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En las principales quebradas de Medellín y el Valle de Aburrá se han encontrado este año 17 cuerpos sin vida. Se indaga si este sería un nuevo accionar de los grupos criminales que buscan borrar el rastro de sus víctimas o si hay otras circunstancias que estén llevando a que estas corrientes se estén llenando de muerte.
Quebradas como la Ayurá, en Envigado, y La Guayabala, en Medellín, así como el propio río Medellín son los principales sitios donde se han encontrado cadáveres, algunos sin mayores especificaciones sobre las causas de su muerte y otros con notorios signos de violencia y tortura.
Nada más ayer, sobre las 9:00 de la mañana, se presentó uno de los casos, en la corriente de la quebrada El Hato, a pocos metros de la cárcel Pedregal, en el corregimiento San Cristóbal, de Medellín.
La víctima inicialmente no fue identificada, pero posteriormente trascendió que se trataba de Héctor Luis Gómez Cardona, de 59 años, quien se desempeñaba como conductor de aplicación.
Según el reporte oficial, la víctima desapareció y lo último que se supo es que desde el celular de él le habrían escrito al hijo a decirle que había tenido un accidente. Se perdió la comunicación y luego fue hallado en estas aguas que, luego de alimentar la quebrada Pedregal, caen sobre La Iguaná.
Cadáveres en Envigado
En los casos ocurridos este año se ha presentado una ubicación no tan frecuente en los recuentos anuales de cadáveres hallados en aguas: la quebrada La Ayurá, en Envigado.
Con 13 días de diferencia se encontraron dos cuerpos en esta corriente de agua, entre el domingo 5 y el sábado 18 de marzo, con la coincidencia de que ambos fueron hallados en la misma zona, cerca del puente del Mall Villagrande.
El primero de los cuerpos, hallado a las 8:50 a.m. de ese domingo, fue el de un hombre, del que no se pudieron establecer las características de su muerte, ni desde dónde el agua lo venía arrastrando. El comandante de Bomberos Envigado, Luis Bernardo Morales, dijo al momento de la recuperación del cadáver que solo tenía lesiones en la piel.
El otro caso ocurrió en la tarde del pasado sábado, sobre las 5:00 p.m., con otro hombre. A pocos metros del sitio donde yacía el cuerpo se encontró una bicicleta y se está indagando si pertenecería a la víctima. Su identidad tampoco trascendió.
Pero la situación más crítica en las quebradas se presentó en La Guayabala, entre la carrera 65 y la avenida Guayabal, donde los cuerpos de tres personas fueron abandonados en este afluente, entre el 25 de enero y el 7 de marzo, en hechos que estarían vinculados con retaliaciones entre habitantes de calle de la zona.
A esto se suma que durante este año han sido hallados ocho cadáveres en las corrientes del río Medellín, principalmente en Medellín, Bello y Barbosa, donde hay una zona que se ha convertido en el principal punto donde quedan atrapados los cadáveres que caen al agua: la hidroeléctrica Carlos Lleras Restrepo, en la vereda Popalito, en Barbosa.
¿Qué pasa?
El director seccional de Fiscalías Medellín, Ricardo Romero, señaló que se viene investigando qué ocurre con cada uno de estos casos y se ha encontrado que, principalmente en el río Medellín, se registran muertes por ahogamiento, tal como sucedió con el cuerpo de Nicolás Alberto Zapata Muñoz, de 66 años.
Este hombre, quien desapareció el 6 de enero en Copacabana después de departir con dos mujeres, fue encontrado en la hidroeléctrica barboseña sin vida. Las labores forenses determinaron que no fue asesinado y, al parecer, habría caído a la quebrada en circunstancias que no son claras.
Por su parte, Luis Fernando Quijano, director de la Corporación para la Paz y el Desarrollo (Corpades), señaló que si bien hay que mirar detalladamente cada caso, se debe investigar la modalidad de cada muerte, puesto que las estructuras delincuenciales lanzan los despojos mortales de sus víctimas a las corrientes de agua para intentar borrar la evidencia del delito.
“Desde hace mucho tiempo ocurre en los afluentes que lanzan cadáveres y restos humanos. Esto no puede pasar desapercibido, porque esto no es normal”, manifestó el analista del conflicto.
Desde la Policía Metropolitana, en las múltiples ocasiones que se les ha preguntado por el tema, señalan que todos estos hechos son aislados y no tienen ninguna vinculación.
En manos de Medicina Legal han quedado las respuestas para establecer plenamente las causas de la muerte de cada una de estas 17 personas y así poder esclarecer si hay una modalidad para continuar asesinando a las personas sin que estos hechos queden en las estadísticas de homicidios oficiales.
Periodista por pasión. Me gusta contar las historias de la ciudad desde todos sus puntos de vista y mostrar lo bueno y lo malo de nuestra realidad.