El rector de la Universidad de Antioquia, John Jairo Arboleda, le aclaró al gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, y a la opinión pública por qué en la universidad hay 2.164 estudiantes con más catorce semestres matriculados, un dato en una tabla que publicó el gobernador a través de su cuenta de X y que desencadenó una controversia que sirvió, en buena medida para que cientos de estudiantes relataran sus testimonios de cómo lograron graduarse después de años de esfuerzos y tropiezos, pero que también fue utilizado por algunas orillas para alentar estigmatizaciones, las cuales fueron rechazadas por la comunidad educativa.
Lo primero que planteó el rector en respuesta a EL COLOMBIANO fue la necesidad de poner la cifra en sus proporciones. Señaló que actualmente la universidad tiene cerca de 38.000 estudiantes, de los cuales 3.000 están en posgrados, por lo cual quedan cerca de 35.000 en pregrado, lo que significa que la cifra que mencionó el gobernador es apenas el 6% de la comunidad estudiantil.
De esta población, dijo el rector, el 93% pertenecen a los estratos 1, 2 y 3, y fue ahí donde el directivo puso en contexto esa cifra, señalando que el grueso de los estudiantes en la U. de A. adelantan sus carreras en medio de enormes dificultades socioeconómicas y que a pesar de que la universidad fue pensada en sus inicios para el exclusivo ejercicio académico por parte de sus estudiantes, la realidad de la ciudad, el departamento y el país determina que hoy sean casi en su totalidad estudiantes que trabajan o trabajadores que estudian. Y esto obliga a que opten por la posibilidad que les permite el reglamento de matricular parcialmente un semestre que, en muchos casos, puede significar que solo matriculan dos materias o lo equivalente a ocho créditos, por lo que el cálculo indica que estudiar de esta manera les tomaría unos 12 años para graduarse, incluso más si se tratan de carreras como medicina que de entrada tienen 13 semestres y un total de 313 créditos.
Una razón más que entregó el rector es que las personas que tienen obligaciones laborales durante gran parte del día muchas veces no logran encontrar la oferta de cursos que les permita matricular las materias que requieren, esto debido a que el grueso de la jornada universitaria se adelanta de día, pero miles de estudiantes con empleo no logran encontrar estos cursos disponibles en la noche o a mitad del semestre deben priorizar alguna materia y cancelar otra al tener horarios extremos, muy en la mañana o muy en la noche, lo que les impide cumplir cabalmente con sus obligaciones académicas.
Pero, además, Arboleda defendió esta posibilidad que ofrece el reglamento porque le ha permitido a miles de estudiantes garantizar su permanencia en la universidad al tiempo que cumplen con sus obligaciones laborales o de subsistencia, sin tener que abandonar el sueño que persiguen de convertirse en profesionales.
Arboleda también llamó la atención sobre la población que conforma la universidad, pues además de esos llamados estudiantes que trabajan o trabajadores que estudian, la U. de A. tiene cerca de 4.000 personas que pertenecen a comunidades indígenas, gitanos ROM, raizales, palenqueros, desplazados, víctimas del conflicto y excombatientes, la mayoría con casos muy particulares y que en muchas ocasiones se ven en la obligación de retirarse y luego pedir reingreso.
El directivo manifestó que frente a las necesidades manifiestas de la mayoría de los estudiantes de recibir acompañamiento y apoyo, la universidad ha tratado de reforzar los programas de Bienestar Universitario.
Y poniéndole también cifras a esta polémica, Arboleda aclaró que la mayoría de los estudiantes logran terminar su carrera en los tiempos prestablecidos y que el promedio de semestres por estudiante antes de graduarse es de 11,8 semestre, el cual calificó como “muy bueno”. También entregó un dato revelador que ilustra cómo la universidad ha sido un eje de transformación social determinante en Antioquia. 8 de cada 10 estudiantes graduados en los 220 años de historia de la universidad, apuntó Arboleda, se graduaron en los últimos 22 años. Son más de 115.000 profesionales, por lo que el rector concluye que la unversidad está cumpliendo con su objetivo misional de democratizar el conocimiento.
