró la investigación en mayo de 2023. No obstante, días después anuló su propia decisión y hoy se enfrenta a un proceso ante la Comisión de Disciplina Judicial.
Pese a que recién este martes, al conocerse que los expedientes pasaban de la Fiscalía a la Corte, Benedetti trató de minimizar el asunto y cuestionó que ello sea “sinónimo de algo”, lo cierto es que en varias ocasiones ha reclamado por el actuar de la Corte, particularmente de la magistrada Patricia Lombana, a quien señala de una persecución y hasta la ha recusado.
“Cristina Lombana me abre investigación por enriquecimiento ilícito. Cada vez que hago una denuncia de Odebrecht, de Santos, de Néstor Humberto Martínez o de Sarmiento me salta la liebre por el mismo lado. Estoy tranquilo, demostraré mi inocencia y que esto es una persecución más”, aseguró Benedetti en marzo de 2021.
De hecho, en una impugnación contra el fallo que ordenó la ocupación de varios de sus bienes, el exsenador aseguró en enero de 2022, a modo de “contexto”, que por ser miembro del partido de oposición Colombia Humana “venía siendo víctima de actos de persecución política, por parte del actual Gobierno Nacional”, que en ese entonces dirigía el expresidente Iván Duque.
La última palabra la tendrá la Corte, que sigue pendiente de recibir los expedientes por parte de la Fiscalía. Determinar si la cercanía entre el clan Torres y Benedetti se prestó para algún tipo de irregularidad será tarea ahora del alto tribunal, que una vez más vuelve a tener control de los cuatro expedientes contra el exembajador.