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Partícula en el aire del Aburrá es 53,4% cancerígena

Solo una acción integral, público-privada, revertiría la tendencia que se enfrenta por contaminación del aire.

  • En 24 horas así quedan los filtros que recogen las partículas PM 2.5 en distintos sitios del Aburrá. FOTO josé G. Palacio
    En 24 horas así quedan los filtros que recogen las partículas PM 2.5 en distintos sitios del Aburrá. FOTO josé G. Palacio
Partícula en el aire del Aburrá es 53,4% cancerígena
08 de mayo de 2017
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Desde el punto de vista científico, la ciudad conoce la partícula respirable que contamina su aire, las fuentes que la generan y su composición. También se conocen los estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que la asocian con diversos tipos de cáncer y otras enfermedades.

Como se trata de un problema complejo que se resuelve solo con acciones integrales, es importante que haya liderazgo colectivo para emprender las mismas.

En consecuencia, queda en manos de los municipios del Aburrá, la Alcaldía de Medellín, el Área Metropolitana y los gobiernos Departamental y Nacional ponerse de acuerdo para adoptar medidas de fondo que les han recomendado distintos grupos de investigación científica de Medellín y el mundo para reducir un problema que se paga con vidas humanas.

Tales afirmaciones son el resultado del diálogo sostenido por EL COLOMBIANO con científicos de los centros de investigación del Grupo de Higiene y Gestión Ambiental (Ghygam), del Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid, el Departamento de Geociencias de la Universidad Nacional, sede Medellín, y el Equipo de Epidemiología de la Facultad de Salud Pública de la U. de A.

El Ghygam lleva más de 20 años monitoreando las partículas que contaminan el aire y su composición química y participando en congresos internacionales, en los cuales cada vez se hace más énfasis y se examinan sus efectos dañinos para la salud.

Esas conclusiones coinciden con las de científicos de la Universidad de los Andes, la OMS y la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA), entidades y grupos con los cuales se ha tenido intercambio de información, visitas a la ciudad y participación de los estudios, todo lo cual constituye un punto de apoyo para las investigaciones que desarrollan la academia y la ciencia en el Aburrá para determinar la calidad del aire que respiramos.

En este sentido, el chileno Mario Molina, Premio Nobel de Química, afirma que “los científicos pueden plantear los problemas que afectan el medio ambiente y contribuir a sus soluciones, pero la responsabilidad de su solución corresponde a la sociedad”.

Partícula PM 2.5 micras

Si en algo es modelo Medellín en América Latina y el mundo frente a la contaminación ambiental es que sus centros de investigación científica han caracterizado en diversos estudios, iniciados en 2007, el material particulado PM 2.5.

Al hacerlo, se ha determinado que, tal como sucede en la atmósfera de las distintas ciudades, su composición química es abundante en componentes irritantes y nocivos su origen.

Se han establecido cuáles son las fuentes más importantes que los producen, y se conocen métodos y protocolos para su identificación y los lineamientos esenciales de su mitigación y control. El Ghygam, que dirige la investigadora Miryam Gómez Marín, logró (2007) determinar en trabajo conjunto con el Grupo de Investigación Ambiental (GIA) de la U. de A., la composición de las partículas respirables de la atmósfera de la región, lo mismo que la de las más importantes fuentes emisoras. Se han establecido los factores de influencia de estas fuentes, es decir, la huella de cada una en las muestras que recogen las estaciones de muestro con las que se mide el Índice de Calidad del Aire (ICA), en las distintas estaciones del Aburrá.

Las investigaciones permiten acercarse con buena certeza a la influencia de las fuentes. Al conocer el análisis químico de las muestras recogidas en el ambiente y el análisis químico de las emisiones que las fuentes aportan a la contaminación, sean emisiones producidas por el transporte en sus escapes de gases o en desgaste de sus llantas, en las chimeneas industriales, en los hornos o calderas e incluso con una cancha de arenilla u otras fuentes, como señala la investigadora (ver gráficos).

Partícula respirable

A manera de pedagogía los equipos que miden la calidad del aire del Aburrá simulan una nariz y una bomba, que succiona el aire hasta llevarlo a un filtro, tan fino, que atrapa todas las partículas contaminantes .

Con base en el análisis científico del material que queda atrapado en esos filtros - que se basa en protocolos desarrollados local e internacionalmente-, ha sido posible determinar que, en promedio, las partículas de material respirable del Aburrá tienen la mayor parte de su masa formada por un material que se denomina carbón negro, que es semejante al hollín.

En promedio un 53,4 % de la masa está formada por este hollín, asociado también con sulfatos, cuyos efectos pueden ser cancerígenos, según los estudios del Ghygam. La mayor parte de estos materiales vienen de las emisiones producidas por las fuentes vehiculares, como resultado de la combustión imperfecta de los motores, especialmente cuando tienen problemas de mantenimiento, malas prácticas de conducción y no cuentan con sistemas de control (catalizadores) en buen estado.

Una segunda fuente son las emisiones no controladas de la combustión de las calderas, especialmente las operadas a carbón, sin los debidos controles de emisión u operadas en forma descuidada, sostiene la profesora Gómez Marín.

Para resolver la situación negativa causada por las partículas finas en el aire que respiramos, debe trabajarse por eliminar al máximo posible las emisiones provenientes de las fuentes del ambiente.

Lo anterior implica acciones para convertir los vehículos a sistemas a gas natural o eléctrico, aumentar la oferta de transporte masivo movido por electricidad, campañas culturales y educativas para que las personas obedezcan normas de tránsito y se desplacen en forma calmada y respetuosa, compartir viajes y simplificar desplazamientos, uso de la bicicleta y los viajes a pie; mantenimiento, operación e inspección correcta de vehículos; operación eficiente y con control de emisiones en industrias.

Sin embargo, cuando se presenten episodios o situaciones del clima que agravan la contaminación, las personas deben obedecer y apoyar las medidas que dictaminen las autoridades, las cuales corresponden a protocolos recomendados en todo el mundo, evitando hacer resistencia o creando un ambiente de negatividad y de acusaciones, que no contribuye a resolver la situación.

Una alternativa para las personas es que, en situaciones de poca visibilidad y enrarecimiento del aire, se pueden proteger usando máscaras personales apropiadas, que son las denominadas N95.

Hongos y bacterias

De manera articulada, científicos e investigadores del Ghygam, la UPB, el CES, U. de A., Nacional de Medellín, la U. de Medellín, entre otros centros de educación superior e institutos internacionales, han realizado inventarios sobre las emisiones de los agentes contaminantes, aislado e identificado las bacterias y hongos que quedan atrapados en los filtros, y que para el ser humano pasarían directo al pulmón u a otros órganos.

El grupo del Departamento de Geociencia de la UN, en un estudio, financiado en un 60 % por el Área Metropolitano y un 40 % por la Universidad, detectó y aisló 216 tipos de bacterias en los filtros de los “pulmones” de la ciudad.

De estos, 75 % corresponde a bacilos, 12 % cocos y 13 % cocobacilos, comenta la directora del equipo investigador de la UN., Carmen Helena Zapata.

Gracias a una base de datos americana se logró relacionar estas bacterias con toda una gama de cáncer y otros factores de riesgo para la salud pública. Ahora le corresponde al Departamento de Epidemiología de la U. de A. que trabaja en otra investigación, en asocio con la Alcaldía y el Área Metropolitana para tener certeza sobre el impacto de la contaminación del aire en la salud, determinar si las enfermedades y la variedad de cáncer que producen los hongos y las bacterias detectados en los filtros sí están presentes o no en el Aburrá, dice la profesora Zapata.

“El hecho real es definir hasta qué punto la contaminación del aire nos está matando o no. El principal problema del PM 2.5, que genera el combustible del diesel, factible de llegar al alvéolo, pasa al torrente sanguíneo y se distribuye por todos los órganos. Entonces, los efectos son a largo plazo y crónicos, porque siempre estamos expuestos a niveles altos de contaminación”.

Al respecto, el doctor Elkin Martínez, miembro del grupo de Epidemiología de la Facultad Nacional de Salud Pública U. de A. y director del estudio Contaminación Atmosférica y efectos sobre la salud de la población, al evaluar las necropsias de quienes han muerto en la ciudad en los últimos 30 años, por problemas respiratorios, probó que el problema es un mal en ascenso.

Según la investigación, se pasó de 200 fallecidos a inicios de los años 80 por enfermedades respiratorias crónicas, a unos 1000 en 2012, cuando se hizo el corte del análisis, único que hay en la ciudad al respecto. “El problema, en vez de asentarse sigue en ascenso”, dice Martínez.

Según la investigación, la mortalidad por enfermedades respiratorias crónicas en Medellín muestra un exceso de 92 % con respecto a Bogotá y 87 % si se le compara con las muertes en el país por la misma causa.

El investigador asegura que aunque Bogotá puede triplicar a Medellín en contaminación, por la cantidad de carros en circulación, la densidad poblacional y otros factores, su ubicación en una meseta hace que el aire y sus contaminantes se dispersen en un tiempo relativamente corto.

Caso contrario sucede en el Valle de Aburrá, atrapado entre montañas, con más de 1.347.000 vehículos en sus calles, según cifras del Área Metropolitana.

En la ciudad, según los registros epidemiológicos de la U. de A. también ha crecido e cáncer de pulmón en las últimas décadas. Al inicio de los 80 se reportaban 175 muertos por esta causa y para 2012 tales episodios llegaron a 500.

De acuerdo con Martínez, las enfermedades respiratorias crónicas suelen atribuirse a la exposición permanente de fumadores al humo de tabaco. Sin embargo, el hábito viene descendiendo en el país. Hace 50 años, el 42 % de las personas fumaba. Hoy ese porcentaje está entre el 13 % y el 18 %.

Si no es el tabaquismo, ¿cuál es la causa? Para el investigador, los niveles de contaminación por material particulado respirable PM 10 en el aire de Medellín, asociados principalmente con fuentes móviles (70 %) y fijas (30 %); sí alcanzan dimensiones altas capaces de producir los efectos que se registran en relación con las enfermedades pulmonares crónicas.

No obstante, la Secretaría de Salud de Medellín, sobre las muertes por cáncer de pulmón, citando como referencia a la OMS, afirma que “alrededor del 70 % de la carga de esta enfermedad puede atribuirse al tabaquismo como única causa”.

De todas formas, coinciden los científicos, frente a esta crisis no se trata de echarle la culpa a nadie, todos de una u otra forma contaminamos, el problema tiene salidas, aunque complejas.

Santiago Gómez, secretario de Gobierno, generó hace poco una polémica al señalar que “la ciudad no está contaminada ni enferma, eso es mentira”. Defendió el uso del vehículo particular como transporte eficiente.

En esto último lo respalda el científico Martínez, para quien el principal daño lo hacen los carros viejos que utilizan diesel, que generan más del 80 % de la contaminación por PM 2.5 del total emitida por los vehículos.

91,2 %
de la partícula PM 2.5,
que produce el diesel, es altamente cancerígeno.
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