En Granada siguen preguntándose por qué el pasado 14 de julio colapsó parte techo de la Casa de la Cultura del municipio de Granada y qué pasó con el platal que le invirtieron, pues hace nada, en diciembre de 2023, habían anunciado con bombos y platillos unas obras que muchos en ese entonces advertían que eran solo adorno y pintura.
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Entre las razones asoma un historial de presuntas cosas mal hechas que se remonta a 2006. El edificio donde se levantó la Casa de la Cultura fue entregado por el gobierno de Aníbal Gaviria en su primer mandato como gobernador, es una vieja casona levantada en tapia pisada, que perteneció a la orden franciscana y que sirvió para la formación normalista, pero que con los desplazamientos masivos que comenzaron en 1998 cayó en desgracia y la antigüedad empezó a hacer mella en su estructura.
Después de que Gaviria la entregara al municipio para erigir allí un símbolo de la cultura y la reconstrucción del pueblo, empezó la serie de negligencias y malas decisiones, según señala el líder social Raúl Aristizábal.
Según Aristizábal, la administración municipal de aquel entonces se sacó un contrato de la manga por $600 millones para unos estudios sin ningún soporte que terminaron alterando irreparablemente la morfología de la edificación.
Varios años después, en 2018, empezaron a surgir denuncias de víctimas del conflicto por el deterioro del Salón del Nunca Más, el cual fue dispuesto al interior de la Casa de la Cultura como un espacio fundamental en reconstrucción social por ser el sitio elegido para conservar documentos y elementos que conforman la memoria histórica del conflicto armado que padeció el municipio.
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Con el daño y peligro de pérdida de documentación histórica, en octubre de 2022, nuevamente Aníbal Gaviria anunció una inversión de $1.510 millones para la “renovación” de la Casa de la Cultura y, también por supuesto, del Salón del Nunca Más, con el compromiso de la que administración aportara otros cerca de $30 millones para ponerle fin al deterioro del lugar.
Ahí continuó, según Aristizábal, la cadena de errores. La veeduría del municipio le advirtió de todas las formas posibles a la administración anterior que la intervención que pretendían hacer a la edificación requería estudios a profundidad, estudios de suelo y de patología del edificio, pues los que existían carecían de todo rigor.
En síntesis, necesitaban estudios para saber cómo hacerle mantenimiento más no reformas que, además, no tenían asidero técnico alguno. Pero las observaciones de la veeduría no hallaron respuesta.
A principios de año, y en medio de críticas, entregaron las obras que consistieron, entre otras cosas, en el cambio de parte del techo, en revoque de las tapias, el cambio de la cubierta del patio central, cambio de cubierta en el patio central y acabados de pintura.
Aristizábal señala que lo que realmente necesitaba la casa no se hizo y que lo único que hicieron fue profundizar el daño estructural que ya tenía la casa de intervenciones mal hechas 17 años atrás.
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En diciembre de 2023, con la obra supuestamente en 90% de avance, el arquitecto Mauricio Piedrahita también había señalado que el revoque de tapias era un error en este tipo de edificaciones y que la impermeabilización que le habían hecho al patio central no parecía ofrecer garantías de que la humedad no iba a volver a carcomer el lugar.
En síntesis, después de más de $2.100 millones invertidos, el futuro de la Casa de la Cultura de Granada sigue en el limbo.
Según le dijo a EL COLOMBIANO el alcalde Daniel Hoyos, la caída parcial del techo obligó al cierre de la biblioteca pública, el Museo de Antigüedades y el de Ciencias Naturales así como los espacios donde se desarrollaban algunos procesos culturales.
Sin embargo, según dijo, el Salón del Nunca Más, la oficina administrativa, el auditorio y tres salones de procesos culturales no sufrieron daños.
Hoyos sugirió que la plata que se le invirtió a la casa el año pasado fue poca respecto al deterioro que presenta y que obliga a hacer nuevas intervenciones. “Ahora nuestra tarea es buscar recursos para los estudios, diseños y obras de las etapas dos y tres de recuperación de la casona. Ya hemos ido avanzando y desde la Unidad para las Víctimas van a hacer una reparación colectiva en el municipio donde nos van a suministrar los materiales. Ya seguimos en esfuerzos con el Instituto de Patrimonio de Antioquia y el Ministerio de Cultura para conseguir los demás recursos de la etapa faltante”, comentó Hoyos.
En Granada, que vieron durante tantos años sus edificios destruidos y colapsados, esperan no tener que ver lo mismo por cuenta de la negligencia. Y también esperan que la Contraloría y la Procuraduría se den una pasada para que determinen qué fue lo que pasó con la querida casona y con los recursos.