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“Antioquia puede ser el meridiano de la paz”: Marta Villa, de la Comisión de la Verdad

La coordinadora de la Comisión de la Verdad en Antioquia, Marta Villa, habla sobre los resultados que dejan 2 años de diálogos con víctimas y victimarios.

  • Marta Inés Villa ha sido una de las más importantes investigadoras del conflicto armado en Antioquia, dice que el reconocimiento de las Farc ha traído luz a la memoria de las víctimas. FOTO Jaime Pérez
    Marta Inés Villa ha sido una de las más importantes investigadoras del conflicto armado en Antioquia, dice que el reconocimiento de las Farc ha traído luz a la memoria de las víctimas. FOTO Jaime Pérez
02 de marzo de 2022
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A pocos meses de que la Comisión de la Verdad entregue su informe final, hacer un balance sobre Antioquia es más que necesario, un departamento con 1.864.371 víctimas, con los casos más altos de secuestros, desplazamiento forzado, víctimas de minas antipersonal, entre otros.

Para establecer un relato de la verdad, la Comisión en Antioquia ha realizado 2.068 entrevistas y ha entregado 50 informes (a nivel nacional son 27.268 y 96, respectivamente). La coordinadora territorial Antioquia de la Comisión de la Verdad, Marta Villa, habla en esta entrevista sobre cómo el reconocimiento de los victimarios arroja luz sobre la verdad de las víctimas, además de la importancia de los empresarios para comprender el relato de la guerra.

¿En qué cambió el relato de la construcción de verdad con los trabajos que hicieron con la Comisión?

“En general, el relato de las víctimas sigue siendo el mismo que estamos escuchando hace 30 años, esto se debe a que la memoria siempre va a corresponder a la huella que dejó el hecho; el asunto es que entre los relatos de memoria no hay verdades, es imposible establecer una verdad. No es que sea tan al libre albedrío, hay memoria colectiva, que se construye a partir de trazos comunes en los que hay una coincidencia y en los que hay también matices. Ahora les sumamos la voz de los responsables, cosa que nunca habíamos hecho, porque ni siquiera con Justicia y Paz tuvimos un proceso en el que ellos viajaran a los territorios y reconocieran los hechos; ese proceso fue muy inequitativo con las víctimas y condescendiente con los responsables”.

¿Qué han encontrado en los testimonios de los responsables?

“Vimos que los responsables viven también una suerte de extrañamiento sobre su propia historia, porque no han tenido la posibilidad de reflexionarla. Realmente ellos no estaban preparados para contar la historia, ellos se extrañan muchísimo. Por ejemplo, cuando fuimos a Granada para el reconocimiento de hechos, con el alcalde les entregamos el libro sobre las tomas del pueblo a Pastor Álape y a unos exmilicianos. Ellos abrieron el libro y lo primero que encontraron fue la foto de Jesús Abad donde está la destrucción y me dicen: ‘Jueputa, qué es eso!’, y le dice el otro: ‘De eso era de lo que estaban hablando allá, eso era lo que estaban diciendo las víctimas’. El tipo no lo podía creer”.

Para ellos ha sido como abrir los ojos...

“Claro, y para mí fue una revelación muy grande. Durante los reconocimientos ha pasado eso: por un lado está la realidad de la víctima que dice me desplazaron, mataron a mi marido, reclutaron a mi hijo, y en el otro lado está la verdad del responsable que dice que no reclutaban porque no lo consideraban para niños menores de 15 años; o dicen ‘nosotros no secuestrábamos, hacíamos retenciones’. Pero resulta que cuando se encuentran con el testimonio de las víctimas surge la verdad, que es una revelación para ellos”.

¿Cuál es la importancia de la verdad de Antioquia?

“En términos fácticos estamos hablando de la magnitud de la guerra, Antioquia es el departamento con mayor número de víctimas: más de un millón. También hablamos de la concentración de la guerra en lugares estratégicos para la economía de esta región: el Oriente, el Urabá, el Bajo Cauca, el Nordeste; desde allí salen muchas preguntas sobre la inclusión y la exclusión, la correspondencia de la inequidad, de la injusticia, porque paradójicamente son lugares donde hay enclaves de mucho dinero. Y, por otro lado, aquí hay una verdad política, un testimonio político. No se puede pensar en esas grandes propuestas de país sin la élite paisa”.

Hay movimientos del conflicto que solo se entienden en Antioquia...

“Muchas del conflicto armado pasan por acá: el narcotráfico, el paramilitarismo, las Convivir, el tema del asesinato de la oposición o de expresiones políticas distintas a las tradicionales. Sin embargo, por aquí han pasado cosas muy importantes, iniciativas de paz desde la sociedad civil y desde la institucionalidad: la Consejería de Paz para Urabá, la Consejería de Paz para Medellín, la Comisión de Paz de Antioquia, el movimiento de Noviolencia, el Movimiento Nacional de Paz, la Red de Mujeres. Y por otro lado está eso que ha dicho Pacho de Roux: Antioquia ha sido el meridiano de la guerra y puede ser el meridiano de la paz también; puede serlo si aquí hay una decisión de la sociedad, si aprendemos las lecciones que hay que aprender, porque fuimos también una sociedad indiferente con la guerra, y el mejor ejemplo es la comuna 13”.

¿Han podido encontrar el testimonio de los empresarios?

“Con el sector empresarial fue muy difícil, sin embargo pudimos escuchar a unos pocos sectores y entendimos que no se trata de sector homogéneo, uno habla de los empresarios pero realmente se trata de sectores empresariales o productivos. Así, escuchamos a los cafeteros del Suroeste, a los paperos de Sonsón. Así, hemos escuchado a personas que intervienen totalmente en la economía local y que fueron afectados con el secuestro, con la extorsión y que tomaron decisiones. En el Suroeste nos decían: ‘Nosotros apoyamos al paramilitarismo porque estábamos muy afectados con la guerrilla, pero eso se nos salió de las manos y nos dimos cuenta después’. Escuchamos a empresarios del campo que que nos dijeron que tuvieron un papel, que no respondieron por ideología sino como una manera de supervivencia, de resistir”.

Y los empresarios del Valle de Aburrá...

“Desde el año pasado hemos contado con Proantioquia. Nosotros estuvimos reunidos con el consejo directivo de Proantioquia y hubo una conversación entre el padre Francisco de Roux y David Bojanini. En este momento estamos trabajando también con Sura, con Comfama, y tengo que decir que nos han dicho que quieren aportar, hablar. Han entendido la importancia de la verdad y que no quiere añadir silencio”.

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