Los perjuicios que venía padeciendo la comunidad del sector la Aguacatala, causados por una quebrada que fue intervenida para la construcción del metroplús de Itagüí, fueron solucionadas ayer, un día después de que este diario indagara ante las autoridades sobre el asunto.
El afluente se llama la Jabalcona, recorre Itagüí y se desvía en la calle 12 sur, para seguir hacia el río. Pero justo en ese cruce, el paso del agua fue bloqueado con costales de arena por los constructores, creando una barrera que mermaba el caudal para permitir los trabajos de la megaobra de transporte.
Desde el pasado 9 de agosto, cuando Metroplús le suspendió el contrato al consorcio constructor Cydcon, el afluente quedó sin control y la situación empeoró en el sector, pues además de la incertidumbre por la terminación del proyecto, a los residentes se les dejó como herencia una quebrada con escombros y basura represadas y las aguas semiestancadas generando plagas, malos olores y riesgo de inundación.
“Esto ha desatado malos olores, mosquitos y una plaga de ratas que todo el tiempo salen de ahí y se meten a las fábricas y negocios”, relató Anderson Serna, quien labora en una empresa de la zona, al denunciar el problema.
Este lugar se conoce como San Fernando y es una zona industrial, con muy pocas residencias, detrás de la Fábrica de Licores de Antioquia. Además de empresas industriales, hay almacenes, puntos de venta de diferentes productos y establecimientos de comida.
Ana Lucía Mesa, administradora de un restaurante justo al frente del cruce de la quebrada con la calle 12 sur, señaló que su negocio era de los más perjudicados: “Al mediodía, que hace más calor, es cuando más se alborotan los olores, y es cuando llegan los clientes”, indicó.
La comunidad también sentía temor de una crecida ahora que se insinúa el invierno: “La semana pasada el agua se salió del cauce y llegó a las calles”, contó Apolinar Hurtado, que hace labores de limpieza en las calles y en el borde del afluente.