Luego de ganarse una beca en la Universidad de Manchester a la que se postuló por un aviso en el periódico y apenas con 27 años, el ingeniero civil Lucio Chiquito Caicedo llegó a Inglaterra en 1943. Eran los días de los bombardeos nazis. No parecía un buen momento pero durante años trabajó en su investigación sobre hidráulica y se graduó en noviembre de 1947. Su diploma dice: Master of Science and Tecnology del Instituto de Ciencia y Tecnología de la Victoria University de Manchester.
Nacido en Cali en 1916, egresado del programa de Ingeniería Civil de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, Sede Medellín, Chiquito Caicedo recordó en el libro por los 60 años de EPM publicado en 2015 que: “al otro día, a las 8 de la mañana, salimos por tren hacia Londres. Todo lo que vi en el trayecto era desolación. La estación del tren no tenía techo: lo habían bombardeado. Aviones caídos. Edificios derribados. Destrozos y escombros por todas partes. Me asusté. ¿Yo adónde me metí?”.
Por esas carambolas de la vida, el destino de Chiquito Caicedo, que después fue socio fundador de Empresas Públicas de Medellín (EPM) y otras compañías como Integral S.A. en 1955, Sedic S.A. en 1971, Camacol en 1957 y la Escuela de Ingeniería de Antioquia en 1978, se volvió a unir a Manchester. Esta semana, a sus 104 años, culminó su tesis para optar al título de Doctor de la misma universidad.
“Con gran alegría he terminado mi trabajo que estoy enviando hoy mismo a la Universidad de Manchester”, dijo en un video difundido en redes sociales. Su trabajo consiste en explicar el punto óptimo de la utilización del agua de un río, es decir, determinar cuánta agua se puede sacar de un río para generar energía.
En la nota referenciada del libro por los 60 años de EPM, escrita por Esteban Carlos Mejía, Chiquito contó que en 1904 un incendio consumió la única planta de teléfonos que funcionaba en Medellín, con 50 líneas. “En vez de ponerse a llorar, la modernizaron con 500 líneas, es decir, multiplicaron el servicio por diez. Esa ha sido siempre la actitud, se ha trabajado para tener una ciudad confortable”, contó.
Por eso cuando le preguntaron que en una palabra definiera a EPM, respondió: “Ha sido el factótum de Antioquia. Factótum es la persona que hace todo por otra. O por otras. La sacó del atraso. Nuestros antepasados eran inteligentes. Se preguntaron qué se necesitaba para vivir bien, sanos, alegres, productivos. La respuesta fue simple y contundente: servicios públicos. Y se pusieron a trabajar para lograr esa meta”.
En la misma nota, e interrogado por las virtudes de su memoria, contó: “Yo no dejo de pensar, incluso sigo pensando hasta dormido. En sueños resuelvo problemas de geometría, y lo resuelvo bien. Hace poco estaba escribiendo un artículo de matemáticas. Esa noche, antes de cerrar los ojos, repasé mentalmente lo que había escrito y luego me dormí. Al día siguiente me levanté y le avisé a mi hija en Noruega que suspendiera la traducción que estaba haciendo el artículo. ¿Por qué, papá?’, se extrañó ella. Porque los dos primeros párrafos están equivocados, le dije. Anoche lo soñé y lo verifiqué. ¿Si ve? Hasta dormido sigo pensando”.
Y concluyó: “Para la memoria, entonces, nada de cigarrillo, nada de licor”.
Además de ser ilustre egresado de la Facultad de Minas, moción de exaltación y reconocimiento por su labor académica e investigativa en la Universidad Nacional, orden al Mérito Don Juan del Corral categoría Oro, Chiquito es uno de los personajes más influyentes de la ingeniería en el país durante el siglo XX.
Con 104 años sigue resolviendo problemas. Hasta dormido.