Dos perros envenenados en la vereda Toldas, del municipio de Guarne, son las últimas víctimas por este cruel método que, según ha registrado EL COLOMBIANO, en tan solo cuatro meses ya contabiliza 10 canes asesinados dentro de sus propias residencias en Antioquia.
Según se conoció a través de las redes sociales de Denuncias Antioquia, las dos mascotas fueron halladas muertas por sus propietarios en la madrugada del martes 23 de noviembre.
Aunque posiblemente sean muchos más, este caso hizo recordar otros dos registrados en agosto y septiembre de este año.
El primer caso en mención fue un envenenamiento de tres perras de raza Beagle dentro de un apartamento, en una unidad residencial del municipio de Envigado, el 27 de agosto. Dos de ellas murieron en su propio apartamento y una tercera alcanzó a ser llevada a una veterinaria, pero no pudo sobrevivir.
El segundo incidente se dio el 13 de septiembre en la urbanización El Cortijo, en Robledo, en el noroccidente de Medellín, donde mataron a cinco mascotas con matarratas y otros veneno. Además, otros 12 animales resultaron intoxicaciones, pero sobrevivieron.
El incidente de Envigado recibió atención del grupo Gelma de la Fiscalía. Alejandro Gaviria, coordinador de esta unidad a nivel central, indicó que muchos de estos casos se dan por intolerancia, porque las personas no son capaces de resolver los conflictos a través del diálogo, sino que a veces se desquitan matando los animales sin ser muy conscientes de que causan un doble dolor, tanto al propio animal como a la familia.
Kelly Marín, propietaria de las mascotas envenenadas en Envigado, afirmó que la investigación todavía no ha producido resultados.
El fiscal Gaviria también advirtió que quienes propicien la muerte de un animal se someten a ser judicializados, pues este hecho está estipulado en el Código Penal como delito de maltrato animal en el artículo 339A, que contempla penas de prisión de 12 a 36 meses, además de inhabilidad para el ejercicio, profesión, oficio, comercio o tenencia que tenga relación con los animales de uno a tres años y multa de 5 a 60 salarios mínimos legales vigentes.
Aunque son 10 víctimas las reseñadas por la prensa en los últimos cuatro meses, el subregistro podría ser mayor, teniendo en cuenta que hay casos ocurridos en veredas que nunca se denuncian.