La historia de este plan comienza con una anécdota. A un lado de la línea telefónica estaba Carlos García, médico y director de Salud de la IPS Universitaria, y al otro una mujer, familiar de un paciente internado por covid, que increpaba al galeno porque a su ser querido lo estaban “tronando” y, supuestamente, le estaban haciendo daño.
“Le tuve que explicar que no era tronar lo que le estaban haciendo al paciente sino pronar, que es voltear el paciente boca abajo y que es una práctica médica recomendada en estos casos. Una vez se resolvió el malentendido nos reímos y seguimos conversando”, explica Carlos García, uno de los médicos padrinos que tiene la entidad hospitalaria.
Son, en total, 33 médicos los que participan de esta estrategia denominada plan Padrino. El piloto ajusta ocho semanas y busca humanizar la atención y mejorar la pedagogía con las familias de los pacientes confirmados, o sospechosos, de covid-19.
Para desarrollar la estrategia se requiere de una tecnología mínima (celular para llamar), pero de una gran empatía. A cada médico padrino se le asignan determinadas camas hospitalarias de pacientes covid que están en UCI, o en hospitalización general, y son los encargados del diálogo con las familias.
Los padrinos ingresan todos los días a la historia clínica de cada paciente, miran la evolución que actualizan los médicos tratantes (intensivistas) y tratan de traducir para derles noticias a las familias que afrontan la incertidumbre de la enfermedad desde la barrera.
“Como los médicos hablamos en un lenguaje tan técnico lo que intentamos es llevar al lenguaje del común. Procuramos hacer empatía con la familia y, en este duro trance, decirles cuando las cosas van bien y cuando no. De igual manera informarlos todo el tiempo a qué tienen derecho y aclararles un montón de mentiras y rumores”, explica García.
Las videollamadas no tienen un máximo de duración y en ellas los pacientes dialogan con sus familiares. La idea ha sido tan exitosa que los médicos padrinos se han encontrado con familias enteras reunidas esperando la llamada hasta las 11:30 de la noche y con muestras de gratitud que van desde detalles, mensajes de agradeciemiento e invitaciones a futuros sancochos y otros banquetes gastronómicos para cuando termine la pandemia.