Un deslizamiento, que se podría comparar en su distancia entre el Parque de Envigado y la avenida Regional, se produjo en la ladera oriental que limita a Medellín y Bello, en una tragedia que, inicialmente, cobró la vida de una decena de personas y dejó 15 desaparecidos, aunque según los estimados de las autoridades la cantidad de víctimas puede ser mayor.
Sobre las 3:20 a.m. de ayer, un estruendo, al cual algunos vecinos compararon como si se hubiera estrellado un avión contra una montaña, se llevó unas 50 viviendas, muchas de ellas construidas de manera irregular, conformando el asentamiento irregular de la vereda Granizal, en el cual algunas familias lograron encontrar un techo y otros llegaron al sitio donde se sentían felices para pasar los últimos días de sus vidas.
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Dentro del segundo grupo se encontraba María Georgina Hernández, a quien los vecinos del sector conocían como Érika. Esta mujer de 58 años estaba viviendo dentro de su finca con su pareja, un sobrino y una persona que no tenía familia y que en su vivienda encontró un hogar.
Verónica Hernández, una de las hijas de María Georgina, relató que “ella se vino hace cinco años para acá y manifestaba que estaba feliz con sus gallinas. Tanto que hace unos años hubo un deslizamiento, no tan grande, y nosotras (las cuatro hijas que tenía) le dijimos que se fuera para otro lado y ella solo nos dijo que si se moría acá, se moría feliz”.
Esta mujer se encuentra en el grupo de los 15 desaparecidos, junto con su esposo, Agustín Ortiz Rangel y Gilmer Rodríguez, a quien conocían como Cachita y a quien Érika le había dado posada hace un mes. De esta familia solo encontraron sin vida a Juan David Lozano, de 15 años, quien era sobrino de la matrona de esta vivienda.
Dos de sus hijas llegaron hasta el sector y desde la distancia acompañaron el proceso de búsqueda de su madre y sus familiares, el cual comenzaron los organismos de socorro, pero que, sin importar los peligros o que la montaña se pudiera volver a venir, continuaron los vecinos del sector, unas 50 personas.
Madre e hijos, desaparecidos
Otra de las tragedias fue la de la familia de Carolina Ciro Castro, una mujer nacida en el municipio de La Unión, Oriente antioqueño, pero que desde hace algunos años se fue a vivir a este asentamiento irregular de Bello.
Dentro de esta propiedad vivía con sus dos hijos pequeños, Emanuel Osorio Ciro, de 4 años, y Maximiliano Martínez Ciro, de un año.
Al más pequeño de los niños, los vecinos y los organismos de socorro lo encontraron con vida, trasladándolo de inmediato a un centro asistencial, por lo que se convirtió en uno de los ocho sobrevivientes a uno de los deslizamientos de mayor proporción registrado en los últimos años en el Valle de Aburrá.
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Sobre los nombres de las víctimas, más allá de las que dieron a conocer los familiares, todas quedaron sin identificar oficialmente, por lo que sus cuerpos fueron trasladados por los agentes de la Sijín de la Policía Metropolitana y del CTI de la Fiscalía a Medicina Legal, donde mediante las labores forenses se encargarán de confirmar la identidad plena de cada uno de ellos.
Rescate bajo riesgo
Los vecinos del sector, con botas pantaneras, palas y lo que tuvieran a la mano, montaron frentes de trabajo para rescatar a sus vecinos, pese a que las autoridades les clamaban que se retiraran de la zona porque en cualquier momento la montaña se podía volver a venir.
Héctor Tobón Cardona, uno de los residentes que participó en el rescate, manifestó que “nosotros entendemos a las autoridades sobre las recomendaciones, pero a nosotros nos duelen los amigos, los vecinos que quedaron sepultados bajo la tierra”.
Incluso afirmó que contaban con frentes de trabajo y hasta con campaneros en la parte de arriba de la montaña, para avisarles en caso tal de una avenida, situación que era catalogada como insuficiente para los organismos de socorro, que en el Puesto de Mando Unificado tomaron la decisión de reiniciar las labores de búsqueda para las 7:00 a.m. de hoy, siempre y cuando las condiciones no fueran riesgosas para el personal.
“Tenemos que hacer una evacuación preventiva por un riesgo inminente de colapso nuevamente de la montaña. Vamos a estar muy pendientes por si cambia la situación y en el transcurso de la mañana, 7:00 a.m., vamos a estar acá todas las comisiones, nuevamente, para poder iniciar labores, pero antes de eso hacer una revisión técnica por los geólogos para poder ingresar a la zona”, dijo el comandante del Cuerpo de Bomberos de Bello, capitán Nelson Zuluaica.
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A esta labor se le sumará la instalación de luminarias y radares de alerta por parte del Siata, con el fin de informar si se presentan nuevos movimientos en masa en la zona para proteger a los organismos de socorro y a los habitantes de las viviendas que se encuentran en la parte baja de este deslizamiento.
Sin embargo, el mayor temor de las autoridades pasaba por un tubo de agua que se reventó y botaba el líquido a borbotones, sin que nadie pudiera controlar su flujo, haciendo que la tierra se volviera más pantanosa de lo que ya estaba por el deslizamiento.
Por esta razón, desde la Gobernación de Antioquia ordenaron la evacuación de los sectores Altos de Oriente y Manantiales, donde ocurrió la parte más dura de esta emergencia invernal, la cual se originó por el desbordamiento de la quebrada La Negra ocasionado, entre otros factores, por las más de 36 horas consecutivas de lluvias que se presentaron entre la tarde del domingo y la madrugada de este martes.
“Eso estuvo lloviendo todo el día y toda la noche. Como a eso de las 10:00 p.m. hubo un aguacero que escampó antes de las 2:00 a.m. Cuando ya ni estaba lloviendo, se escuchó el estruendo y cuando nos enteramos, nos dimos cuenta de que la montaña se había venido y tapado todo el barrio”, relató otro vecino.
En Santo Domingo también
Aunque no con tal dimensión como en el costado de Bello, el desbordamiento de esta quebrada también provocó emergencias en Santo Domingo Savio, provocando inundaciones en las viviendas cercanas.
De acuerdo con el Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Medellín (Dagrd), se presentaron inundaciones en más de 20 viviendas de este barrio de la comuna 1 (Popular), dejando un total de 23 familias damnificadas, conformadas por 80 personas, las cuales se vieron afectadas por la pérdida de sus muebles y enseres.
Mientras pasa esta situación, los familiares de los afectados por esta emergencia son alojados en albergues que se establecieron en la Junta de Acción Comunal Regalo de Dios, la JAC Oasis de Paz, La Piscina de Euclides, el Colegio Fe y Alegría Grijelmo, Zamora (casa Betania y San Juan de Luz).
