En La Habana, Cuba, el Gobierno y el Eln tendrán la misión de concretar objetivos en contrarreloj, para que el avance sea significativo antes de que el país tenga un nuevo mandatario y de esa forma puedan heredarle un Acuerdo marco concreto.
Tras la salida de Ecuador como país garante y sede de las negociaciones de paz, el quinto ciclo de conversaciones, del que se esperaban soluciones humanitarias y de participación de la sociedad, tuvo que ser suspendido durante 19 días y solo se retomará esta semana.
Carlos Arturo Velandia, gestor de paz, señala que el principal reto que tiene la mesa es llegar a un cese el fuego bilateral antes de las elecciones presidenciales. “Yo sinceramente veo muy difícil que esto ocurra, sería algo excepcional, sin embargo confío en que el Eln, en caso de no llegar a un acuerdo con el Gobierno, declarará un cese unilateral por algunos días”.
Por el contrario, Alejo Vargas, director del Centro de Pensamiento y Seguimiento a los Dialogos de Paz de la U. Nacional, considera que las condiciones están dadas para lograr ese cese, ya que lo que solo hay que hacer son ajustes al cese anterior. “Ninguna de las dos partes puede olvidar que el tiempo apremia”.
Velandia, exintegrante de Eln, agrega que también “se dará una carrera” para llegar a soluciones en el diseño de participación de la sociedad y los acuerdos humanitarios para los departamentos de Chocó, Norte de Santander (Catatumbo) y Nariño (desminado humanitario)”.
Después de lograr estos avances, para el sexto ciclo, lo que ocurrirá, según Luis Eduardo Celis, asesor de Posconflicto de la Red Prodepaz, será un empalme con el nuevo Gobierno, que definirá si le sigue apostando a la negociación o no.